La justicia brasile?a anula la candidatura presidencial de Lula

Este veredicto remueve lo m¨¢s profundo de estos comicios. Se ha vetado al candidato favorito por los votantes (con un 36% de la intenci¨®n de voto; frente al 18% del siguiente en la lista), pero tambi¨¦n se han resuelto pr¨¢cticamente de una tajada varias de las inc¨®gnitas que acompa?aban hasta ahora a esta campa?a, marcada hasta ahora por la incierta presencia de Lula. Y por ¨²ltimo, se ha dejado al pol¨ªtico m¨¢s popular de la historia de Brasil -y su ¨²nico expresidente condenado- m¨¢s acorralado que nunca. A Lula le quedan ya tan solo un pu?ado de opciones, y pr¨¢cticamente ninguna es buena.

Se abren ahora dos caminos ante el expresidente. Uno es rechazar el veredicto y seguir la carrera hacia delante hacia las urnas. A¨²n tiene derecho a tres recursos m¨¢s, uno ante el Tribunal de Justicia y dos ante el Supremo. Y mientras se tramitan, nada en la ley le impide seguir haciendo campa?a (o mejor dicho, que el Partido de los Trabajadores haga campa?a en su nombre mientras ¨¦l cumple condena), y apareciendo en la propaganda electoral. Pero se expone a que, si sigue as¨ª hasta el d¨ªa de las elecciones, sus votos se consideren nulos.

Otra opci¨®n ser¨ªa aceptar la sentencia, claudicar y delegar la campa?a y todo su proyecto pol¨ªtico en su n¨²mero dos, el exalcalde de S?o Paulo Fernando Haddad. En Brasilia se da ya por sentada la teor¨ªa de que Haddad es el candidato real del Partido de los Trabajadores (PT) y que el expresidente solo est¨¢ prest¨¢ndole su todopoderoso nombre, en una alocada campa?a con los d¨ªas contados, para que Haddad tenga tiempo de darse a conocer y ganar m¨²sculo entre los votantes. Pero la opci¨®n de dejarlo todo en sus manos prematuramente tambi¨¦n entra?a riesgos porque el exalcalde no acaba de despegar en las encuestas. En una de las m¨¢s recientes, solo el 4% de los votantes de Lula dijo que le dar¨ªa su voto si el expresidente fuese vetado por el Tribunal Electoral.

Guerra de plazos

Existe una soluci¨®n intermedia. Es posible que Lula no est¨¦ librando guerra con sentencias y recursos como ¨¦l mismo asegura, sino con plazos. Y en ese plano, se avecina una fecha que marcar¨¢ un Rubic¨®n: el 17 de septiembre, 20 d¨ªas antes de la votaci¨®n del primer turno. El ¨²ltimo momento para pedir cambios en una candidatura. Si Lula consigue encadenar recursos y estirar hasta entonces su ya endeble condici¨®n de candidato -a la espera de que ese ¨²ltimo recurso sea rechazado y confirme que no puede serlo, como todo el mundo ya espera-, todav¨ªa podr¨¢ cambiar su inscripci¨®n a ¨²ltima hora y dejarlo todo en nombre de Haddad. Habr¨¢ hecho, entonces s¨ª, toda la campa?a posible por su protegido y habr¨¢ mantenido al PT dentro de la legalidad.

Pero el bando rival, la justicia, tambi¨¦n sabe convertir plazos en armas arrojadizas. Juzgar la candidatura de Lula no entraba en los planes del Tribunal para este viernes y de hecho esa misma ma?ana los magistrados a¨²n no sab¨ªan si estaban preparados para llegar tan lejos. Ten¨ªan a su disposici¨®n m¨¢s de una docena de denuncias contra aspectos concretos de la campa?a de Lula y pod¨ªan elegir alguna que fuese menos compleja. Por ejemplo, la que cuestionaba que ¨¦l expresidente aparezca en televisi¨®n pidiendo el voto desde la c¨¢rcel, que era la que estaba prevista para ese d¨ªa.

Pero el ministerio p¨²blico emiti¨® durante la madrugada un contundente comunicado presion¨¢ndoles para que no perdiesen m¨¢s tiempo. "No se pueden desperdiciar los recursos p¨²blicos en campa?as electorales est¨¦riles y sin viabilidad jur¨ªdica", instaba. Era un contraataque claro. La sentencia ten¨ªa que salir el viernes, costase lo que costase.

Y todo porque el d¨ªa siguiente, el s¨¢bado, tambi¨¦n tiene su importancia estrat¨¦gica en el calendario electoral. Es cuando la televisi¨®n p¨²blica comienza a emitir la publicidad de cada campa?a en horario de m¨¢xima audiencia. En un pa¨ªs donde est¨¢ prohibido que un candidato compre espacios publicitarios en medios privados, una parte considerable del ¨¦xito de una campa?a depende de lo que el p¨²blico vea en la televisi¨®n. Y a Lula le corresponde una buena parte de esos minutos de emisi¨®n. Cada segundo protagonizado por ¨¦l ser¨ªa una derrota para la justicia.

Sin embargo, esa derrota pod¨ªa convertirse en justicia f¨¢cilmente con el veto pronunciado a meras horas de las emisiones. La sentencia acapara la conversaci¨®n y, como guinda, el PT tiene ahora que ingeni¨¢rselas para llegar a tiempo con spots totalmente nuevos. Unos que acabar¨¢n subrayando lo imposible de su situaci¨®n: que est¨¢n vendiendo un candidato pr¨¢cticamente ilegal que hace campa?a en nombre de otro inesperadamente impopular.

Otro regalo: la situaci¨®n puede adelantar dram¨¢ticamente la capitulaci¨®n Lula, quien para no perder m¨¢s tiempo de publicidad televisiva se ver¨ªa obligado a nombrar Haddad sustituto mucho antes de lo previsto. Algunos en el PT incluso sugieren que ser¨¢ el lunes. Los plazos son armas y?acaba de explotar una muy poderosa.