¡°Seguimos desenterrando la barbarie de la guerra en Colombia¡±
El director del Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica, pr¨®ximo a dejar su cargo, afirma que sus investigaciones han contribuido a sacudir a la sociedad
Gonzalo S¨¢nchez (L¨ªbano, Tolima, 1945), autor de libros cl¨¢sicos de las ciencias sociales en Colombia, forma parte de la camada de investigadores que se lleg¨® a conocer como los ¡°violent¨®logos¡±. Abogado y fil¨®sofo de la Universidad Nacional, con un m¨¢ster de la universidad de Essex y un doctorado en sociolog¨ªa pol¨ªtica de la Escuela de Altos Estudios de Par¨ªs, dirige desde el a?o 2007 el Grupo de Memoria Hist¨®rica, que pas¨® a ser el Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica, la entidad encargada de documentar el conflicto armado. En decenas de informes, el CNMH, surgido de la ley de v¨ªctimas de 2011, ha reconstruido las masacres m¨¢s emblem¨¢ticas de guerrillas y paramilitares, as¨ª como las dimensiones de la guerra que ha asolado a Colombia por m¨¢s de medio siglo.
S¨¢nchez ya ha anunciado su retiro del cargo. ¡°La memoria se convirti¨® en un patrimonio p¨²blico, de los colombianos pero tambi¨¦n de la humanidad¡±, dice a EL PA?S en su estudio, en el tradicional barrio bogotano de Teusaquillo, al repasar su labor. El nombramiento de su sucesor ha despertado intensos debates en un momento delicado para la implementaci¨®n del acuerdo de paz con las FARC bajo el gobierno de Iv¨¢n Duque, un cr¨ªtico de la negociaci¨®n que el pasado 7 de agosto relev¨® a Juan Manuel Santos. Advierte que ¡°lo que estamos viendo en relaci¨®n con la tareas del centro es la puesta en marcha, en vivo, en escena, del relato como un nuevo campo de batalla¡±.
Pregunta. ?C¨®mo definir¨ªa el momento que atraviesa Colombia?
Respuesta. Es un momento muy extra?o. Es un cruce de algo que se vivi¨® en los ¨²ltimos cuatro o cinco a?os, que era un horizonte de esperanza, con el cambio generado por las elecciones, que se traduce en un momento de incertidumbre. Parecer¨ªa haber todav¨ªa alientos para la esperanza, pero eso se ve m¨¢s desde afuera que desde adentro. La gente que est¨¢ mirando desde fuera, con la experiencia de an¨¢lisis de los conflictos armados, hace una invitaci¨®n permanente a la paciencia, a que a los cambios sobrevinientes a un proceso de negociaciones hay que darles unos tiempos.
Hay signos muy complejos. Un proceso de paz exige much¨ªsima definici¨®n, compromiso, decisi¨®n sobre lo que hay que apoyar. Los mensajes que se mandan desde toda la institucionalidad suenan todav¨ªa ambiguos. Los signos sobre la consolidaci¨®n de lo que supuestamente deb¨ªa estar en marcha no son tan alentadores. No hay unas l¨ªneas claras que permitan mantener muy firmemente el optimismo. A todo esto se agrega un contexto internacional muy poco favorable, por lo menos en el vecindario. El proceso va a sobrevivir por la inercia de lo que es, pero vamos a estar en aguas procelosas un largo rato.
P. En su momento, en Colombia se us¨® mucho la expresi¨®n de que los astros estaban alineados para alcanzar el acuerdo con las FARC.
R. Los astros se desalinearon demasiado r¨¢pido. Si se hubieran desalineado con cuatro o cinco a?os del proceso andando en forma, el barco resiste bien, pero es que aqu¨ª la tempestad le madrug¨® al embarque. Estamos en una situaci¨®n dif¨ªcil.
P. Parecer¨ªa que Colombia no quiso ver la barbarie de la guerra mientras ocurr¨ªa. ?Los informes del CNMH le han abierto los ojos?
