Intelectuales de Am¨¦rica y Europa alertan contra Bolsonaro
Pensadores y artistas opinan sobre la posible victoria del ultra en Brasil
La decisiva votaci¨®n de este domingo en Brasil marcar¨¢ un antes y un despu¨¦s en la historia del pa¨ªs m¨¢s grande de Am¨¦rica Latina. La victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro que pronostican? las encuestas?sumir¨ªa a Brasil en una era incierta, en la que, si se cumplen todas sus amenazas, la democracia sufrir¨ªa un claro retroceso. Ante este escenario, EL PA?S ha recabado la opini¨®n de destacados intelectuales, pensadores y personalidades de la cultura de Am¨¦rica y Europa, que valoran la posible llegada al poder de Bolsonaro.
Walter Salles, cineasta brasile?o
Estar¨ªamos entrando en un periodo de oscuridad, que traer¨ªa consecuencias no solamente para Brasil. Ser¨ªa la victoria del prejuicio y de la intolerancia. Ser¨ªa tambi¨¦n el fin de la agenda ambiental del pa¨ªs, la salida de Brasil del acuerdo clim¨¢tico de Par¨ªs, el fin del sistema de cuotas en las universidades y de otros mecanismos de inclusi¨®n social. Las puertas estar¨ªan abiertas para la deforestaci¨®n de la Amazonia. La ret¨®rica bolsonarista lo coloca m¨¢s cerca de Duterte de que de Trump, con las consecuencias nefastas de lo que se ve en el r¨¦gimen dictatorial filipino. En relaci¨®n a su programa econ¨®mico, conviene recordar que el ultra-liberalismo de la escuela de Chicago solo ha convivido con reg¨ªmenes dictatoriales en Latinoam¨¦rica, como en Chile de Pinochet. No creo que ese modelo pueda establecerse en un pa¨ªs democr¨¢tico como Brasil, a menos que la propia democracia sea puesta en riesgo.
Alice Braga, actriz brasile?a
Si Jair Bolsonaro gana la segunda vuelta de las elecciones ser¨ªa una grieta profunda en nuestra sociedad, pa¨ªs y en el mundo. Ha esparcido el odio de tal manera que hace avergonzarse a Marine Le Pen y que Trump parezca un republicano moderado. Hay un pico imprevisto en cr¨ªmenes de odio y no hay que olvidar que Brasil tiene el mayor n¨²mero de asesinatos a sangre fr¨ªa de activistas LBGT y ambientalistas. Quiere sacar a Brasil del acuerdo clim¨¢tico de Par¨ªs, de Naciones Unidas. Adem¨¢s, abrir¨¢ los caminos para que el sector rural marche por la Amazon¨ªa armado con pistolas, pesticidas y motosierras. Esto no es solo un problema de Brasil, es un asunto de todos para tener un futuro m¨¢s seguro. Necesitamos a todos y los necesitamos ahora. ?nanse.
Sergio Ram¨ªrez, escritor nicarag¨¹ense
Jair Bolsonaro, el favorito para ganar la segunda vuelta electoral en Brasil, surge del desencanto en la izquierda que, al resultar culpable de corrupci¨®n, mat¨® muchas esperanzas: ?No era la corrupci¨®n un vicio exclusivo de la derecha? Pero surge tambi¨¦n de la transformaci¨®n de un electorado inmenso, el m¨¢s grande y variado de Am¨¦rica Latina, en una gran escuela de samba donde baila su danza macabra la demagogia m¨¢s pervertida, Dios, orden, familia; ensaya su paso la a?oranza por las dictaduras militares para que se meta en cintura no a la pobreza, sino a los delincuentes que reinan en las favelas; cantan a capela sus loas al salvador de la patria patriarcal los predicadores de las iglesias fundamentalistas que gracias a los r¨¦ditos y diezmos viven con el lujo de reyes de baraja; mueve el trasero la complacencia de los grandes magnates con un ojo tuerto para la corrupci¨®n de los capos de los partidos de derecha y el otro abierto para mandar al pat¨ªbulo a los de la izquierda; y mientras atruenan los tambores el rey Momo va en su carroza seguido por su corte de la que han sido expulsadas las mujeres, coronado en una cuaresma electoral que, ya lo veremos, tendr¨¢ su viernes santo.
