Sin tregua ni reconstrucci¨®n, la guerra acecha de nuevo a Gaza
La negociaci¨®n de un alto el fuego duradero entre Israel y Ham¨¢s fracasa por el veto de Abbas
¡°Les pago 50 shequels (12 euros) al d¨ªa. Es poco, pero si cobraran m¨¢s no podr¨ªamos exportar y se quedar¨ªan sin trabajo¡±, reconoce Bashir al Babaw mientras observa desde la ventana de su despacho el ajetreo en la nave de Unipal 2000, la firma textil que dirige en la franja de Gaza. ¡°Si sigue aumentado la violencia, tendremos que volver a cerrar¡±, apunta. Como si le hubiesen escuchado, los 250 empleados de la planta fabril se afanan ante las m¨¢quinas de coser. Esta maquiladora de ensamblaje textil se halla en Karni, donde la capital de la Franja m¨¢s se acerca a la frontera israel¨ª, en un pol¨ªgono industrial inaugurado hace dos d¨¦cadas por los entonces presidentes Bill Clinton y Yasir Arafat, cuando estadounidenses y palestinos, como el resto del mundo, a¨²n cre¨ªan en la paz de los Acuerdos de Oslo.
Unipal confecciona desde hace un a?o ropa para las principales tiendas de moda de Tel Aviv y Jerusal¨¦n. La f¨¢brica hab¨ªa permanecido cerrada desde 2007. El movimiento islamista Ham¨¢s se hizo entonces con el poder en el enclave mediterr¨¢neo e Israel reforz¨® el bloqueo con el cierre del paso de Karni. ¡°Estamos fabricando hasta 100.000 prendas al mes, pero aspiramos a producir para cadenas internacionales como Zara o Mango¡±, asegura Al Babaw, ¡°as¨ª s¨ª que podr¨ªamos tener sueldos decentes y ampliar plantilla¡±.
El sue?o de este empresario parec¨ªa cerca de cumplirse antes de que se desencadenara el 30 de marzo el mayor estallido de violencia en Gaza desde la devastadora guerra de 2014, la tercera en una d¨¦cada entre Israel y Ham¨¢s. Las protestas palestinas tienen como escenario tramos de la frontera como el descampado de Karni. Precisamente junto a las tapias del pol¨ªgono industrial se han registrado algunos de los incidentes m¨¢s sangrientos de la llamada Gran Marcha del Retorno, en la que han perdido la vida m¨¢s de 180 manifestantes palestinos y otros 20.000 resultaron heridos, una cuarta parte por disparos de militares israel¨ªes. En casi seis meses de violencia las tropas solo han registrado una baja mortal.
El pasado viernes se recrudecieron las protestas con m¨¢s de 13.000 participantes en unas marchas en las que murieron tres palestinos. Otros 10.000 manifestantes se concentraron ayer en varios puntos del l¨ªmite territorial, donde se registr¨® al menos un fallecido. Despu¨¦s de semanas de relativa calma, el goteo de muertes violentas no deja de crecer.
¡°En Gaza la gente ya no tiene nada que perder¡±, sostiene el analista Talat Okal, uno de los escasos observadores independientes en el interior de la Franja. La primera guerra de Gaza, denominada por Israel Operaci¨®n Plomo Fundido, elimin¨® entre diciembre de 2008 y enero de 2009 m¨¢s del 60% del capital productivo del enclave en apenas tres semanas, seg¨²n estimaciones de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad). La Operaci¨®n Margen Protector, el conflicto que se prolong¨® durante 50 d¨ªas entre julio y agosto de 2014, acab¨® arrasando el 85% de las carreteras, centrales el¨¦ctricas y plantas fabriles que a¨²n segu¨ªan en pie. Los ingresos reales de los dos millones de residentes en el enclave, con la mayor tasa de paro del mundo ¡ªun 44%¡ª, son hoy un 30% menores a los de la Segunda Intifada (2000-2005).
En medio de una bancarrota que ha llevado a ocho de cada diez gazat¨ªes a depender de la ayuda internacional para sobrevivir, las negociaciones que han mantenido recientemente Israel y Ham¨¢s ¡ªcon la mediaci¨®n de Egipto y la ONU¡ª para sellar una hudna o alto el fuego duradero han fracasado por el rechazo de la Autoridad Palestina, que se hab¨ªa visto excluida de esos contactos.
¡°La tregua estaba al alcance de la mano; y todo listo para firmarla, pero en el ¨²ltimo momento lleg¨® el veto del presidente Mahmud Abbas, quien amenaz¨® con suspender la coordinaci¨®n de seguridad con el Ej¨¦rcito en Cisjordania si era ignorado por Israel¡±, asegura Okal en la capital del territorio palestino.
