China responde al castigo de EE UU con nuevos aranceles

China no da marcha atr¨¢s en una disputa comercial con Estados Unidos que est¨¢ escalando hacia niveles nunca vistos. Las autoridades chinas anunciaron este martes nuevos grav¨¢menes a bienes estadounidenses por otros 60.000 millones de d¨®lares como represalia a la segunda gran oleada de aranceles anunciados por Washington, que afectar¨¢n a un volumen de mercanc¨ªas del pa¨ªs asi¨¢tico valoradas en 200.000 millones de d¨®lares. Este nuevo envite complica enormemente una nueva ronda de negociaciones que estaba en el horno y aleja la posibilidad de un acuerdo a corto plazo entre ambos pa¨ªses que acabe con esta dura guerra comercial.

¡°Lo lamentamos profundamente¡±, dijo el Ministerio de Comercio en un comunicado, horas despu¨¦s del anuncio de la Administraci¨®n Trump. ¡°Estados Unidos insiste en la imposici¨®n de aranceles, lo que ha tra¨ªdo nueva incertidumbre a las negociaciones bilaterales. Esperamos que EE UU reconozca las consecuencias de tales actos y tome medidas para corregirlos de forma oportuna¡±. Las tasas de china entrar¨¢n en vigor el pr¨®ximo d¨ªa 24, inmediatamente despu¨¦s de las estadounidenses.

Cuando esto ocurra, China habr¨¢ puesto nuevos aranceles a pr¨¢cticamente el 85% del valor total de sus compras desde Estados Unidos. La lista final de mercanc¨ªas afectadas no ha variado desde que a principios de agosto Pek¨ªn amenaz¨® con esta represalia: m¨¢s de 5.200 productos, desde ordenadores a aviones, vino, trigo e incluso gas natural licuado. Pero de la misma forma que Trump ha decidido aplicar una tasa arancelaria del 10% frente al 25% que hab¨ªa anunciado inicialmente, China tambi¨¦n ha rebajado sensiblemente la cuant¨ªa del impuesto y habr¨¢ solamente dos tipos, de un 5% o de un 10%, dependiendo del producto afectado, seg¨²n concret¨® el Ministerio de Finanzas. Este movimiento por parte de ambas partes busca atenuar el impacto de las tarifas en sus respectivos mercados, que est¨¢n notando los efectos de la primera gran oleada de aranceles aprobada entre julio y agosto.

Hasta ahora Pek¨ªn hab¨ªa optado por responder con medidas an¨¢logas a las de Estados Unidos, pero ya no puede seguir con esta estrategia porque simplemente no le compra suficientes mercanc¨ªas. Trump ha prometido que si China adopta nuevas represalias, como as¨ª ser¨¢, se pondr¨¢ en marcha una tercera fase que culminar¨¢ con aranceles adicionales a todos los productos procedentes del pa¨ªs asi¨¢tico. Es decir, desde el pr¨®ximo lunes las dos mayores econom¨ªas del mundo habr¨¢n tasado el equivalente a entre el 56% y el 62% del valor de todo su comercio bilateral (la cifra var¨ªa debido a los distintos c¨¢lculos de ambas aduanas). Trump amenaza ahora con llevar este porcentaje pr¨¢cticamente al 100%.

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Oficialmente Pek¨ªn sigue abierto al di¨¢logo para resolver esta guerra comercial, pero vistos los precedentes los l¨ªderes chinos se preguntan si vale la pena negociar con Trump antes de las elecciones legislativas de noviembre. En rondas de di¨¢logo anteriores, la delegaci¨®n china volvi¨® a Pek¨ªn pensando que ten¨ªa un acuerdo bajo el brazo para despu¨¦s ver c¨®mo en horas Trump lo dinamitaba v¨ªa Twitter. Seg¨²n el peri¨®dico South China Morning Post, China est¨¢ reconsiderando su participaci¨®n en la siguiente reuni¨®n, fechada para la pr¨®xima semana en Washington.

