Yo soy Jair
Como novelista debo penetrar en la piel de mis personajes, de ah¨ª que deje en la imaginaci¨®n del lector las siguientes reflexiones
Como novelista debo penetrar en la piel de mis personajes, de ah¨ª que deje en la imaginaci¨®n del lector las siguientes reflexiones:
S¨ª, s¨ª, yo soy Jair Bolsonaro, y, ?saben?, no me arrepiento de ser quien soy, ni de decir lo que digo ni de gritar lo que grito. Me interesa que conozcan mi vida y mis posturas pol¨ªticas como quien analiza una radiograf¨ªa a contra luz. No tengo nada que esconder, ni soy hip¨®crita ni oculto mis convicciones ideol¨®gicas. Los brasile?os deben contemplarme cual soy, a diferencia de los pol¨ªticos de todas las latitudes y de todos los tiempos que se disfrazan con mil m¨¢scaras para esconder su verdadera personalidad y sus aut¨¦nticas intenciones. Mentir no es lo m¨ªo. No soy embustero ni el manipulador que enga?a al pueblo con tal de llegar poder. Nadie debe sorprenderse cuando cumpla los compromisos adquiridos con la sociedad durante la campa?a.
Yo, Jair Bolsonaro, no puedo obligar a la gente a votar por m¨ª. Voy a ser presidente con la debida legitimidad democr¨¢tica porque el pueblo cree en mi discurso y comparte mis objetivos pol¨ªticos. A la mayor¨ªa de los brasile?os les divierte que yo le haya contestado a una diputada de izquierda que ella ¡°no merecer¨ªa ser violada porque era muy mala y muy fea¡±, cuando se atrevi¨® a acusarme de estimular las violaciones en contra de las mujeres.
S¨ª, es cierto, ?pero, ?a qui¨¦n se le antoja violar a una mujer fea? A la gente le fascina mi sinceridad y tan le fascina mi transparencia, que por esa raz¨®n gan¨¦, pero por mucho, la primera vuelta electoral. Los hechos son tercos. ?M¨¢s? ?S¨ª, claro!: tambi¨¦n declar¨¦ que ¡°el error de la dictadura fue torturar y no matar¡±. En eso se equivocaron nuestros l¨ªderes de la dictadura brasile?a de 20 a?os de duraci¨®n, breve por cierto, porque torturaron, cuando su obligaci¨®n era ir mucho m¨¢s all¨¢, o sea, a matar para imponer el verdadero progreso en Brasil. ¡°No voy a combatir ni a discriminar, pero si veo a dos hombres bes¨¢ndose en la calle, los voy a golpear¡±, para no dejar dudas de mis intenciones, y s¨ª, s¨ª me duele ¡°gastar m¨¢s de mil millones de d¨®lares al a?o en la comunidad brasile?a de descendencia africana¡±, aunque al declararlo me llamen xen¨®fobo los envidiosos de mi candidatura, de la misma manera en que etiquetan como machista, fascista, neonazi, mis¨®gino, sexista, racista, entre otros calificativos ciertamente fundados. La verdad ante todo: es cierto que tengo esas debilidades, como tambi¨¦n las disfruta Donald Trump, ese gran l¨ªder, en realidad, mi gu¨ªa, el mismo que me ense?¨® a agredir a la prensa y a luchar por la portaci¨®n de armas. ?l ganar¨¢ las elecciones legislativas el pr¨®ximo mes de noviembre, no va a ser destituido, sino que se reelegir¨¢ en el 2020 y pasar¨¢ a la historia como el m¨¢s destacado presidente norteamericano de la historia, porque ¨¦l supo, al igual que yo, entender a sus electores defendi¨¦ndolos de una oposici¨®n obnubilada que sencillamente no entiende que no entiende¡
Nada me detendr¨¢, ni las arteras pu?aladas me har¨¢n desistir como tampoco me vencer¨¢ la oposici¨®n que me acus¨®, con raz¨®n, pero sin ¨¦xito, de haber creado odio entre la sociedad. Nadie lograr¨¢ descarrilar a Trump ni a Giuseppe Conte, de Italia, ni a Katrin Ebner-Steiner de Baviera, ni a Maduro de Venezuela, ni a Rodrigo Duterte, de Filipinas, ni a Valdimir Putin, ni a Viktor Orban, de Hungr¨ªa, entre otros tantos m¨¢s que hacen justicia al saber interpretar los sentimientos de sus pueblos. Nadie puede detener la rotaci¨®n de la Tierra ni ignorar los sentimientos de una naci¨®n. Los brasile?os me instalar¨¢n en el Palacio de Planalto, el 28 de octubre.
El electorado sabe que soy machista, fascista, neonazi, mis¨®gino, sexista, racista; sabe que estoy con la dictadura brasile?a, como Ch¨¢vez lo estuvo, en su tiempo, con la venezolana, y que solo violo mujeres guapas. Sabe tambi¨¦n que se apreci¨® el real y que los inversionistas de la bolsa de valores de Brasil, los due?os del dinero, est¨¢n conmigo, ah¨ª est¨¢n las cotizaciones¡ Ganar¨¦ y de inmediato volar¨¦ a Washington a abrazar a mi querido pr¨ªncipe rubio¡
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