Juan Villoro, escritor mexicano
Bolsonaro representa un riesgo extraordinario para Am¨¦rica Latina y para el mundo entero. Estamos viendo el ascenso en elecciones de un candidato al que no podemos vacilar de calificar de fascista. Es un candidato discriminatorio y racista quien parad¨®jicamente ha logrado, ya sea por miedo en un sentido pragm¨¢tico de conveniencia, tener el apoyo de los sectores que ¨¦l mismo repudia. Se ha opuesto a cualquier pr¨¢ctica democr¨¢tica al dedicarle su triunfo al torturador de Dilma Roussef, ha insultado a los homosexuales, a los negros, una comunidad muy importante en Brasil, a los pobres. Es verdaderamente vergonzoso que se convierta en un candidato que niega la participaci¨®n comunitaria, la tolerancia y que aparentemente ser¨¢ el hombre fuerte de Brasil. Es muy peligroso que este ejemplo parecido a Trump, aunque m¨¢s agudo, pueda estimular respuestas parecidas en el continente. Estamos ante una ascensi¨®n de la irracionalidad pol¨ªtica que nos obliga a recordar que Hitler lleg¨® democr¨¢ticamente al poder.
Alma Guillermoprieto, reportera y escritora mexicana
Me parece que la probable elecci¨®n de Bolsonaro sea tal vez lo m¨¢s peligroso que ha ocurrido en Am¨¦rica Latina en ¨¦pocas recientes. No solo por lo que su capacidad de generar odio va a afectar a los brasile?os, ni por lo impracticable de sus pol¨ªticas econ¨®micas, sino porque su promesa de abrir la regi¨®n amaz¨®nica a la explotaci¨®n comercial pone en peligro la salud del planeta entero.
Juan Gabriel V¨¢squez, escritor colombiano
Jair Bolsonaro es un fascista: y ser¨ªa un error, un nuevo error en la larga cadena de errores que los dem¨®cratas hemos cometido en los ¨²ltimos dos a?os, creer que es una desmesura llamarlo por ese nombre. Lo que ocurre es que el suyo es un fascismo de nuevo cu?o que todav¨ªa no nos espanta como debiera, tal vez porque act¨²a desde dentro, minando la democracia mediante la explotaci¨®n de sus propias libertades, de sus propias garant¨ªas. Pero sus rasgos son inconfundibles: el elogio de los autoritarismos militaristas, la violencia verbal m¨¢s c¨ªnica y directa que ha visto la pol¨ªtica latinoamericana en d¨¦cadas, el grotesco matoneo de todas las minor¨ªas y, sobre todo, el eficaz uso de los discursos del enfrentamiento y la divisi¨®n (del nosotros contra ellos: primera p¨¢gina del manual del populismo extremista). Su victoria en Brasil, jalonada por la desinformaci¨®n de Facebook y las calumnias en cadena del Whatsapp, propiciada por el resentimiento, el miedo y la ignorancia, ser¨ªa una instancia m¨¢s en el progresivo desmantelamiento de la democracia occidental. Son palabras grandes, como grande es el primer adjetivo de este p¨¢rrafo; pero seguir jugando a las palabras peque?as es lo que nos ha puesto aqu¨ª. Esta gente es peligrosa y sus votantes est¨¢n equivocados. Que no nos d¨¦ pudor decirlo.
Claudia Pi?eiro, escritora argentina
Me preocupa tremendamente el discurso homof¨®bico, antimujeres y prodictadura que tiene Bolsonaro y que eso no sea lo suficientemente pesado para que no se lo vote. ?C¨®mo alguien puede votar diciendo "no importa lo que dice respecto a los homosexuales porque vamos a tener una mejor tasa de inter¨¦s"? ?En qu¨¦ nos estamos convirtiendo?, ?c¨®mo una persona sensata puede decir semejante barbaridad? Creo que esto pas¨® porque durante 20 a?os hubo un crecimiento de las iglesias evang¨¦licas y la derecha consigui¨® unirse a ellas. El poder que les faltaba a las derechas latinoamericanas lo est¨¢n consiguiendo a trav¨¦s de estas uniones. Es un proceso que lo hemos visto, que no hemos podido revertir y que hoy encontramos ya instalado en Brasil. No s¨¦ si en otros pa¨ªses se podr¨¢ dar una situaci¨®n similar. (Sebasti¨¢n) Pi?era en Chile ha tenido algunas conversaciones con los evang¨¦licos, ac¨¢ nos pasamos todo el tiempo viendo que la gobernadora, el presidente, se re¨²ne con la Iglesia cat¨®lica y los evang¨¦licos como si eso no tuviera ning¨²n costo a futuro. Pero lo tiene.
Jorge Ramos, periodista mexicano
El auge de Bolsonaro en Brasil refleja, desafortunadamente, lo peor de Brasil y de Am¨¦rica Latina. No hay duda. En nuestro hemisferio hay una enorme desilusi¨®n con la democracia. Como la democracia no se come, ni evita que te maten, ni ha reducido significativamente la distancia entre ricos y pobres, hay un regreso a la idea del hombre fuerte. En toda Am¨¦rica Latina hemos tenido una salvaje variedad de tiranos y dictadorcillos. Pero ahora en Brasil reaparece como un monstruo de m¨¢s cabezas: machista, hom¨®fobo, xen¨®fobo, mis¨®gino y racista.
