Anillos para una boda proscrita en Tierra Santa
El enlace secreto entre una destacada periodista de televisi¨®n musulmana y el actor jud¨ªo coprotagonista de la serie ¡®Fauda¡¯ levanta un vendaval pol¨ªtico y religioso en Israel
Ni jup¨¢ (palio nupcial jud¨ªo) ni shar¨ªa (ley isl¨¢mica). En la boda celebrada el mi¨¦rcoles al atardecer en la costa del norte de Israel no hubo aparentemente rastro de signos religiosos. La ceremonia del enlace entre la periodista musulmana Lucy Aharish, de 37 a?os, y el actor y cantante jud¨ªo Tsahi Halevi, de 43, se desarroll¨® en secreto para evitar que fan¨¢ticos de ambas confesiones intentaran boicotear un enlace mixto proscrito por la ley y tachado de imp¨ªo por ultraortodoxos y salafistas. No parecen haber impedido el triunfo del amor en esta ocasi¨®n. La celebridad de la primera presentadora ¨¢rabe israel¨ª de un informativo de televisi¨®n de m¨¢xima audiencia y la popularidad del cantautor y coprotagonista de la serie Fauda, difundida a escala global por Netflix, les han salvaguardado de las amenazas de los Montescos y Capuletos de Tierra Santa. Pero ni siquiera la fama de un matrimonio de primera p¨¢gina ha servido para liberarles del acoso de las redes sociales, de la velada maldici¨®n a sus futuros hijos lanzada por un ministro jud¨ªo ultrarreligioso, ni de las amenazas encubiertas de los m¨¢s radicales.
¡°Hemos firmado un acuerdo de paz¡±, bromeaban los novios en la invitaci¨®n que hicieron llegar a los allegados m¨¢s ¨ªntimos convocados para dar fe de las nupcias. La comunidad ¨¢rabe israel¨ª a la que pertenece Lucy Aharish, que representa una quinta parte de la poblaci¨®n, es heredera de los palestinos que permanecieron dentro de las fronteras del Estado jud¨ªo tras su nacimiento hace 70 a?os. Im¨¢genes de la ceremonia distribuidas a trav¨¦s de Instagram llegaron a los medios israel¨ªes pasada la medianoche junto a un escueto comunicado difundido en un programa del canal privado Reshet 13, para el que trabaja la presentadora.
En Israel no existe el matrimonio civil. El Estado solo reconoce validez a los enlaces religiosos celebrados bajo los ritos del rabinato, del islam o de las iglesias cristianas. Para la mayor¨ªa jud¨ªa de la poblaci¨®n, los contratos nupciales est¨¢n en manos de rabinos ultraortodoxos, que imponen a las mujeres acatar el consentimiento previo del esposo para obtener el divorcio. Sin poder acudir a la v¨ªa civil, los casamientos interreligiosos son raros. De los 58.000 enlaces celebrados en 2015, solo 23 fueron entre ¨¢rabes y jud¨ªos.
De los 58.000 enlaces celebrados en 2015, solo 23 fueron entre ¨¢rabes y jud¨ªos
Aharish ¡ªque cobr¨® notoriedad internacional al denunciar en diciembre de 2016 en antena el ¡°holocausto¡± que estaba sufriendo la poblaci¨®n civil siria durante el sangriento asedio a la parte oriental de Alepo¡ª manten¨ªa desde hace cuatro a?os una relaci¨®n estable con el actor Halevi. Su convivencia era un secreto a voces entre la prensa del coraz¨®n del Tel Aviv, que prefiri¨® no airear el noviazgo para evitar que sufrieran el acoso de extremistas jud¨ªos y musulmanes.
Asimilaci¨®n de los jud¨ªos
A pesar de la aparente sordina oficial, en Israel no se hablaba el jueves de otra cosa. El ministro del Interior, el ultraortodoxo Ayre Deri, advirti¨® a trav¨¦s de la radio de que el Estado no debe fomentar los matrimonios mixtos a fin de evitar la ¡°asimilaci¨®n de los jud¨ªos¡±. Se refer¨ªa a la p¨¦rdida del derecho a ser reconocido como miembro de esa religi¨®n por nacimiento, que en el juda¨ªsmo solo la madre puede transmitir. ¡°Son una pareja enamorada que se ha casado, pero eso no est¨¢ bien¡±, apostill¨® el ministro. ¡°Tendr¨¢n hijos, y estos se enfrentar¨¢n a problemas a causa de su condici¨®n¡±, augur¨®. ¡°Aunque si Lucy lo desea, se puede iniciar el proceso para su conversi¨®n¡±.
