El Papa expulsa a un sacerdote chileno ic¨®nico en la lucha contra la dictadura por delitos sexuales
Cristi¨¢n Precht lider¨® la Vicar¨ªa de la Solidaridad entre 1976 y 1979
En plena crisis de la Iglesia cat¨®lica chilena, que explot¨® en enero pasado con la visita del Papa al pa¨ªs y que deriv¨® en una hist¨®rica limpia, Francisco decidi¨® este s¨¢bado aplicar la m¨¢xima sanci¨®n posible -la expulsi¨®n- al sacerdote Cristi¨¢n Precht por su implicaci¨®n en un caso de abusos sexuales que no deja de crecer. Figura central de la Iglesia durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, Precht lider¨® entre 1976 y 1979 la Vicar¨ªa de la Solidaridad, que se enfrent¨® a los militares y los paralizados tribunales de Justicia y funcion¨® como aparato de contrainteligencia ante el r¨¦gimen. La decisi¨®n del Pont¨ªfice es inapelable.
Precht hab¨ªa sido suspendido entre 2012 y 2017 por ¡°conductas abusivas con menores y mayores de edad¡±. El l¨ªder de la Iglesia chilena, Ricardo Ezzati, fue quien decidi¨® que la suspensi¨®n contra Precht fuese de cinco a?os, a pesar de que el experto en derecho can¨®nico Jaime Ortiz de Lazcano hab¨ªa recomendado una suspensi¨®n de por vida. En diciembre pasado termin¨® de cumplir la sanci¨®n, pero cinco v¨ªctimas de abusos en la Congregaci¨®n de Hermanos Maristas presentaron cuatro meses despu¨¦s una querella contra un grupo de sacerdotes, entre ellos Precht, por ¡°asociaci¨®n il¨ªcita, violaci¨®n impropia, abuso sexual impropio, abuso sexual propio y favorecimiento de la prostituci¨®n de menores¡±. La Fiscal¨ªa abri¨® una investigaci¨®n y el 7 de agosto la Iglesia envi¨® los nuevos antecedentes sobre el sacerdote a la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe.
¡°No ser¨¢ c¨¢rcel [a¨²n], pero que se lo expulse de cura a Precht para m¨ª es algo de justicia. Sus abusos provocaron al menos un suicidio y mucho sufrimiento. Una familia que quiero mucho qued¨® sin pap¨¢, sin hijo, marido. Cuando nos creen, hay justicia. Sea quien sea. Es simple¡±, escribi¨® en Twitter Jos¨¦ Andr¨¦s Murillo, doctor en Filosof¨ªa, v¨ªctima del sacerdote Fernando Karadima y que actualmente dirige una fundaci¨®n que lucha contra el abuso sexual infantil.
¡°Niego absolutamente haber participado, en forma alguna, en los hechos que calumniosamente se me imputan¡±, escribi¨® en abril el acusado en una carta al diario chileno La Tercera. ¡°Defender¨¦ mi honra personal y ministerial por todos los medios a mi alcance y en toda instancia que aparezca vulnerada¡±.
Mientras su caso era estudiado por el Vaticano, el arzobispado de Santiago le orden¨® que estableciese su residencia en la capital chilena. Pero Precht present¨® un in¨¦dito recurso de amparo ante los tribunales de Justicia contra sus superiores por esta medida cautelar. El pasado 6 de septiembre, la Corte Suprema le dio la raz¨®n. ¡°Se declara que se acoge el recurso de amparo interpuesto a favor de Cristian Precht Ba?ados y se dispone que la recurrida elimine de inmediato la comunicaci¨®n aludida y cese en cualquier acto que afecte ilegalmente la libertad personal del amparado (¡) Tal situaci¨®n, desde un punto de vista jur¨ªdico, es constitutiva de un actuar il¨ªcito (¡) que amenaza y perturba la libertad personal del amparado¡±, determin¨® el fallo del m¨¢ximo tribunal del pa¨ªs sudamericano.
La decisi¨®n de expulsar a Precht del clero la tom¨® directamente el Papa, que en la actual crisis de la Iglesia chilena por primera vez aplica la m¨¢xima sanci¨®n, aunque existen otros sacerdotes implicados en casos de abusos sexuales. El propio Karadima, por ejemplo, sigue siendo religioso.?¡°En casos muy graves, en los que el proceso penal civil haya declarado al cl¨¦rigo culpable de abuso sexual de menores, o cuando las pruebas son abrumadoras, la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe puede optar por llevar el caso directamente al Santo Padre con la petici¨®n de que el Papa promulgue con un decreto ex officiola expulsi¨®n del estado clerical. No hay recurso can¨®nico contra esa decisi¨®n pontificia¡±, explica un documento del Vaticano.
Incluso antes de su expulsi¨®n, su situaci¨®n procesal ya era compleja: a fines de agosto, ya tuvo que declarar como imputado en una nueva investigaci¨®n, la causa por abusos sexuales contra Pedro Quiroz Fern¨¢ndez, el excapell¨¢n de la Fuerza A¨¦rea de Chile en Iquique (norte).
Al contrario de lo que sucedi¨® en otros pa¨ªses latinoamericanos, como Argentina, en Chile la Iglesia cat¨®lica asumi¨® un papel de defensa irrestricta de los derechos humanos desde el mismo 11 de septiembre de 1973 y se impuso con fuerza ante el r¨¦gimen de Pinochet. El cardenal Ra¨²l Silva Henr¨ªquez fue el pilar de esta postura: tras el golpe de Estado -del que estos d¨ªas se cumplen 45 a?os-, convoc¨® a todas las iglesias para formar el Comit¨¦ pro Paz, que ofreci¨® las primeras ayudas a las v¨ªctimas, trabaj¨® por el asilo de los perseguidos y comenz¨® a organizar la defensa de la oposici¨®n. Tras su disoluci¨®n en 1975 por las tensiones con la dictadura, el 1 de enero de 1976 consigui¨® fundar la Vicar¨ªa de la Solidaridad, a trav¨¦s de un decreto del papa Pablo VI. El organismo, del cual Precht fue vicario durante sus tres primeros a?os de funcionamiento, se convirti¨® en un s¨ªmbolo de la resistencia antidictatorial y el principal lugar de acogida de las v¨ªctimas y sus familiares. Ante la desprotecci¨®n total, los perseguidos llegaban a la Vicar¨ªa a denunciar las desapariciones, detenciones y tormentos.
Seg¨²n el ¨²ltimo reporte del Ministerio P¨²blico chileno, entre los 167 imputados en casos de abusos sexuales hay siete obispos, 96 sacerdotes, cuatro di¨¢conos, 30 religiosos que no son sacerdotes, 10 laicos ligados a la Iglesia y otras 20 personas, cuyo v¨ªnculo con la instituci¨®n todav¨ªa no ha podido ser precisada por la Fiscal¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.