Al igual que como ocurri¨® con Trump en Estados Unidos, es muy preocupante que a millones de votantes brasile?os no les importe votar por alguien como Bolsonaro. Es como si su voto no dijera nada sobre ellos. Pero se equivocan. Tu voto habla de qui¨¦n eres t¨². Les guste o no, los casi 63 millones de personas que votaron por Trump se parecen a ¨¦l. En algo. Igual ocurre en Brasil. Y prep¨¢rense: Trump ¡ªcon sus ataques, mentiras y prejuicios¡ª parti¨® en dos al pa¨ªs. Los brasile?os est¨¢n a punto de hacerlo tambi¨¦n. Y todo, ir¨®nicamente, gracias a la democracia.
Caetano Veloso, cantautor brasile?o
Si Bolsonaro resulta elegido, nos encontraremos cara a cara ante las ideas m¨¢s toscas de c¨®mo debe organizarse una sociedad humana. Brasil es un pa¨ªs un tanto an¨®malo. El fen¨®meno ¡ªque forma parte de una onda mundial de populismos conservadores¡ª se ha construido en el seno de nuestra gente, con su forma de hablar y reaccionar. Con sinceridad. Bolsonaro dice y representa todo lo que abomino, todo con lo que discrepo. Mi esperanza es que estemos escribiendo correctamente en l¨ªneas muy torcidas. El Brasil que yo descubr¨ª con mi padre, el que llevo en el coraz¨®n, no puede ser simplemente negado. No lo consiguieron 21 a?os de dictadura y no lo conseguir¨¢n ahora los bozales.
H¨¦ctor Abad Faciolince, escritor colombiano
¡°O ya no pasa lo que yo entend¨ªa, o ya no entiendo lo que est¨¢ pasando¡± es un c¨¦lebre apunte de [el fallecido escritor mexicano Carlos] Monsiv¨¢is. Lo que est¨¢ ocurriendo en Brasil no puede ser entendido con el viejo esquema del enfrentamiento entre izquierda y derecha. El otro esquema binario de comprensi¨®n, autoritarismo versus liberalismo, se acerca m¨¢s, pero tampoco agota el an¨¢lisis.
Para que la lectura de la vieja izquierda funcione se requiere una masa de poblaci¨®n explotada. Pero si en las franjas m¨¢s pobres de las grandes ciudades el desempleo toca cimas del 20% o del 30%, esta franja no puede llamarse explotada sino marginada, irrelevante en t¨¦rminos laborales porque aunque haya puestos de trabajo esa porci¨®n de los ciudadanos no ha sido educada para poderlos desempe?ar.
En la vieja izquierda liberal hemos defendido la liberaci¨®n sexual, la ruptura con la Iglesia cat¨®lica, la despenalizaci¨®n del uso de drogas, y hemos sido permisivos y laxos con la delincuencia, atribuyendo su causa a la miseria. Esto pudo ser liberador para los burgueses, pero en las zonas urbanas marginadas ha significado embarazo infantil y juvenil, reemplazo del catolicismo por las sectas evang¨¦licas, drogadicci¨®n desenfrenada y una inseguridad desatada que afecta, sobre todo, a los pobres y a la clase media. Tambi¨¦n cerramos un ojo ante la corrupci¨®n, si los corruptos eran de izquierda.
En una situaci¨®n as¨ª, desesperante, no es nada raro que gane el m¨¢s arrogante y el m¨¢s loco. El que no se parezca en nada al pol¨ªtico tradicional, y el que ofrezca supuestas soluciones f¨¢ciles de entender: la ira fascista, la represi¨®n feroz y el nacionalismo rastrero. Que gane entre los m¨¢s ricos y reaccionarios es normal. Pero si gana entre las clases medias y marginadas, esto no se debe ni siquiera a lo que dice, sino a que al menos le entienden lo que dice, sobre todo si lo que dice se parece a lo que los pastores evang¨¦licos gritan en los sermones.
