Trump enarbola el nuevo tratado comercial con M¨¦xico y Canad¨¢ como una victoria
El presidente defiende la mano dura negociadora: ¡°Para los ni?os que dicen que no ponga aranceles: sin aranceles no tendr¨ªamos este acuerdo¡±
Donald Trump present¨® este lunes en la Casa Blanca, a modo de mitin, el acuerdo con Canad¨¢ y M¨¦xico para refundar su gran tratado comercial. La reforma del llamado Nafta, siglas en ingl¨¦s del marco que les une desde 1994, fue una de sus grandes promesas electorales. La reforma o la ruptura. Esto ¨²ltimo supon¨ªa un peligro pol¨ªtico por los efectos en su propia base de votantes, llamados a las urnas en las elecciones legislativas en noviembre. Tras un primer pacto bilateral alcanzado en agosto con el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto, Ottawa se sum¨® al consenso este domingo por la noche. Un Trump plet¨®rico lo exhibi¨® como una gran victoria.
Hubo un tiempo en el que a los tres pa¨ªses norteamericanos se les conoc¨ªa como ¡°los tres amigos¡±, en espa?ol. Lo revirado de estos 14 meses de conversaciones y la arisca forma de negociar de Trump han enterrado ese esp¨ªritu, pero el gran marco comercial que estaba en juego se ha salvado: se trata de una zona de libre comercio en la que viven 450 millones de personas, que mueve m¨¢s de un bill¨®n de d¨®lares al a?o y que rige sus relaciones econ¨®micas desde hace m¨¢s de un cuarto de siglo. La idea de poner punto final a estas reglas de juego ten¨ªa de los nervios a la industria estadounidense y a muchos legisladores republicanos de estados agr¨ªcolas y ganaderos, que presionaron a Trump durante este a?o.
El nuevo marco ya no se llama Nafta, ni TLC (Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte), sino que atiende al nombre de USMCA por ¡°United States, Mexico, Canad¨¢¡±, un orden de iniciales nada inocente que Trump repiti¨® en varias ocasiones este lunes en Washington, cuando present¨® el pacto rodeado de sus asesores. El antiguo TLC era, para republicano, ¡°el peor acuerdo de la historia¡±, mientras que el nuevo "es una protecci¨®n para los trabajadores" del sector industrial y "una victoria para los ganaderos".
Entre los cambios benefician a Estados Unidos, y que Trump exhibir¨¢ hasta la saciedad durante las semanas que quedan ante los comicios al Congreso del 6 de noviembre, figuran las menores barreras a los productos l¨¢cteos estadounidenses que se exportan a Canad¨¢ y la obligaci¨®n de que los coches contengan m¨¢s componentes o materiales hechos por trabajadores norteamericanos con el fin de combatir la deslocalizaci¨®n industrial hacia pa¨ªses de mano de obra m¨¢s barata.
Hasta ahora, para que un autom¨®vil pudiera considerar producto local y por tanto libre de aranceles, el 62,5% de su contenido deb¨ªa haberse fabricado en algunos de los tres pa¨ªses socios. Con el nuevo acuerdo, este porcentaje sube al 75%. Adem¨¢s, se incorpora un requisito relacionado con los sueldos de los trabajadores: un porcentaje del contenido de los coches (ser¨¢ progresivo hasta alcanzar el 40% en 2023) debe estar hecho por empleados con salarios de 16 d¨®lares la hora, lo que triplica la media de un trabajador fabril mexicano.
Trump ha cargado contra el tratado como uno de los grandes problemas para la clase trabajadora estadounidense dentro de su gran batalla contra el d¨¦ficit comercial, que considera culpable de la p¨¦rdida de f¨¢bricas y empleos industriales, mejor pagados por lo generales que los del sector servicios, en favor de pa¨ªses de mano de obra m¨¢s barata. En concreto, desde que entr¨® en vigor, dijo Trump, ese el saldo negativo entre los que EE UU exporta y lo que importa ha sumado dos billones de d¨®lares y provocado la destrucci¨®n de m¨¢s de cuatro millones de puestos de trabajo fabriles. Aun as¨ª, China representa el grueso de ese d¨¦ficit (375.000 millones de los 556.000 millones de 2017), frente a los 68.000 que suponen sus vecinos socios norteamericanos.
¡°Hemos negociado este acuerdo bas¨¢ndonos en el principio de la justicia y la reciprocidad¡±, afirm¨® el presidente, para recalcar, una vez m¨¢s, que ¡°muchos pa¨ªses ¡° han tratado ¡°muy mal¡± a Estados Unidos. ¡°El resto del mundo est¨¢ mirando c¨®mo aprovecharse nosotros¡±, insisti¨® despu¨¦s, dejando claro que ve el comercio internacional como un asunto de suma cero en el que Estados Unidos, la primera potencia, tiene el poder suficiente como para subir el precio de los intercambios. En el centro de esta ofensiva comercial se encuentra Pek¨ªn, r¨¦gimen con el que ha comenzado una guerra arancelaria, y la Uni¨®n Europea, con la que tambi¨¦n comenz¨® retando con nuevos grav¨¢menes si bien ahora se ha abierto una nueva fase de negociaci¨®n.
Trump defendi¨® la mano dura en estas conversaciones, la estrategia de impulsar las tarifas aduaneras como mecanismo de presi¨®n. ¡°A los ni?os que dicen que no ponga aranceles le quiere decir que sin aranceles no tendr¨ªamos este acuerdo, hoy no estar¨ªamos aqu¨ª¡±, dijo.
La mano dura no ha tenido que ver solo con el fondo, sino con las formas del presidente de Estados Unidos. Cuando las conversaciones comenzar¨¢n el agosto de 2017, el escenario no pod¨ªa ser peor para M¨¦xico: Trump hab¨ªa usado al pa¨ªs vecino como un saco de boxeo durante la campa?a electoral, acusando a su Gobierno de dejar pasar por la frontera drogas y violencia, y convirtiendo el lema ¡°Construye el muro¡± en un ofensivo c¨¢ntico de campa?a. Con el transcurso del tiempo, la aspereza p¨²blica se dirigi¨® en cambio al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, a quien acab¨® insultado el pasado junio a trav¨¦s de su cuenta de Twitter tras una tensa cumbre del G-7 en Quebec. Este lunes, en la Casa Blanca, calific¨® a Pe?a Nieto de ¡°persona estupenda¡± y a Trudeau de ¡°persona buena muy comprometido¡± con su pa¨ªs.
La reforma de la Nafta supone para el republicano el cumplimiento de unas de sus promesas estelares, al igual de la gran rebaja de impuestos aprobada a principios de a?o, mientras que, por el contrario, no ha logrado el consenso suficiente para alumbrar una nueva reforma sanitaria que tumbe la pol¨ªtica de Obama o para obtener los fondos necesarios en la construcci¨®n del famoso muro en la frontera de M¨¦xico. En las conversaciones, Washington ha tenido que ceder y seguir aceptando el mecanismo com¨²n de resoluci¨®n de conflicto entre socios que rige en cap¨ªtulo 19.
Trump firmar¨¢ el acuerdo a finales de noviembre, es decir, unos 60 d¨ªas despu¨¦s de que el texto se haya hecho p¨²blico, tras lo cual se trasladar¨¢ el Congreso, que podr¨¢ ratificarlo ya en 2019. El presidente advirti¨® de que los dem¨®cratas pueden tratar de frenarlo en las c¨¢maras, un escenario que depende en buena parte del resultado electoral del pr¨®ximo oto?o.
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