R. S¨ª. Cuando lanzamos el primer informe sobre la masacre de Trujillo con mucha fuerza, en 2008, el impacto fue tremendo. Y seguimos desenterrando esa barbarie: las masacres de El Salado, de La Rochela, de El Tigre, de Bah¨ªa Portete (¡). Y seguimos a?o tras a?o mostrando los m¨²ltiples rostros de la masacre, las enormes cifras de la tragedia que el pa¨ªs hab¨ªa vivido, cuando comenzamos a mirar procesos ya no locales o regionales sino temas globales como el despojo de tierras, la desaparici¨®n forzada, el secuestro, el reclutamiento forzado. Las cifras escandalizan al pa¨ªs, pero por momentos. La toma de consciencia del impacto de la guerra es de grandes rel¨¢mpagos. Es una lucha de la memoria y de la verdad permanente por ser reconocida, de lo que se ha ido mostrando paso a paso. Parecer¨ªa como si se necesitara otra vez que se prendiera la guerra para que la sociedad volviera a descubrir qu¨¦ tanto se hab¨ªa ganado con la paz.
P. Hay cifras dif¨ªciles de entender, como la de 4.000 masacres o m¨¢s de 80.000 desaparecidos. ?Alguno de los informes lo impact¨® particularmente?
R. El de la desaparici¨®n forzada, que vimos crecer como fen¨®meno en el proceso investigativo. Cuando empezamos, las cifras que se manejaban eran de cinco, siete mil desaparecidos en el pa¨ªs. Esas cifras se nos van creciendo gradualmente, y ahora llegamos por el proceso mismo de esclarecimiento a esta cifra escandalosa de m¨¢s de 80.000 desapariciones en la democracia colombiana. Las dimensiones fueron superiores a todas las dictaduras sumadas del Cono Sur, y no hab¨ªamos visto eso.
P. ?Alg¨²n otro?
R. Todos los informes fueron terribles, esto fue un proceso de conmoci¨®n repetida. Cuando se descubre Trujillo, con esas formas de la violencia asociadas a la motosierra, eso sacudi¨® al pa¨ªs. Escuchar la violencia de El Salado, ejercida sobre una poblaci¨®n inerme recogida en una peque?a plaza, y c¨®mo comenzaron en un acto ceremonial, ritual, a ejercer las formas m¨¢s perversas de tortura a los ojos de todos los que quedan vivos, de ni?os y mujeres, hasta llegar a liquidar a esa poblaci¨®n¡ S¨ª, yo creo que el centro ha contribuido enormemente a trav¨¦s de este trabajo a sacudir a la sociedad colombiana.
P. ?Qu¨¦ le dir¨ªa a su sucesor o sucesora en el cargo?
R. Que la confianza que se ha construido con las comunidades hay que protegerla, guardarla y proyectarla. Segundo, que debe tener una mirada muy abierta, muy integral del conflicto, para que el centro siga manteniendo su legitimidad, el reconocimiento de todas las v¨ªctimas, de todos los actores, de todos los responsables y de todos los territorios. Es decir, esa vocaci¨®n globalizante del conflicto es la que le da la legitimidad que se est¨¢ defendiendo ahora. Y el tercer punto, el trabajo del centro se convirti¨® en un referente pol¨ªtico muy importante en el pa¨ªs, y hay que continuar abriendo los actores que entran a la conversaci¨®n de la memoria. Nosotros la iniciamos y quisi¨¦ramos que se protegiera, no solamente para las v¨ªctimas, para la sociedad.
P. Algunas organizaciones han hecho un llamado a defender la visi¨®n ampl¨ªa y pluralista del CNMH. ?Siente que su legado en este momento de cambio de gobierno est¨¢ bajo riesgo?
R. Los mensajes no han sido muy claros. Yo confiar¨ªa en que despu¨¦s de esta movilizaci¨®n que ha puesto en el centro del debate p¨²blico la importancia de la memoria, de los archivos, de la apertura a escuchar las diferentes voces que han vivido la guerra en el pa¨ªs, la nueva direcci¨®n que sea d¨¦ cuenta de esa diversidad enorme que es la diversidad del conflicto. El peor mensaje que se le puede mandar a la sociedad es que el centro se va a convertir en vocero de un sector del conflicto en Colombia, o de una sola l¨ªnea de v¨ªctimas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Memoria hist¨®rica
- Historiograf¨ªa
- Acuerdos paz
- Proceso paz Colombia
- Colombia
- Conflicto Colombia
- Proceso paz
- Gobierno Colombia
- FARC
- Sudam¨¦rica
- Latinoam¨¦rica
- Gobierno
- Grupos terroristas
- Guerrillas
- Am¨¦rica
- Historia
- Terrorismo
- Guerra
- Administraci¨®n Estado
- Conflictos armados
- Conflictos
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Redacci¨®n Colombia
- Edici¨®n Am¨¦rica