Jorge Edwards, escritor chileno
Brasil es un pa¨ªs de frecuentes sorpresas electorales. En la primera mitad del siglo XX, un rinoceronte del zool¨®gico de Rio de Janeiro obtuvo un alto porcentaje de votos en una elecci¨®n presidencial. Se llamaba Cacareco y hab¨ªa llegado a ser querido por los cariocas. No s¨¦ si Bolsonaro es un nuevo Cacareco, pero el proceso electoral todav¨ªa no termina. Brasil es un Estado de derecho, desde los tiempos de su separaci¨®n de Portugal. Tenemos que esperar con paciencia, con distancia equilibrada, y seguir pensando que es un gran pa¨ªs amigo y una democracia moderna que en su ya larga historia ha pasado por par¨¦ntesis democr¨¢ticos modernos y ha sabido superar con sabidur¨ªa pol¨ªtica esos par¨¦ntesis y esas interrupciones de su tradici¨®n constitucional.
Adolfo P¨¦rez Esquivel, argentino premio Nobel de la Paz en 1980
Algunos dicen que la humanidad perdi¨® la capacidad de asombro, pero creo que no es as¨ª, creo que se perdi¨® la capacidad de reaccionar frente a los acontecimientos que nos desbordan, y esto tiene que ver con la falta de conciencia cr¨ªtica, de coraje y decisi¨®n para enfrentar las pol¨ªticas y mecanismos de dominaci¨®n. Con mucha claridad lo dijo el m¨¢rtir Luther King: ¡°No me preocupa el grito de los violentos, sino el silencio de los buenos¡±. Nadie es due?o de la verdad, pero algunas verdades son menos discutibles que otras: Lula est¨¢ preso para que el PT no ganara en primera vuelta. Quienes fueron c¨®mplices del golpe a Dilma Rousseff y la proscripci¨®n de Lula, hoy se lamentan por abrirle una incre¨ªble posibilidad al terrorismo fascista en Brasil. Si son verdaderamente democr¨¢ticos, todos los partidos pol¨ªticos deben unirse y llamar a votar a (Fernando) Haddad, quien no solo significa el retorno de la democracia y el republicanismo a Brasil, sino tambi¨¦n capacidad de gobierno para cuidar al pueblo del hambre, del desempleo, del analfabetismo y de la violencia del crimen organizado. Muchos que est¨¢n en silencio a¨²n est¨¢n a tiempo de que la historia no los recuerde como cobardes, tal como se recuerda a quienes dejaron avanzar el terrorismo fascista en otras ¨¦pocas.
Noam Chomsky, ling¨¹ista
La elecci¨®n de Bolsonaro ser¨¢ una tragedia para Brasil y la regi¨®n. De hecho, para el mundo. Literalmente. Uno de sus planes m¨¢s escandalosos consiste en abrir el Amazonas para que lo exploten sus votantes ricos del negocio agr¨ªcola, con consecuencias devastadoras para el medio ambiente global, adem¨¢s de para los habitantes ind¨ªgenas, que no merecen un cent¨ªmetro cuadrado de espacio, como declar¨® en un llamamiento a un virtual genocidio.
Bolsonaro no s¨®lo es uno de estos vergonzosos l¨ªderes de extrema derecha que degradan la pol¨ªtica contempor¨¢nea. Va mucho m¨¢s all¨¢. Quiz¨¢ su momento m¨¢s vil ¡ªy hay muchos¡ª fue durante el grotesco ¡®golpe suave¡¯ de la derecha, cuando un Parlamento formado por destacados criminales destituy¨® a la presidenta Dilma Rousseff bas¨¢ndose en motivos irrisorios. Bolsonaro dedic¨® su voto al jefe de la espantosa unidad de tortura de la dictadura que fue responsable de la feroz tortura de Rousseff. Quiz¨¢ no sorprenda viniendo de alguien que critica la dictadura s¨®lo porque esta no asesin¨® a 30.000 personas, como en Argentina. Una lista de horrendas salidas de tono llenar¨ªa muchas p¨¢ginas. Sus programas para el pa¨ªs, si se aplicasen, ser¨ªan muy beneficiosos para los inversores y los superricos a expensas de la poblaci¨®n considerada sin valor, una categor¨ªa amplia, mientras el pa¨ªs declina hacia una caricatura lamentable.
Susana Malcorra, excanciller argentina
Se sabe que los esloganes de campa?a no siempre se trasladan a la gesti¨®n. No obstante, algunos de los mensajes del candidato Bolsonaro generan se?ales de alerta. Por ejemplo, su marcado escepticismo respecto del Mercosur y la idea de llevarlo a un modelo de uni¨®n aduanera, con la implicancia de retrotraer el esfuerzo realizado a su m¨ªnima expresi¨®n de integraci¨®n. Esto desarmar¨ªa una de las instituciones que las democracias trajeron a la regi¨®n para superar largos per¨ªodos de distanciamiento y recelo que hasta inclu¨ªan hip¨®tesis de posible conflicto. Si algo nos ha faltado es acelerar el proceso de integraci¨®n para asegurar que los beneficios econ¨®micos de ser parte de un mercado com¨²n cimenten la confianza mutua entre todos los actores y destierren cualquier opci¨®n alternativa.
