La espectacular mudanza de una enorme casa centenaria a bordo de un cami¨®n
La mansi¨®n de madera, construida en 1860, fue salvada de la demolici¨®n y trasladada a una granja de una adinerada familia tejana. La singular operaci¨®n oblig¨® a cortar varias calles y una autopista
Las mudanzas son una pesadez, y cuando la que se muda es la casa, y no sus moradores, la cosa es casi peor. Billy Lemons, experto en llevar de un lado a otro estructuras hist¨®ricas, lo sabe bien. Y era consciente de que su ¨²ltimo encargo no iba a ser f¨¢cil. Lemons ha dirigido el delicado traslado de una mansi¨®n centenaria en la ciudad de Plano (Texas). La que est¨¢ considerada la casa m¨¢s antigua del lugar ha recorrido a bordo de un tr¨¢iler la distancia que la separaba de su nueva ubicaci¨®n. El cami¨®n parec¨ªa de juguete bajo el peso de la enorme mansi¨®n de madera, que fue salvada en el ¨²ltimo momento de acabar convertida en un mont¨®n de astillas.?
El traslado fue un espect¨¢culo, y ha quedado reflejado en varios v¨ªdeos en los que se puede ver c¨®mo los encargados de la laboriosa gesta tienen que retirar alambradas, cortar calles y autopistas y avanzar a veces a paso de tortuga. En algunos trayectos, para lograr seguir adelante, el cami¨®n tuvo que ser remolcado por una pareja de tractores y una pala excavadora, mientras un nutrido equipo de expertos supervisaba cada palmo del terreno por el que deb¨ªa pasar la comitiva.
Pero este ejemplar de arquitectura rural estadounidense no es una casa cualquiera. Es una reliquia. Collinwood House, que as¨ª se llama el caser¨®n, fue construida en 1860.?En 2009, la ciudad de Plano adquiri¨® la vivienda con la intenci¨®n crear un enorme parque en torno a ella, pero los t¨¦cnicos aseguraron que el inmueble era un peligro por su mal estado de conservaci¨®n.
Desde 2015, la hist¨®rica morada estaba ya sentenciada. Fue entonces cuando el Ayuntamiento de la ciudad texana, de 260.000 habitantes, decidi¨®, por cuatro votos a dos, tumbar la casa. Desde ese momento, se gener¨® todo un movimiento que intent¨® salvarla de las garras de las excavadoras y las mazas. Pero solo hab¨ªa tres opciones: echarla abajo, repararla o endos¨¢rsela a alguien.?
El museo agr¨ªcola de la ciudad lleg¨® a recaudar medio mill¨®n de d¨®lares para remozarla, pero las obras nunca se llevaron a cabo, porque el presupuesto necesario era mucho m¨¢s alto, concretamente 3,5 millones de d¨®lares. Despu¨¦s se pens¨® en desmantelarla tabl¨®n a tabl¨®n, pero igualmente el presupuesto era alt¨ªsimo: 250.000 d¨®lares.
Sin saber muy bien c¨®mo deshacerse de una propiedad que supon¨ªa un buen zarpazo para las arcas p¨²blicas, el Ayuntamiento pens¨® en ofrecer ese cuarto de mill¨®n de d¨®lares a quien se hiciera cargo de la mansi¨®n de madera y as¨ª quitase de en medio el problema. El Consistorio solo recibi¨® una oferta, la de Haggard Enterprises Ltd, una empresa comandada por los Haggard, una de las familias fundadoras de Plano y cuyos antepasados hab¨ªan vivido en la casa durante m¨¢s de dos d¨¦cadas, tal como cuenta el peri¨®dico Dallas News.
El traslado, que incluy¨® el granero y el gallinero, estaba previsto en dos fases; la primera, m¨¢s corta, la mover¨ªa media milla (1,6 kil¨®metros); y una segunda fase, m¨¢s delicada, con un trecho de casi 12 kil¨®metros (siete millas).
All¨ª, en la granja de los Haggard donde quedar¨¢ instalada definitivamente, el caser¨®n ser¨¢ restaurado para recobrar el esplendor que un d¨ªa luci¨®, cuando Plano era apenas un pu?ado de casas. La finca que deja atr¨¢s ser¨¢ un gran parque p¨²blico; un respiro para la populosa ciudad texana.
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