La administraci¨®n estadounidense decidi¨® imponer aranceles a los productos chinos ante la falta de acci¨®n de Pek¨ªn por las continuas denuncias ©¤no solo de Estados Unidos, sino tambi¨¦n de la Uni¨®n Europea o Jap¨®n©¤ sobre sus pr¨¢cticas desleales. Seg¨²n Washington, estas ilegalidades basadas en transferencias tecnol¨®gicas forzadas o en subsidios estatales a ciertas industrias son la causa del enorme d¨¦ficit comercial que sufre el pa¨ªs y que tanto denosta su presidente. Trump ha optado desde marzo por la v¨ªa de los aranceles para que Pek¨ªn se siente a negociar y juegue limpio. Al no lograr sus objetivos y encontrarse con una China igualmente combativa, ha decidido multiplicar la apuesta.

M¨¢s all¨¢ de un compromiso basado en aumentar las compras desde Estados Unidos, no hay se?al alguna de que China est¨¦ dispuesta a dar grandes concesiones a Trump en cuanto a cambios significativos de su modelo econ¨®mico e industrial. En los ¨²ltimos meses ha crecido en el pa¨ªs la visi¨®n de que este conflicto tiene poco de comercial y mucho de geoestrat¨¦gico y que la verdadera intenci¨®n de Washington es contener el creciente desarrollo de China. ¡°Esta disputa puede tardar mucho en solucionarse. Cada vez hay m¨¢s industrias y sectores entre ambos pa¨ªses que se solapan, con lo cual los rifirrafes comerciales seguir¨¢n en aumento¡±, augura Cui Fan, profesor de Comercio Internacional de la Universidad Internacional de Econom¨ªa y Empresa de Pek¨ªn.

De momento, los grav¨¢menes ya en vigor apenas han afectado a los intercambios bilaterales. De hecho, el super¨¢vit de China frente a Estados Unidos en la compraventa de mercanc¨ªas ha aumentado hasta niveles r¨¦cord en lo que va de a?o. Adem¨¢s, la ¨²ltima tasa arancelaria de Trump sobre productos valorados en 200.000 millones, fijada en el 10%, puede verse parcialmente compensada por la depreciaci¨®n del yuan frente al d¨®lar, de un 8,5% desde abril. Pero aunque el impacto no es significativo sobre el papel, a China le duele especialmente la incertidumbre que provoca este conflicto comercial en un momento en que el crecimiento del pa¨ªs sigue desaceler¨¢ndose. Los mercados financieros del pa¨ªs, a diferencia de los estadounidenses, muestran este nerviosismo: en lo que va de a?o el ¨ªndice de referencia de la Bolsa de Shangh¨¢i se ha dejado un 21%.

Da?os directos y colaterales

Las empresas extranjeras que operan en China dicen sentir ya el impacto del conflicto comercial. Seg¨²n la C¨¢mara de Comercio de Estados Unidos en el pa¨ªs asi¨¢tico, pr¨¢cticamente la mitad de sus miembros han visto mermado su negocio debido a la imposici¨®n mutua de aranceles. Adem¨¢s, decenas de empresas empiezan a ser v¨ªctimas de lo que se conoce como medidas no arancelarias, es decir, herramientas que el Gobierno chino tiene en su mano para dificultar la actividad y operaciones de estas empresas en su territorio. Entre lo m¨¢s denunciado hay un s¨²bito aumento de las inspecciones por parte de las autoridades o una mayor lentitud a la hora de procesar sus productos en aduanas.

Tambi¨¦n las empresas europeas con actividad en China han notado efectos adversos en su negocio pese a no estar directamente en el punto de mira. Seg¨²n una encuesta de la C¨¢mara de Comercio de la Uni¨®n Europea, un 12% de estas est¨¢n trasladando parte de su producci¨®n fuera de China o de Estados Unidos para evitar los impuestos, otro 5% ha cambiado de proveedores y un 22% est¨¢ demorando planes de expansi¨®n e inversiones a la espera de c¨®mo se resuelve la situaci¨®n. ¡°Con el anuncio de esta nueva ronda de aranceles, estas cifras se magnificar¨¢n¡±, explic¨® el presidente del organismo, Mats Harborn.