H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn, periodista y escritor mexicano
La posible victoria de Bolsonaro es la consecuencia de la destrucci¨®n del sistema de partidos pol¨ªticos brasile?os. Es una mala noticia para la democracia, corro¨ªda por la corrupci¨®n al extremo de que el ¨²nico que le podr¨ªa haber competido, el expresidente Lula, est¨¢ en la c¨¢rcel. Me preocupa que hay algo m¨¢s que populismo en Bolsonaro, que es el fascismo. Me preocupa tambi¨¦n que tiene un componente antidemocr¨¢tico como el integrismo religioso, que viene con el auge de las confesiones evang¨¦licas en Brasil. Este conjunto de problemas, en un horizonte de instituciones destruidas, es muy preocupante. Sobre todo con un hombre que hace parte del linaje militar de una dictadura que no fue derrotada ni por la democracia ni por sus propios errores. El nacimiento de este fascista, apoyado en el elogio de la estructura militar, no augura nada bueno para Brasil ni para Am¨¦rica Latina
Gael Garc¨ªa Bernal, actor mexicano
El incendio del Museo Nacional de Brasil es sintom¨¢tico de la falta de eje, se acab¨® la estructura tot¨¦mica, tiene que ver con desidia, negligencia, abandono. Es representativo de que hay un abandono tremendo de la construcci¨®n de pa¨ªs. Eso que fue hecho poco a poco, de pronto alguien aprovecha esa nada para soltar un discurso simplista, clasista, hom¨®fobo, todo con oposici¨®n porque yo no soy tal, no soy como los otros. Y mucha gente cree que esa es la soluci¨®n. Estamos al borde de un cataclismo. Hay un golpe de Estado aterciopelado, distinto a como se hac¨ªa antes. Hay una especie de populismo de derechas, capitalista, que se agarra de lo que conviene para mantener las grandes fortunas. Creo que hay algo relacionado con eso, debe ser una decepci¨®n terrible estar en Brasil en estos momentos. Es realmente triste sentir que por m¨¢s que se diga no hay una repercusi¨®n, ya est¨¢ el trato hecho. O incluso hay buenas noticias, las bolsas reaccionan muy bien, o lo que suced¨ªa con Trump, de bueno no va a ser as¨ª como piensan¡
Alberto Barrera, escritor venezolano
Parece inevitable no buscar una relaci¨®n entre los esc¨¢ndalos de (corrupci¨®n) Lava Jato u Odebecht y el ¨¦xito de Bolsonaro. ?l es un nuevo ejemplo de la crisis de la representaci¨®n del liderazgo, del fracaso de la pol¨ªtica, que vive el continente. Su popularidad no es ideol¨®gica. En ella hay m¨¢s desespero que racionalidad, m¨¢s falta de opciones que discernimiento. Tampoco es una novedad: prometer magia y fuerza. Esa parece ser la clave del populismo autoritario latinoamericano.
Bolsonaro a¨²n no ha ganado y ya es una preocupaci¨®n internacional. Sus opiniones son una desventaja, para el fr¨¢gil cuadro institucional de Brasil y tambi¨¦n para la situaci¨®n que vive la regi¨®n. Otro autoritarismo personalista no ayudar¨¢ en la compleja crisis que vive Latinoam¨¦rica.
Joan Manuel Serrat, cantante espa?ol
Un personaje como Bolsonaro aparece constantemente en los diferentes pa¨ªses del cono sur, del este y del oeste. Es un personaje con un argumento mis¨®gino, racista, hom¨®fobo. Es dif¨ªcil de asumir, sin embargo, que lo apoye la mitad del pa¨ªs. Imagino c¨®mo estar¨¢n amigos y compa?eros como Caetano Veloso, Mar¨ªa Bethania o Gilberto Gil. Para ellos debe ser una circunstancia dolorosa, de soledad y de abandono, de necesidad de transmitir a la gente que conocen por el mundo que ellos son lo que son. Este Bolsonaro no me parece tan espantoso como el hecho de que miles de brasile?os lo hayan percibido como una alternativa de gobierno con ese ideario que propone. El racismo de Trump es lamentable, porque es la prolongaci¨®n del pasado supremacista de la Am¨¦rica profunda. Y a pesar de todas sus barbaridades, acerca de las mujeres, de sus opositores, sus comentarios no se acercan ni de lejos al racismo de Bolsonaro. Su ret¨®rica incluye odio e incendio. A su ascensi¨®n contribuyen las Iglesias, la pentecostal y la cat¨®lica, que le apoyan en sus denuestos contra el aborto y sobre la droga. Subyace en todo lo que hace la venganza contra pol¨ªticas sociales de Lula y de Dilma, que sacaron a treinta millones de personas de la pobreza.