El diputado del gubernamental partido Likud Oren Hazam se?al¨® tambi¨¦n a la periodista a trav¨¦s de Twitter el camino de la apostas¨ªa del islam y la conversi¨®n al juda¨ªsmo como ¨²nica v¨ªa para su redenci¨®n. ¡°Con ella no tengo nada personal. No estoy acusando a Lucy Aharish de haber seducido a un jud¨ªo para causar da?o a nuestra naci¨®n y a su linaje¡±, enfatiz¨® el parlamentario, que ha sido repetidas veces sancionado en la Kneset (C¨¢mara legislativa) por comportamiento extremista. ¡°Pero s¨ª que responsabilizo a Tsahi Halevi por haber llevado demasiado lejos su papel en Fauda¡±. La serie de acci¨®n israel¨ª muestra las tribulaciones de los mistaarvim (los que viven entre los ¨¢rabes, en hebreo), comandos de la unidad del Ej¨¦rcito que opera clandestinamente en territorio palestino bajo la apariencia de palestinos que dominan el dialecto y las costumbres de Cisjordania.
Desde una trinchera a¨²n m¨¢s radical, el activista jud¨ªo Bentzi Gopstein, dirigente de la organizaci¨®n Lehava, contraria a los matrimonios mixtos, exigi¨® al actor israel¨ª que ¡°preserve la dignidad del pueblo jud¨ªo y no caiga en la asimilaci¨®n¡±. Gopstein fue acusado en 2015 por las comunidades cristianas de Tierra Santa de haber defendido en una yeshiva (escuela rab¨ªnica) la quema de iglesias por constituir ¡°centros de idolatr¨ªa¡±. Estas palabras se pronunciaron poco despu¨¦s del ataque incendiario sufrido en el santuario de Tabgha, cerca del mar de Galilea, donde la tradici¨®n cristiana sit¨²a el milagro de la multiplicaci¨®n de los panes y los peces.
Con una par¨¢bola inspirada en el universo de las novelas de la serie Harry Potter, la diputada laborista Shelly Yachimovich sali¨® en defensa de la pareja jud¨ªo-musulmana. ¡°No hay que olvidar que los mort¨ªfagos (seguidores del tenebroso lord Voldemort) creen que solo los magos purasangre tienen derecho a existir y no cualquiera que se case con un muggle (humano sin habilidades m¨¢gicas). Lamento tener que recurrir a una met¨¢fora tan sutil¡±, sentenci¨® la parlamentaria en una clara alusi¨®n al racismo subyacente en las criticas a los esponsales.
Discrimada por ser ¨¢rabe
Lucy Aharish fue galardonada hace tres a?os por el Gobierno israel¨ª como modelo de integraci¨®n para los ciudadanos ¨¢rabes, mientras sectores de su propia comunidad y de la sociedad palestina condenaban sus actividades por favorecer la ¡°normalizaci¨®n de la ocupaci¨®n¡±. Ahora se ve sometida tambi¨¦n a las invectivas de radicales hebreos por haber violado un tab¨² cultural y religioso al desposar a un jud¨ªo. Halevi, un actor curtido en el teatro nacional Habima del Tel Aviv, se ha especializado en encarnar papeles ¨¢rabes, el ¨²ltimo el del dictador libio Muamar Gadafi en la pel¨ªcula El ¨¢ngel, producida por Netflix. Sus detractores, como Oren Hazam, le tachan de ¡°islamizado¡±. La periodista ha reconocido haber sufrido discriminaci¨®n a causa de su condici¨®n de ¨¢rabe, as¨ª como el rechazo de la comunidad musulmana por mantener una relaci¨®n sentimental al margen del islam.
Para sortear vetos y xenofobia, cada vez m¨¢s israel¨ªes celebran sus bodas en el extranjero, en particular en la cercana isla de Chipre. El Estado hebreo reconoce sin restricciones la validez de estos matrimonios civiles, una v¨ªa que ha aprovechado tambi¨¦n la pujante comunidad homosexual israel¨ª para legalizar las uniones en el exterior. La tasa de bodas rab¨ªnicas ha descendido un 8% en Israel en los dos ¨²ltimos a?os, una ca¨ªda que se desploma hasta el 15% en la liberal ciudad de Tel Aviv. Aharish y Halevi parecen haber optado por un casamiento alternativo en Israel: una ceremonia privada en la que se sella ante un letrado un documento de uni¨®n de hecho que se deposita despu¨¦s en un registro p¨²blico.
Condenas y parabienes por la boda de la presentadora y el actor circulan todav¨ªa con ¨ªmpetu por el torrente de las redes sociales en Israel, un pa¨ªs de castas donde la religi¨®n y las costumbres marcan fronteras de estilo de vida entre pueblos y barrios. Frente a algunos apocal¨ªpticos recados, una creciente mayor¨ªa social parece haber celebrado los esponsales de Lucy y Tsahi con sinceros mensajes de ¡°Mabruk!¡± y ¡°Mazel Tov!¡±, de felicidad y buena suerte a los novios. Al menos para la renombrada pareja, tal vez se haya empezado a romper la copa que simboliza la alianza de amor con una mano tintada de alhe?a.
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