El presidenciable de Brasil que creci¨® en Facebook y no quiere salir de ah¨ª
Jair Bolsonaro, el favorito para ganar las elecciones del domingo, tiene millones de seguidores en redes, rechaza los debates y da contadas entrevistas para mantener el mensaje bajo control
Es posiblemente uno de los momentos m¨¢s surrealistas de la campa?a electoral de Brasil. Sin duda, el m¨¢s escatol¨®gico. Ocurri¨® en Internet, crucial campo de batalla en estos comicios. Jair Messias Bolsonaro, clar¨ªsimo favorito de la segunda vuelta, veterano diputado, explica en directo a sus ocho millones de seguidores en Facebook que no asistir¨¢ al debate televisado con el que tradicionalmente culmina la campa?a. Convaleciente de una pu?alada, desgrana en directo ¨Cun Facebook Live en la jerga¡ªlos motivos de su ausencia. Dice que tiene permiso m¨¦dico para ir al cara cara, pero prefiere no correr riesgos. De repente, se sube la camiseta¡. Y ense?a la bolsa de la colostom¨ªa mientras dice: "El personal quiere que vaya al debate, pero puedo tener un problema con la bolsa, puedo tener que volver al hospital y todo eso para debatir con un poste". Pasen y vean en estado puro al candidato que ha revolucionado la pol¨ªtica de Brasil.
Bolsonaro ha llevado un grado m¨¢s all¨¢ el concepto de hacer pol¨ªtica en las redes sociales. Evita intermediarios. Esquiva cr¨ªticas. Tiene un control casi absoluto sobre su mensaje. Da la espalda a los debates y tambi¨¦n a los m¨ªtines despu¨¦s de que un desequilibrado con simpat¨ªas izquierdistas lo acuchillara. Acude a los medios tradicionales, lo justo y solo a los afines y otros terrenos seguros.
Si Barack Obama fue el primero que vislumbr¨® el potencial de Internet para recaudar dinero, el primer ministro Narendra Modi dio la batalla en Twitter e hizo vibrar a cientos de miles en todos los rincones de India en m¨ªtines simult¨¢neos gracias a un holograma, Donald Trump descubri¨® en los trinos una alternativa a los siempre inc¨®modos medios tradicionales, el italiano Matteo Salvini descubri¨® el potencial de los Facebook Live y Bolsonaro ha llevado la estrategia a una nueva fase; solo se deja ver en pantalla.
El ex militar que dedic¨® su vot¨® en la destituci¨®n de Dilma Rousseff al torturador de la expresidenta ha logrado hacer de la necesidad virtud. Sin un partido potente, ni aliados evidentes y con solo 8 segundos de propaganda frente a partidos de toda la vida, planific¨® una estrategia volcada en redes, un ecosistema que premia y potencia el tribalismo, el radicalismo y el histrionismo. Un terreno f¨¦rtil donde difundir su ultraderechismo conservador sin renunciar a distorsiones o mentiras flagrantes.
Usa distintos canales, con discursos distintos dirigidos a distintas audiencias, explica Francisco Carvalho de Brito, director de Internet Lab, una consultor¨ªa de derecho y tecnolog¨ªa. ¡°Bolsonaro usa FB para difundir su agenda, para hablar a sus bases, que no conf¨ªan en los grandes medios. Cuando quiere moderar su discurso, acepta dar entrevistas en televisi¨®n para enviar se?ales a los mercados, a las instituciones... Recurre a Twitter para responder r¨¢pido a los temas ((pol¨¦micos))¡ Usa los grupos de Whatsapp como clubs de fans en los que se puede ser parte de su red¡¡±.
Facebook ha cerrado en la recta final de la campa?a 69 p¨¢ginas y 43 cuentas vinculadas al grupo empresarial Raposo Fernandes Associados por violar las normas sobre spam y tergiversaci¨®n, pero la tecnol¨®gica ha rechazado la petici¨®n de reducir en Brasil el l¨ªmite de personas a las que se puede reenviar mensajes de 20 a 5 como ocurre en India. ¡°Es muy preocupante, caminamos en hielo porque las fake news se fabrican a escala industrial, pero la verificaci¨®n de la informaci¨®n es un proceso que lleva mucho tiempo¡±, ha recalcado esta semana Thiago Tavares, director de Safernet, una ONG que analiza las redes en busca de posibles delitos, informa France Presse.
La p¨¢gina oficial en Facebook de Bolsonaro tiene ocho millones de seguidores (a¨²n lejos de sus 49 millones de votos en primera vuelta) en la recta final de una campa?a que el encarcelado expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva empez¨® con 3,6 millones y el militar retirado con 5,5 millones. Un salto enorme para un pol¨ªtico cuyo primer mensaje en Facebook tuvo solo 70 me gusta.
El brasile?o estren¨® la p¨¢gina en un momento clave. En junio de 2013 las calles (y las redes) estallaron. La subida del transporte p¨²blico en Sao Paulo (con Haddad de alcalde) cataliz¨® la indignaci¨®n popular y sac¨® a millones a las calles convocados por otros brasile?os de a pie en redes, lejos de partidos, sindicatos y movimientos sociales. Algunos pol¨ªticos tradicionales vieron en las redes sociales una posibilidad de reinventarse y buscar relevancia. Grupos sociales de derecha tambi¨¦n vislumbraron el fil¨®n. Estos han sido un vertiginoso crescendo de una din¨¢mica que ha visto surgir grupos como el ultraliberal y agresivo Movimento Brasil Livre (Movimiento Brasil Libre, MBL), cuestionamiento de las elecciones que gan¨® por la m¨ªnima Rousseff en 2014, su destituci¨®n, nuevas protestas masivas¡ y en 2017 el salto al ruedo de Bolsonaro con ba?os de masas retransmitidos por redes y visitas a cuarteles.
Movimento Brasil Livre fue uno de los agitadores de las masivas movilizaciones de 2015 contra la presidenta Roussef. Aquellas eran las primeras marchas de la derecha como tal desde el fin de la dictadura en 1985. El exmilitar ya ambicionaba hace tres a?os presentarse a estas elecciones presidenciales. MBL emprendi¨® una guerra cultural en sinton¨ªa con los evang¨¦licos y Bolsonaro. Desde la creaci¨®n de su p¨¢gina en Facebook, el favorito para presidir el mayor pa¨ªs de Latinoam¨¦rica a partir de enero utiliz¨® de manera intensiva el canal para difundir la agenda que defend¨ªa como diputado federal: la oposici¨®n al proyecto de ley que criminaliza la homofobia, su propuesta de votar con papeleta para evitar un supuesto fraude en las urnas electr¨®nicas, el rechazo a una Comisi¨®n de la Verdad ¡ªque investiga abusos cometidos por el Estado durante la dictadura militar, etc¨¦tera. Pero no descuida Whatsapp al que tanto debe. El a?o pasado le dedic¨® un proyecto de ley.
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