Bolsonaro refuerza sus opciones de triunfo en Brasil

Bolsonaro tiene, por ahora, votos de sobra para ganar la presidencia de Brasil. Su capacidad para generar adeptos parece no solo ser imparable, sino tambi¨¦n m¨¢s r¨¢pida que la de su rival, Haddad, y adem¨¢s no se ve que requiera grandes esfuerzos del candidato. En los d¨ªas desde su victoria en la primera vuelta, cuando gan¨® por un margen mayor de lo que muchos se hab¨ªan atrevido a sospechar, el ultraderechista ha reducido sus apariciones medi¨¢ticas al m¨ªnimo posible, y a entornos extremadamente controlados, siempre con el pretexto de que la pu?alada que le atest¨® un lun¨¢tico en un acto de campa?a el 6 de septiembre le exige grandes ratos de reposo.

Y as¨ª, manteniendo silencio mientras otros el critican -incluyendo hasta la ultraderechista francesa Marie Le Pen, que la semana pasada tild¨® sus comentarios de "extremadamente desagradables"-, solo ha logrado afianzarse. El l¨ªder de la extrema derecha sigue tan a la cabeza como en aquella votaci¨®n y todav¨ªa mantiene la c¨®moda distancia que le separa de Haddad, el cual se ha estado esmerando mucho m¨¢s en apelar a los votantes y, seg¨²n los sondeos, cae peor que nunca.

Esto ¨²ltimo supone un importante cambio de din¨¢mica. El hecho de que, hasta los d¨ªas previos a la primera vuelta, el 44% del electorado dijese que nunca votar¨ªa a Bolsonaro esperanzaba a sus cr¨ªticos. ?l era siempre el cadidato m¨¢s impopular, y ese clamor, que en un fin de semana de manifestaciones lleg¨® a parar el pa¨ªs, servir¨ªa de muro de contenci¨®n. Eso ser¨ªa lo que impedir¨ªa que un exmilitar defensor de la dictadura y la tortura entrase en la presidencia.

Pero ya aquellos d¨ªas el rechazo estaba bajando t¨ªmidamente; ahora ha descendido a un 35%, lo que significa que la extrema derecha no asusta en Brasil tanto como pod¨ªa parecer en un primer momento, y que la idea de tener como presidente a alguien que en su d¨ªa dijo que prefer¨ªa "sobrevivir en un r¨¦gimen militar que morir en democracia" no lleva a la gente suficiente a los brazos de su rival.

Haddad tiene ahora un rechazo del 47%, m¨¢s de lo que Bolsonaro nunca tuvo (claro que ¨¦l no tiene otros 12 candidatos entre los que repartir el rechazo). En una entrevista exclusiva con EL PA?S realizada durante el fin de semana, Haddad se mostraba sin embargo optimista. "No creo que sea imposible llegar al 50% en 15 d¨ªas", asever¨®. Pero la ventaja de Bolsonaro es enorme, los pocos d¨ªas que quedan para las urnas van pasando y la inquina que suscita el Partido de los Trabajadores no se suaviza ni bajo la amenaza de la extrema derecha. El milagro que muchos creen necesario para que hubiese un vuelco en la segunda vuelta debe ser cada vez mayor.

La gran estrategia de Haddad era retratar a Bolsonaro como un retr¨®grado irredento, sin respeto por las instituciones ni los derechos civiles, pero no se puede decir que el ultraderechista esconda sus intenciones en sus escasas apariciones p¨²blicas. Esta semana -al margen de v¨ªdeos diarios en directo en su canal de Facebook, donde ya ha alcanzado ya los siete millones de seguidores-, Bolsonaro se ha prestado a aparecer solo en una rueda de prensa, en una entrevista en una radio amiga (la cual fue grabada) en la que dijo "nunca he visto a una mujer quejarse de ganar menos que un hombre" y que quer¨ªa dejar Brasil "como era hace 40 o 50 a?os" y en una visita a un batall¨®n militar el lunes.