Alejandro Sanz, cantante espa?ol
La gente reacciona muy bien, lamentablemente, a los discursos m¨¢s aberrantes e insospechados. A veces ocurre que cuando estos personajes, como Trump o Bolsonaro, ocupan los puestos para los que son elegidos despu¨¦s de esas bravatas, bajan el tono y se cuidan mucho de cumplir sus barbaridades. La estupidez es una droga que lleva a la gente a ir cada vez un poco m¨¢s lejos en sus barbaridades, y las palabras se convierten en placebos, se vuelven inocuas. Pero no hay manera de olvidar el efecto que tienen sobre la ciudadan¨ªa, aunque ¨¦sta deje de sorprenderse de lo que escucha.
Juan C¨¢rdenas, escritor colombiano
Sospecho que todas nuestras advertencias contra Bolsonaro y fen¨®menos afines ¡ªTrump, Brexit¡ª, sospecho que nuestras desesperadas explicaciones que invocan derechos, conquistas sociales y valores de la tradici¨®n liberal, son totalmente contraproducentes y nada persuasivas entre una gran masa de votantes, que ven estas figuras grotescas como una posibilidad de expresar rabias y frustraciones contra esa misma tradici¨®n liberal. Son las contradicciones internas del liberalismo, es en el coraz¨®n de las tinieblas del capitalismo global donde se han engendrado los bolsonaros y los trumps. No son una amenaza externa, sino interna. Es evidente que tenemos que vencerlos en las urnas, oponernos a ellos con decisi¨®n, pero debemos pensar y atacar las causas profundas del fen¨®meno. Responsabilizar exclusivamente al progresismo latinoamericano de las ¨²ltimas d¨¦cadas por un Bolsonaro es, como m¨ªnimo, un acto de mezquindad en el enfoque. Las contradicciones de ese progresismo son solo un cap¨ªtulo de la historia m¨¢s amplia del choque entre la l¨®gica depredadora del capital y las din¨¢micas emancipadoras. Bolsonaro es una creaci¨®n de nuestras fantas¨ªas reprimidas, un amo a la medida de nuestras patolog¨ªas y nuestro narcisismo liberal. Habr¨ªa que empezar a derrotarlo dentro de nuestro discurso, de nuestro esquema deseante.
Bernard-Henri L¨¦vy, fil¨®sofo y escritor franc¨¦s
Veo y entiendo la desaz¨®n, la tristeza y la c¨®lera de los brasile?os. Sin duda, la crisis est¨¢ ah¨ª. Y la extensi¨®n de la corrupci¨®n. Y el aumento de la violencia urbana. Pero ninguna soluci¨®n puede venir de un populista que no hace m¨¢s que prometer nuevas violencias y el desgarro de su pueblo. ?Hay que recordar las innumerables declaraciones racistas, mis¨®ginas, hom¨®fobas, belicistas y, a veces, criminales del candidato que hoy encabeza los sondeos? Y, ?no es evidente que las declaraciones de este tipo, as¨ª como el programa que las acompa?a, van en contra de todo aquello de lo que Brasil puede estar orgulloso: su multietnicidad, su tradici¨®n y sus pr¨¢cticas de acogida, su liberalismo verdadero y la cohabitaci¨®n, en sus ciudades inmensas y bellas, de m¨²ltiples creencias?
Me cuesta creer que la patria de Chico Buarque y Chico Mendes se deje as¨ª tentar por un retorno a un pasado atroz, que ha dejado tantas cicatrices a¨²n abiertas. Me cuesta imaginar que el pa¨ªs d¨¦ la espalda de repente al adagio famoso: ¡®Brasil, tierra de futuro¡¯. Es por esto que expreso el deseo de que, antes de que sea demasiado tarde, el pa¨ªs rompa el proceso anti-democr¨¢tico mort¨ªfero que se inici¨® en 2014 y que hoy llega a su estadio m¨¢s cr¨ªtico. Le queda una semana para evitar un vuelco que dif¨ªcilmente ser¨¢ reversible. Brasil debe extraer fuerzas de su memoria sufriente y del recuerdo de los horrores de la dictadura militar que entre 1964 y 1985 tom¨® el pa¨ªs como reh¨¦n. Debe decir #EleN?o al candidato de extrema derecha que exhibe abiertamente su desprecio por las reglas democr¨¢ticas. Todos sabemos que el nacionalismo exacerbado, el desprecio por los derechos humanos y las minor¨ªas, la agitaci¨®n del odio como estrategia de campa?a son las armas de los populistas. Y la Historia, incluida la brasile?a, rebosa de ejemplos dram¨¢ticos que indican ad¨®nde puede conducir esto.
