Cuando la tormenta llega al refugio
El n¨²mero de muertos a causa de Florence asciende a 17. El ¨²ltimo caso es el de un ni?o de tres meses que falleci¨® cuando un ¨¢rbol cay¨® sobre una caravana
?rboles ca¨ªdos aplastando coches, destruyendo tejados, rompiendo el alambrado, cortando las calles. Son im¨¢genes que se repet¨ªan decenas de veces este domingo en Charlotte (Carolina del Norte) por la llegada de Florence, rebajado ahora a depresi¨®n tropical. El desprendimiento de los arbustos era la preocupaci¨®n principal de los vecinos de la ciudad que ha sido utilizada como refugio por miles de evacuados de la costa este estadounidense ante la amenaza del hurac¨¢n. Pero la ruta del cicl¨®n, que ha causado al menos 17 muertes, contin¨²a su trazado hacia el interior provocando estragos en nuevas localidades y reventando los r¨ªos. El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, advirti¨® de que las vidas corren mayor peligro a medida que aumentan ¡°las aguas enojadas¡± y adelant¨® que habr¨¢ inundaciones hasta al menos el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. La ¨²ltima muerte registrada es la de un ni?o de tres meses que falleci¨® cuando un ¨¢rbol cay¨® sobre una caravana.
Estaba previsto que la madrugada del domingo Florence azotara Charlotte. Llegaba debilitada, lejos de su amenazante calidad de hurac¨¢n de categor¨ªa 4, pero arrastraba consigo las im¨¢genes de los pueblos que hab¨ªa inundado a su paso y con la constante alerta de las autoridades a no confiarse porque ¡°lo peor estaba por venir¡±. Sus vientos y lluvias torrenciales llegaron entrada la noche del s¨¢bado para entorpecer la rutina de los 850.000 habitantes de la ciudad, pero tambi¨¦n la de los que hab¨ªan huido de la costa y hab¨ªan encontrado en Charlotte un refugio. De viernes a s¨¢bado, los albergues de la Cruz Roja Americana duplicaron las cifras de las personas que atend¨ªan. ¡°La mayor¨ªa son evacuados, no vagabundos. Hemos recibido a casi 900 personas en Charlotte¡±, comenta Rut P¨¦rez, portavoz del grupo humanitario. En todo Carolina del Norte hay cerca de 14.000 personas durmiendo en los 124 refugios disponibles.
Las r¨¢fagas de viento y las hist¨®ricas lluvias tienen sin electricidad a m¨¢s de 700.000 clientes en las dos Carolinas -llegaron a ser casi un mill¨®n-. En Charlotte son 15.000 hogares los que sobrellevan la tormenta a oscuras. Juana, nacida en Puerto Rico, fue una de las primeras en llegar el mi¨¦rcoles al gimnasio del colegio p¨²blico Mecklenburg convertido en refugio. Recibi¨® productos de aseo, una letrina, dos manta y el horario de las tres comidas diarias. Sus octogenarios padres lo mismo. ¡°Ten¨ªa mucho miedo porque cuando fue el hurac¨¢n George (1998) las ventanas de mi casa explotaron. Yo no estaba, pero cuando volv¨ª mi cama estaba cubierta de un mont¨®n de vidrios rotos¡±, cuenta ahora, mientras carga las bolsas con sus pertenencias porque se regresa a su hogar.
Charlotte Motor Speedway, una pista de carreras de coches convertida en un camping para evacuados, se volvi¨® un lugar m¨¢s inh¨®spito desde la llegada de Florence. Previo a su aterrizaje forzoso, los desalojados de las playas eran recibidos por dos representantes de la empresa que explicaban los usos y horarios de las instalaciones: de las 12 a las 15 horas una comida por cuenta de la casa, la contrase?a del Wi-Fi, el recorrido hacia las duchas y las zonas para ni?os y animales. Los reci¨¦n llegados conversaban entre ellos afuera de sus equipadas caravanas y montaban sus mesas y sillas de pl¨¢stico para escapar del aire encerrado de los veh¨ªculos. Ahora que el cielo es bajo y gris y una lluvia incesante forma pozas entre los coches, hay un letrero nuevo en la puerta de la casa de bienvenida: Por el mal clima hemos cerrado. Si acaba de llegar simplemente aparque su caravana donde encuentre un espacio disponible. El gerente del camping est¨¢ por casualidad en la recepci¨®n que tiene puesto el pestillo. Explica que ya no hay almuerzos gratuitos y que, entre quienes llegan y quienes se van, se mantienen las 180 familias con que contaban el viernes. ¡°Simplemente estamos todos esperando a que se vaya¡±, cuenta resignado.
Pero la parsimonia con que avanza Florence no da pistas de que los afectados puedan despedirse de ella. El Servicio Meteorol¨®gico Nacional declar¨® un estado de emergencia por las inundaciones repentinas para partes del condado de Mecklenburg, que incluye a Charlotte, porque los arroyos y riachuelos est¨¢n alcanzando niveles inusualmente altos, en algunos lugares con flujos nunca antes vistos. Una marca m¨¢s para esta tormenta que rompi¨® el r¨¦cord de precipitaciones pluviales en Carolina del Norte. Los indicadores de lluvia han registrado datos ¡°absolutamente asombrosos¡± con hasta 75 cent¨ªmetros de agua en algunas zonas que pueden sumar 50 cent¨ªmetros m¨¢s debido al lento movimiento de la depresi¨®n tropical.
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