Acabar la reconstrucci¨®n
¡°Ham¨¢s quiere llegar a un acuerdo para evitar que estalle una cuarta guerra¡±, advierte Basem Naim, director del Centro de Relaciones Internacionales de Gaza y uno de los ide¨®logos del movimiento islamista. ¡°No queremos una escalada, pero responderemos a las provocaciones. Si pinchas al mulo, seguro que te da una coz¡±, cita un proverbio palestino. ¡°Necesitamos que callen las armas para acabar la reconstrucci¨®n y volver a hacer habitable Gaza¡±, argumenta Naim, de 55 a?os, un cirujano formado en Alemania que ejerci¨® como ministro de Sanidad del Gobierno de Ham¨¢s.
¡°La ¨²nica soluci¨®n es abrir m¨¢s terminales de carga en la frontera, volver a abrir el paso de Karni: levantar el bloqueo econ¨®mico¡±, concluye el empresario Bashir al Babaw, nacido en 1958. ¡°El ataque a la terminal de Kerem Shalom [¨²nica para mercanc¨ªas en la Franja] por un grupo de manifestantes radicales arruin¨® los contactos que est¨¢bamos manteniendo con nuevos clientes¡±.
Al otro lado de la frontera de Gaza, frente al pol¨ªgono industrial de Karni, vive desde 1976 el diputado israel¨ª Haim Jelin. Nacido hace 60 a?os en Buenos Aires, este economista y parlamentario del partido opositor Yesh Atid (centro) cree que ¡°la econom¨ªa no entiende de l¨ªmites territoriales¡±.Antes de ocupar un esca?o en la Knesset fue dirigente local de los municipios israel¨ªes aleda?os a la Franja. ¡°La seguridad de quienes vivimos junto a la frontera depende tambi¨¦n de la mejora de la econom¨ªa en Gaza¡±, apostilla. ¡°Para ello hace falta un acuerdo entre Israel y Ham¨¢s que ponga fin a tantos a?os de violencia¡±.
Una econom¨ªa en bancarrota
¡°Hace tres d¨¦cadas hab¨ªa miles de trabajadores del sector textil en Gaza, que eran apreciados por su laboriosidad en Erez y Karni y en otras zonas industriales con empresas mixtas en la frontera¡±, recuerda el diputado israel¨ª Haim Jelin, residente en el l¨ªmite con la franja palestina. ¡°En aquella ¨¦poca sol¨ªamos ir de compras a Gaza y hab¨ªa negocios compartidos; pero despu¨¦s de tres guerras, ya no es posible¡±, explica este parlamentario y exresponsable municipal que decidi¨® tomar la iniciativa de un proceso de paz local centrado en la econom¨ªa. Jelim relata que se reuni¨® a comienzos de a?o con empresarios gazat¨ªes en la misma frontera de Erez. Entre ellos se encontraba Bashir al Bawab, el director de Unipal 2000. All¨ª le transmiti¨® la necesidad de buscar nuevos clientes internacionales para poder recuperar los mercados perdidos y crear empleo en la Franja.
¡°Hubo contactos con empresas espa?olas a trav¨¦s de canales diplom¨¢ticos, pero el estallido de violencia que sigui¨® al 14 de mayo [fecha del traslado de la Embajada de EE UU a Jerusal¨¦n, cuando se registraron m¨¢s de 60 muertos en la frontera] lo paraliz¨® todo¡±, puntualiza el diputado.
Empresas espa?olas
Un familiar de Al Bawab que reside en Espa?a fue quien asegura haber entrado en contacto con representantes de compa?¨ªas como Inditex y Mango para estudiar alg¨²n tipo de colaboraci¨®n empresarial, aunque reconoce que no llegaron a fructificar a causa del recrudecimiento de la violencia en el enclave costero. Un portavoz del grupo matriz de la cadena Zara ha informado de que no consta que se haya establecido ninguna relaci¨®n con Unipal, ni llevado a cabo ¡°la auditor¨ªa previa para confirmar que las instalaciones y procedimientos cumplen los requisitos sociales y medioambientales¡±. Un responsable de Mango tambi¨¦n ha explicado que no se hab¨ªa llegado a concretar ning¨²n acuerdo con la empresa palestina tras un primer contacto de aproximaci¨®n.
Los ejercicios diplom¨¢ticos de buena voluntad parecen haberse estrellado con el clima preb¨¦lico que se ha generado en torno a Gaza. Ni la mediaci¨®n de los servicios de inteligencia de Egipto ni los del enviado de la ONU para Oriente Pr¨®ximo, Nickolay Mladenov, impidieron que entre junio y agosto se produjeran sucesivos episodios de violencia en los que se registraron los mayores bombardeos de la aviaci¨®n israel¨ª sobre la Franja y las mayores oleadas de lanzamientos de cohetes contra territorio israel¨ª desde el final de la guerra de 2014.
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