Brasil no es, ciertamente, el ¨²nico pa¨ªs que debe enfrentarse a una ola populista. Mi pa¨ªs, Francia, ve tambi¨¦n c¨®mo constantemente se pone a prueba la Rep¨²blica. Pero, hasta ahora, un frente republicano siempre ha logrado hacer barrera. Brasil puede hacer lo mismo. Puede elegir a un candidato serio y probo, Fernando Haddad. Que pueda, votando a Haddad, evitar que un hombre que con orgullo encarna la barbarie eche por tierra tan reciente democracia. Brasil vale m¨¢s que esto. El Brasil que el mundo entero admira es el de las mujeres que se manifiestan contra el horror. Es el Brasil de las Marielles. Es el de la una oposici¨®n resuelta a Bolsonaro y a sus armas.
Beatriz Sarlo, analista pol¨ªtica argentina
Bolsonaro, victorioso, soberbio y desfachatado, prueba algunas de las hip¨®tesis que se hicieron corrientes en estos a?os. Por ejemplo, que el poder territorial de los grandes partidos se ha debilitado frente a fuerzas que no son pol¨ªticas en su origen, pero ofrecen consolaci¨®n espiritual y organizaci¨®n comunitaria. Tal es el caso de los pentecostales, que ya ven¨ªan demostrando su influencia en Brasil y tienen representantes en el Congreso. Cuando la pol¨ªtica se vuelve demasiado compleja, incomprensible o lejana; cuando la corrupci¨®n disuelve la credibilidad; cuando la distancia entre el mundo de los representados y el de sus representantes parece un p¨¢ramo intransitable por ausencia de mediaciones institucionales, entonces llega un dirigente que propone una relaci¨®n demag¨®gica con los sectores sociales que aspira a conquistar. Halaga sus peores prejuicios y construye escenarios donde el miedo al futuro cultiva predicciones catastr¨®ficas.
Milton Hatoum, escritor brasile?o
Un eventual Gobierno de Bolsonaro ser¨¢ un enorme retroceso pol¨ªtico y social. ?l y sus hijos desprecian e incluso amenazan la democracia y las instituciones democr¨¢ticas. Ayer (domingo), el capit¨¢n amenaz¨® a los votantes del profesor Haddad. ??l no sabe que muchas de estas personas votar¨¢n en Haddad para defender la democracia? Me pregunto por qu¨¦ los votantes de Bolsonaro no perciben que su candidato pretende actuar como Nicol¨¢s Maduro, el caudillo venezolano que persigue y arresta a sus adversarios pol¨ªticos. En el fondo, Bolsonaro es influenciado por lo mismo que Maduro, un pol¨ªtico autoritario y corrupto, que recurri¨® al fraude y al chantaje para elegirse. Ambos son violentos y recurren a las milicias para intimidar y denunciar a sus adversarios. Por cierto, la admiraci¨®n de Bolsonaro por Hugo Ch¨¢vez es antigua. En septiembre de 1999, el candidato dijo en una entrevista que Ch¨¢vez era "una esperanza para Latinoam¨¦rica". Los brasile?os anhelan una nueva pol¨ªtica, pero lo que Bolsonaro representa es lo que hay de m¨¢s viejo y oscuro. Los votantes ser¨¢n enga?ados. En menos de seis meses la clase media sentir¨¢ el impacto negativo de la pol¨ªtica econ¨®mica. Por ¨²ltimo, como escritor brasile?o, es una verg¨¹enza ver a ese hombre grosero, mis¨®gino, racista e ignorante en la presidencia. ?l declar¨® que su libro de cabecera es la obra de un torturador. ?Qu¨¦ hermoso ejemplo de humanismo y cultura democr¨¢tica!
Chico Buarque de Holanda, cantante brasile?o
¡°Todav¨ªa prefiero creer en la victoria de Fernando Haddad. La otra opci¨®n ser¨ªa un desastre para Brasil y una verg¨¹enza para los brasile?os¡±
Lilian Schwarcz, historiadora y antrop¨®loga
Si Bolsonaro gana las elecciones el d¨ªa 28, lo har¨¢ a trav¨¦s de las urnas y del voto popular. No cuestiono, por tanto, que sea una cuesti¨®n democr¨¢tica. Cuestiono sin embargo la ¡°calidad¡± de la democracia que ¨¦l representa. Una democracia que no respeta a los derechos humanos, que incita a la violencia y al armamento, que no admite la pluralidad de opciones de g¨¦nero, que humilla a las poblaciones negras, y que afirma descaradamente que no admitir¨¢ las reservas ind¨ªgenas instituidas constitucionalmente. De la misma forma, la democracia es un concepto que tambi¨¦n ha cambiado. Ahora sirve para definir proyectos que la contradicen. Si Bolsonaro gana vamos a tener que estar preparados el d¨ªa despu¨¦s para formar un frente progresista de tama?o de Brasil. Un Brasil distinto, m¨¢s generoso, variado e incluyente que este que vemos tomar fuerza en 2018.
