Los laboristas proponen que las grandes empresas den acciones y dividendos a sus empleados
El partido de oposici¨®n brit¨¢nico promete renacionalizar la energ¨ªa, el agua, los trenes y el servicio postal
El Partido Laborista de Reino Unido, que estos d¨ªas celebra su congreso anual en la ciudad de Liverpool, est¨¢ dispuesto a lanzar "una verdadera democratizaci¨®n industrial" si llega al Gobierno. El canciller en la sombra (ministro de Econom¨ªa) laborista, John McDonnell, ha anunciado en medio de aplausos su intenci¨®n de aprobar una ley que obligue a las empresas con m¨¢s de 250 empleados a crear un "fondo de propiedad" con los frutos de parte de sus beneficios que se ir¨¢ incrementado de modo gradual y dar¨¢ a los empleados acciones de la compa?¨ªa, para tener una mayor participaci¨®n en sus decisiones. El fondo, ha anunciado, repartir¨¢ sus dividendos entre los trabajadores y un fondo social destinado a mejorar los servicios p¨²blicos.
McDonnell ha puesto cifras concretas a su propuesta: cerca de 11 millones de empleados en Reino Unido se beneficiar¨ªan con ello, ha dicho, y su sueldo anual se incrementar¨ªa en 560 euros aproximadamente. La promesa de un mayor control de los trabajadores sobre las decisiones empresariales va m¨¢s all¨¢: un tercio de los asientos de los consejos de administraci¨®n, ha prometido, ser¨¢n para ellos.
Con los c¨¢lculos realizados por el equipo econ¨®mico del Partido Laborista, parte de los dividendos producidos por esos fondos de propiedad ¡ªque calculan en cientos de millones de euros¡ª ser¨¢n destinados a un nuevo fondo social que los distribuir¨¢ entre la sanidad p¨²blica, los colegios y el sistema de seguridad social brit¨¢nico. Las patronales del pa¨ªs ya se han mostrado en contra y? dispuestas a combatir lo que consideran un nuevo impuesto encubierto.
El Partido Laborista est¨¢ basando toda su estrategia en una sola opci¨®n: que el Gobierno conservador de Theresa May, enredado en sus luchas internas y atascado en el laberinto del Brexit, acabe adelantando las elecciones generales. Por eso el discurso de McDonnell ha intentado en primer lugar convencer a los votantes laboristas de que el partido est¨¢ preparado para gobernar y tiene un plan econ¨®mico detallado.
Y ese plan supone una combinaci¨®n de recetas socialdem¨®cratas tradicionales con otras m¨¢s novedosas, o la reelaboraci¨®n de viejos remedios con nuevos enfoques. Por ejemplo, la intenci¨®n de volver a nacionalizar servicios p¨²blicos como la electricidad, el agua, los trenes o el servicio postal, viene acompa?ada de un compromiso. Los laboristas no quieren arrebatar esos servicios a unas ¨¦lites financieras, dicen, para entregarlos a una ¨¦lite burocr¨¢tica. Anuncian una nueva orientaci¨®n en el modo de gestionar los bienes p¨²blicos m¨¢s democr¨¢tica. Nuevos ¨®rganos de gesti¨®n compuestos por ayuntamientos y consejos locales, trabajadores y consumidores que tomen sus decisiones colectivamente y de un modo transparente. Todo bajo la supervisi¨®n de un nuevo departamento del Tesoro que vigilar¨¢ la legalidad y equidad de esas decisiones.
McDonnell ha lanzado una seria advertencia a las grandes empresas que eluden el pago de impuestos: The game is over (el juego se ha terminado). Los laboristas quieren incrementar la vigilancia fiscal sobre esas corporaciones y las medidas de presi¨®n. Por ejemplo, ha anunciado, se pedir¨¢ a todas las instituciones que gestionan fondos de pensiones e invierten en esas compa?¨ªas que participen en la campa?a que un Gobierno laborista pondr¨ªa en marcha para exigirles m¨¢s transparencia en su rendici¨®n de cuentas.
No ha podido faltar en el discurso una menci¨®n al elefante en medio de la habitaci¨®n en este congreso: el Brexit. "El resultado de la rabia de los ciudadanos despu¨¦s de a?os de austeridad que han tra¨ªdo pobreza", justificaba McDonnell. El cerebro gris del partido, el alma gemela de Corbyn, ha puesto sobre la mesa, para que decidan los afiliados, la opini¨®n y la estrategia que defiende la direcci¨®n. Antes que pedir un segundo refer¨¦ndum, los laboristas prefieren que haya unas nuevas elecciones generales para poder llegar al Gobierno y negociar ellos la salida de Reino Unido de la UE, "que proteja la econom¨ªa y los empleos del pa¨ªs".
El Partido Laborista cree que sus votantes quieren medidas contundentes y no pa?os calientes. Por eso, ha explicado McDonnell, frente a discursos de anteriores direcciones que ante una situaci¨®n de crisis econ¨®mica optaban por rebajar las expectativas, ha anunciado su intenci¨®n de hacer lo contrario. "Cuanto mayor sea el estropicio que heredemos, m¨¢s radicales seremos", ha prometido.
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