La gran coalici¨®n alemana pacta un nuevo destino para el pol¨¦mico jefe del espionaje
Maassen pasar¨¢ a ser asesor especial en el Minsiterio de Interior y se anular¨¢ la subida de sueldo prevista
Otra negociaci¨®n in extremis. Otra cita extraordinaria para sofocar la amenaza existencial de una gran coalici¨®n alemana paralizada por las tensiones internas. La noche del domingo, los partidos del Ejecutivo alem¨¢n pactaron un nuevo destino laboral para Hans-Georg Maassen, el d¨ªscolo jefe de los servicios secretos internos alemanes, con el objetivo de aplacar el agrio debate que ha llevado al Gobierno de Berl¨ªn al borde de la ruptura. Maassen ser¨¢ nombrado asesor especial en el ministerio de Interior que dirige su valedor, Horst Seehofer, quien anoche adelant¨® el pacto en conferencia de prensa.
El ex jefe del espionaje, quien desat¨® una oleada de cr¨ªticas al minimizar la violencia neonazi, asesorar¨¢ ahora en asuntos europeos e internacionales relacionados con el asilo entre otros. Est¨¢ por ver c¨®mo reaccionar¨¢n los miembros del partido socialdem¨®crata (SPD), miembros de la coalici¨®n de Gobierno y muy cr¨ªticos hasta ahora con las negociaciones en torno al destino de Maassen.
El pasado martes, el bloque conservador que dirigen Merkel (CDU) y Seehofer (CSU) y el SPD acordaron el cese de Maassen, pero tambi¨¦n dieron el visto bueno a una espectacular patada hacia arriba que encumbrar¨ªa a Maassen hasta la secretar¨ªa de Estado del ministerio de Interior. El resultado era una promoci¨®n en toda regla, con un sustancioso aumento de sueldo incluido (de 11.500 euros al mes a 14.000), que escandaliz¨® a la clase pol¨ªtica y a la ciudadan¨ªa y provoc¨® una nueva crisis interna en el Gobierno de Berl¨ªn. Porque aunque el asunto del destino de Maassen podr¨ªa parecer a primera vista menor, es un s¨ªntoma inequ¨ªvoco de lo tirantes que est¨¢n las costuras de una coalici¨®n de gobierno instalada en una crisis casi permanente.
El origen de la crisis se remonta a principios de septiembre, cuando Maassen relativiz¨® la violencia ultraderechista que en Chemnitz estall¨® tras el apu?alamiento de un ciudadano alem¨¢n supuestamente a manos de extranjeros. El jefe de los servicios secretos internos dud¨® incluso de la veracidad de las im¨¢genes en las que manifestantes xen¨®fobos corren por las calles de Chemnitz tratando de dar caza a extranjeros. Maassen se aline¨® as¨ª con las teor¨ªas conspiratorias de la ultraderecha sin aportar prueba alguna para refrendar sus afirmaciones y se enfrent¨® de paso con Merkel, quien hab¨ªa condenado firmemente la xenofobia de Chemnitz.
Con su primer acuerdo el pasado s¨¢bado, los primeros espadas de la gran coalici¨®n midieron mal. Seehofer insisti¨® en promocionar a su protegido y los dem¨¢s pensaron que con cesar a Maassen bastaba para calmar la indignaci¨®n, pero se equivocaron. En el SPD, pero tambi¨¦n en el CDU el malestar fue en aumento, conscientes de que el ciudadano de a pie no comprend¨ªa ni aceptaba c¨®mo se pod¨ªa premiar a un responsable pol¨ªtico por su incompetencia.
El SPD volvi¨® a acabar convertido en el da?o colateral de las tensiones que resquebrajan el bloque conservador y el enfrentamiento entre Merkel y su ministro de Interior. A medida que avanzaba la semana, la presi¨®n interna en el SPD se volvi¨® insoportable y la credibilidad de la l¨ªder de un partido en horas muy bajas comenz¨® a peligrar seriamente. El viernes, Andrea Nahles (SPD) comprendi¨® que su supervivencia y al del Ejecutivo pasaba por rectificar y solicit¨® a la canciller por carta reabrir las negociaciones sobre el futuro laboral del jefe de los esp¨ªas.
El SPD de Baden-W¨¹rttemberg lleg¨® a pedir la dimisi¨®n de Seehofer, al que consideran, como no pocos alemanes el gran culpable de los males que aqueja la maltrecha coalici¨®n de Gobierno. ¡°Merkel permite al ministro de Interior ir de esc¨¢ndalo en esc¨¢ndalo, torpedeando durante meses al Gobierno [¡] gobernar es liderar, se?ora Merkel, exigimos la dimisi¨®n de Horst Seehofer¡±, indic¨® en una resoluci¨®n la agrupaci¨®n regional. "Ha llegado el momento de decir 'basta", consider¨® Johannes Kahrs, representante del ala m¨¢s centrista del SPD.
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