Daniela Mercury, cantante
El candidato hizo durante cuatro a?os una campa?a tensa, extremadamente agresiva, basada en discursos de odio, discriminaci¨®n de negros y homosexuales y ofensas a las mujeres. Ahora en la recta final de la campa?a, hubo la vergonzosa denuncia del peri¨®dico Folha de S.Paulo sobre la manipulaci¨®n de fake news, impulsadas por Caja 2 de campa?a. Adem¨¢s, hubo amenazas a la democracia, idolatr¨ªa a torturadores, irrespeto a los ind¨ªgenas, amenazas al Supremo Tribunal Federal. (...) Todo eso ha llamado la atenci¨®n de todo el mundo a lo que est¨¢ sucediendo en Brasil. Esto sin hablar de la falta de di¨¢logo [del candidato Jair Bolsonaro] y de democracia al desistir de los debates con sus opositores, dejando a la poblaci¨®n sin la posibilidad de conocer las propuestas de cada uno. Este clima negativo y sombr¨ªo vino tras a?os muy dif¨ªciles para los brasile?os, despu¨¦s del impeachment de la presidenta [Dilma Rousseff], despu¨¦s de decenas de esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que generaron tristeza y desconfianza. Los ¨¢nimos se agudizaron y este clima oscuro abri¨® espacio para m¨¢s de 50 casos de violencia relacionada con sus partidarios. La violencia lleg¨® junto con intolerancia, prejuicio y discriminaci¨®n. Al leer este peque?o resumen que hice aqu¨ª de lo que ronda esta candidatura, el lector puede responderme si [Bolsonaro] representa un riesgo para Brasil. Desgraciadamente, en esta votaci¨®n, la elecci¨®n no es pol¨ªtica. Estamos escogiendo entre la democracia y la barbarie para que, en cuatro a?os, todos puedan votar nuevamente y hacer una elecci¨®n pol¨ªtica de acuerdo con lo que suceda al mando del pa¨ªs, en esos cuatro a?os que se seguir¨¢n. El fascismo necesitaba enemigos para crecer y encontrar. ?Yo soy de la paz y contra el fascismo y seguir¨¦ mi camino por los senderos de la paz, de la inclusi¨®n, de la democracia y del bien, sin renunciar nunca a lo que creo! (...) Independientemente del resultado de las elecciones, seguir¨¦ cobrando al gobernante, luchando por nuestra libertad y uniendo y fortaleciendo a la poblaci¨®n a trav¨¦s del arte.
Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo
El triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil confirma una vez m¨¢s la avanzada de la derecha en la regi¨®n, pero esto no nos debe sumir en la desaz¨®n. Las Abuelas sabemos de los avances y los retrocesos de la historia. A lo largo de 41 a?os de lucha, hemos padecido la desaparici¨®n y muerte de nuestros hijos, la apropiaci¨®n de nuestros nietos, la persecuci¨®n pol¨ªtica y la anulaci¨®n de todas las garant¨ªas constitucionales. Aun as¨ª, logramos el regreso de la democracia, el juicio a las Juntas Militares y comenzamos a restituir la identidad a nuestros nietos y nietas. M¨¢s temprano que tarde volvimos a sufrir la burla del poder que premi¨® a los genocidas y esto, junto al crecimiento de la pobreza empujado por el neoliberalismo: ajuste e impunidad siempre han ido de la mano.
Hoy puede resultar desolador, pero no hay otro camino que seguir luchando con la certeza de que el trabajo sostenido volver¨¢ a dar sus frutos, confiando en el valor de la palabra, en reconocernos en las otras y en los otros, en la comunicaci¨®n como espacio de debate y construcci¨®n m¨¢s all¨¢ de los medios masivos de desinformaci¨®n. Sigamos luchando. El poder est¨¢ en el pueblo.
Han colaborado: Marc Bassets, Juan Cruz, Luis Pablo Beauregard, David Marcial, Francesco Manetto, Federico Rivas Molina, Javier Lafuente, Beatriz Juc¨¢ y Tom C.Avenda?o.
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