Las muchas promesas de L¨®pez Obrador
La cr¨ªtica no se desactiva por acumulaci¨®n electoral, si acaso se vuelve m¨¢s necesaria
Son tantos los frentes abiertos en esta largu¨ªsima transici¨®n que vivimos en M¨¦xico entre la salida de un presidente y la llegada del otro, que resulta abrumador tratar de seguir cr¨ªticamente el hilo de las promesas, las pistas paralelas de los asegunes y los escenarios de lo posible. Vaya deporte extremo.
Si algo queda claro con la llegada del nuevo r¨¦gimen es que las formas del discurso y los c¨®digos de la cr¨ªtica ya son otros, solo que a¨²n no se encuentran para ser eficaces. Porque todo ejercicio de poder necesita del contrapeso de la cr¨ªtica, pero si ¨¦sta no es pertinente en lenguaje, tiempo y articulaci¨®n de s¨ªmbolos, funcionar¨¢ solo para que quien ejerza el poder se sirva a conveniencia de ella. Eso es, poco m¨¢s o menos, lo que est¨¢ sucediendo ahora en M¨¦xico. Y tiene que cambiar.
Debemos, para comenzar, dejar de tomar a L¨®pez Obrador de manera tan literal y fuera de contexto. Y con esto no estoy disculpando a priori deslices o contradicciones o verdades a medias o exageraciones del presidente electo. Lo que planteo es que para que la cr¨ªtica sea efectiva necesita situarse en el contexto del discurso, identificar interlocutores, dejar a un lado la tentaci¨®n solo presidencialista y entender las audiencias pretendidas por quien emite el discurso.
Por ejemplo: a pregunta expresa, hace unos d¨ªas, L¨®pez Obrador afirm¨® que ¨¦l no va a perseguir a ning¨²n funcionario de la administraci¨®n que concluye, que en M¨¦xico hay una lamentable ¡°tradici¨®n¡± de encarcelar con fines pol¨ªticos a los ¡°adversarios¡± del nuevo r¨¦gimen para as¨ª validarlo, que hay que ir a fondo en las investigaciones m¨¢s all¨¢ del ¡°circo medi¨¢tico y politiquero¡±, y que en ese sentido Rosario Robles (titular de varias dependencias del gobierno de Pe?a Nieto y se?alada como eje central en movimientos de desv¨ªo de recursos millonarios hacia fines desconocidos) ser¨ªa un ¡°chivo expiatorio¡±. ?Est¨¢ exculpando L¨®pez Obrador a Robles? No, est¨¢ diciendo que las investigaciones deben ir a las ¨²ltimas consecuencias. ?Le molesta a L¨®pez Obrador
el protagonismo en la opini¨®n p¨²blica de investigaciones period¨ªsticas? S¨ª, el presidente electo tiene una visi¨®n paternalista de la prensa a la cual gusta de calificar o descalificar seg¨²n le convenga para el momento narrativo en curso. ?Se est¨¢ metiendo L¨®pez Obrador en territorios que no le competen? S¨ª, porque el ejercicio de la justicia no deber¨ªa depender de lo que el presidente opine, ni debe ser ¨¦l quien marque l¨ªnea sobre lo que se investigar¨¢. Por cierto, justo por estas concepciones patrimoniales de la justicia es que se ha pugnado tanto por tener, por ejemplo, una Fiscal¨ªa aut¨®noma. ?Podemos de todo ello concluir que ¡°hay un pacto de impunidad entre los gobiernos saliente y entrante¡±? No, o a mi no me alcanzan los elementos para afirmarlo. ?Le importan a L¨®pez Obrador todas las quejas en redes sociales y en art¨ªculos de opini¨®n (como ¨¦ste) sobre lo expresado? Lo m¨¢s seguro es que no, porque sus audiencias, en ese momento, eran otras.
S¨ª, son tiempos que exigen nuevas decodificaciones a la luz de viejas tradiciones pol¨ªticas y de cara a exposiciones aceleradas por la conversaci¨®n digital.
Podr¨ªamos seguir con cualquier cantidad de ejemplos: primero, L¨®pez Obrador afirma que recibe un ¡°pa¨ªs estable y sin crisis econ¨®micas¡±; unos d¨ªas despu¨¦s dice que M¨¦xico lleva 30 a?os en bancarrota pero que, a pesar de ello, ¨¦l cumplir¨¢ todos los compromisos que hizo. ?Est¨¢ M¨¦xico en bancarrota? No, aunque haya much¨ªsimos problemas sociales, ecom¨®micos, de justicia e insolvencia para atender necesidades. ?Se est¨¢ curando en salud el presidente electo por si no llega a cumplir sus muchas promesas? No lo s¨¦. ?Qu¨¦ hacemos con estas declaraciones? Se?alarlas y desnudarlas.
Y as¨ª con todo.
Tenemos que reaprender a ser cr¨ªticos a¨²n a pesar de los cazadores de cr¨ªticos. A quienes dicen ¡°d¨¦jenlo en paz, a¨²n no gobierna¡±, respondamos que en la pr¨¢ctica ya lo est¨¢ haciendo. Y a los que avientan el ¡°30 millones de votos lo respaldan¡±, respondamos con un ?por eso!: la cr¨ªtica no se desactiva por acumulaci¨®n electoral, si acaso se vuelve m¨¢s necesaria.
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