Trump lanza otro bumer¨¢n
Estados Unidos empuja con sus sanciones a que Rusia y China consoliden una alianza estrat¨¦gica
La guerra comercial de Donald Trump para proteger empresas norteamericanas esconde una burda estrategia encaminada a frenar el imparable avance de Pek¨ªn para relevar a Washington como potencia mundial. Por eso, incluye trabas a las mejoras chinas en su capacidad militar. Sus ¨²ltimas sanciones por la venta de armamento ruso a China constituyen la prueba m¨¢s obvia de esa t¨¢ctica que se le puede volver en contra.
Washington ha utilizado como un escarmiento a Rusia y un aviso a navegantes esa venta a China de aviones SU-35 y misiles antia¨¦reos S-400 rusos. Solo as¨ª puede interpretarse tan airada reacci¨®n por un contrato firmado en 2015, anterior a la presunta interferencia rusa en las elecciones estadounidenses, uno de los argumentos esgrimidos ahora. De hecho, el a?o pasado se entregaron sin problemas la mitad de los cazabombarderos.
El paso dado por Washington coincide, de hecho, con la pretensi¨®n china de convertirse en protagonista militar mundial con la expansi¨®n de su poder¨ªo por vez primera a bases en el exterior, como la de Yibuti o las del mar del Sur, donde desplegar¨¢ los SU-35 y los S-400 para compensar algo la enorme presencia armada estadounidense.
La ¨²ltima aplicaci¨®n de la restrictiva legislaci¨®n norteamericana solo puede ser un primer paso para obstaculizar el permanente flujo exportador de armas rusas a China, que es el segundo gran cliente de Mosc¨². De paso, debilita a Rusia como segundo exportador de armas (23% del mercado mundial), solo por detr¨¢s de Estados Unidos (34%). Y como tercera consecuencia, Trump lanza un aviso a India, primer cliente de Rusia, y sobre todo Turqu¨ªa, el gran aliado del sureste que ha osado negociar tambi¨¦n la compra de S-400.
Encaja, por tanto, que los sancionados sean ahora Rosoboronexport, principal exportador de armas rusas, y Equipment Development Department, organismo encargado de suministrar material a los ej¨¦rcitos chinos.
Se refuerza as¨ª la tesis de que uno de los principales objetivos de la guerra comercial de Trump es da?ar el avanzado sector tecnol¨®gico de China, que acaba de crear su ciberej¨¦rcito, porque el pr¨®ximo gran conflicto, cree, ser¨¢ la ciberguerra. No fue casual que las tecnol¨®gicas chinas fueran las principales v¨ªctimas del primer ataque arancelario de Washington contra Pek¨ªn con un coste de 50.000 millones de d¨®lares.
La t¨¢ctica de Trump, sin embargo, encierra el peligro de transformase en bumer¨¢n. EE UU empuja a Rusia y China a consolidar una alianza estrat¨¦gica basada en el viejo proverbio de que ¡°el enemigo de mi enemigo es mi amigo¡±.
Washington alent¨® esa peligrosa deriva cuando en su revisada Estrategia de Defensa Nacional en 2017 cit¨® la ¡°competencia entre grandes poderes [China y Rusia]¡± como el principal objetivo de la seguridad nacional. Las torpezas con Europa han abundado tambi¨¦n en ese aislacionismo suicida. Y, sin embargo, la tierra se mueve. China acelera y quiz¨¢s ahora lo haga m¨¢s r¨¢pido con la ayuda sin complejos de Rusia.
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