Trump anuncia nuevos aranceles a productos chinos valorados en 200.000 millones de d¨®lares

Donald Trump pasa de disparar bolas de goma a utilizar munici¨®n real en el litigio comercial con China. La oficina de Comercio Exterior de Estados Unidos formaliz¨® este lunes, a menos de dos meses de las legislativas, la entrada en vigor de un arancel del 10% a una lista de 5.745 productos chinos valorados en 200.000 millones de d¨®lares. Junto a las tarifas que ya est¨¢n en vigor, las sanciones afectan a la mitad de las importaciones anuales de China. Y la Casa Blanca amenaza con m¨¢s, hasta cubrirlas en su totalidad. Pek¨ªn ha reaccionado este martes anunciando nuevos aranceles a bienes estadounidenses por valor de 60.000 millones de euros.

Ese 10%, que entra en vigor el pr¨®ximo d¨ªa 24, se elevar¨¢ hasta el 25% el 1 de enero si el gigante asi¨¢tico renuncia a modificar sus pr¨¢cticas, criticadas por Trump incluso desde antes de llegar a la presidencia de la primera potencia mundial. ¡°M¨¢s a¨²n, si China adopta represalias sobre nuestros agricultores y nuestras industrias, pondremos inmediatamente en marcha la fase tres, que implica sanciones adicionales sobre otros 267.000 millones de d¨®lares en importaciones¡±, advirti¨® en un comunicado el presidente.

Este martes, Trump acudi¨® a las redes sociales para darle un argumento pol¨ªtico a su decisi¨®n al afirmar que China est¨¢ tratando de impactar en el resultado de las elecciones en las regiones donde los republicanos se juegan los puestos en noviembre. "Lo que no entienden es que esta gente son grandes patriotas", afirma, "y entienden que se est¨¢n aprovechando desde hace a?os de Estados Unidos en comercio". "Tambi¨¦n saben que soy el ¨²nico que sabe como pararlo", a?ade.

Con la aplicaci¨®n de estas nuevas sanciones comerciales, Washington pone en marcha la segunda fase de su guerra comercial con China. En la primera etapa, EE UU impuso aranceles adicionales a productos chinos por 50.000 millones, una medida respondida en la misma proporci¨®n por Pek¨ªn. Cuando Trump anunci¨® el pasado agosto que barajaba nuevas sanciones sobre los 200.000 millones de d¨®lares que concret¨® este lunes, China anunci¨® represalias por solo 60.000 millones, debido a que importa menos en volumen.

Lo cierto es que EE UU cuenta con mucho m¨¢s margen desde el punto de vista de la balanza comercial. El pa¨ªs norteamericano import¨® el a?o pasado productos de China por 505.600 millones de d¨®lares, mientras que su par asi¨¢tico import¨® productos por 130.000 millones, y con las sanciones anunciadas ya habr¨ªa impuesto aranceles sobre 110.000 millones. Pero puede recurrir a otros mecanismos de retorsi¨®n alternativos.

EE UU, como China, depende en gran medida del comercio internacional. Pero Trump se siente en este momento con fuerza para recurrir a los aranceles ¡ªun instrumento denostado por a?os¡ª como t¨¢ctica negociadora. Primero, porque su econom¨ªa crece con solidez mientras que la de su rival se desacelera. Segundo, porque los inversores parecen tom¨¢rselo con relativa calma mientras que el mercado asi¨¢tico muestra mucho m¨¢s nerviosismo.

El mejor reflejo de esta confianza que tiene el presidente de EE UU es el tono del mensaje que lanz¨® a primera hora de la ma?ana de este lunes en Twitter, su medio favorito. Asegur¨® que los aranceles le est¨¢n dando una posici¨®n de fuerza en la negociaci¨®n. Y de paso introdujo un nuevo t¨¦rmino en su vocabulario, al decir que los pa¨ªses que no lleguen a acuerdos justos ser¨¢n "tariffed", en un juego de palabras entre arancel y aterrorizar.

La combinaci¨®n de las dos rondas de aranceles puede tener un impacto significativo y peligroso si la reacci¨®n china acaba afectando a la cadena de suministro y producci¨®n. De hecho, empresas como Apple ya han anunciado que la guerra comercial encarecer¨¢ sus productos y compa?¨ªas tecnol¨®gicas como Intel han alertado al presidente que EE UU puede perder la carrera del 5G si sigue adelante con el enfrentamiento comercial. La lista final excluye 297 l¨ªneas de productos previamente contemplados.

Trump, sin embargo, considera que el coste para el consumidor es ¡°insignificante¡± y asegura que su estrategia ya est¨¢ creando m¨¢s empleos en EE UU. ¡°Se est¨¢n gastando miles de millones de d¨®lares en nuevas f¨¢bricas por todo el pa¨ªs¡±, alardea haciendo referencia a c¨®mo las compa?¨ªas dedicadas al acero y el aluminio responden al arancel. ¡°Es el tema de conversaci¨®n global¡±, a?ade.

China, a la vista de los mensajes que llegan desde EE UU, responde diciendo que no va a negociar bajo amenazas. La adopci¨®n del nuevo arancel, por tanto, merma cualquier perspectiva de una soluci¨®n del litigio a corto plazo. M¨¢s bien al contrario, provocar¨¢ que la disputa se complique y escale. Las diferencias entre las dos partes, por tanto, son serias y la falta de confianza crece.

Larry Kudlow, el principal asesor econ¨®mico del presidente, dec¨ªa unas horas antes del anuncio que el presidente ¡°no est¨¢ satisfecho¡± con lo que est¨¢ consiguiendo con China. Las empresas y los grandes financieros estadounidenses, sin embargo, creen que la Casa Blanca no tiene un objetivo concreto en un asunto que considera complejo y que no se resuelve con un simple titular. Por eso creen que la intenci¨®n de Donald Trump es de pol¨ªtica dom¨¦stica mirando a las legislativas de noviembre.

Trump insiste en que se dieron "muchas oportunidades" a China para rectificar y responder a sus preocupaciones. Por este motivo, volvi¨® a urgir a Pek¨ªn que act¨²e en consecuencia para "poner fin a sus pr¨¢cticas comerciales injustas". "Espero que la situaci¨®n se resuelva", dice el presidente de EE UU, al tiempo que reitera que su obligaci¨®n es "proteger los intereses" de los trabajadores estadounidenses, de sus empresas y del pa¨ªs en su conjunto. "No nos quedaremos de brazos cruzados mientras nuestros intereses sean atacados", concluye.