Colombia pone a prueba su museo de la Memoria
El Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica exhibe en la Feria del Libro de Bogot¨¢ su propuesta para la edificaci¨®n que busca dignificar a las v¨ªctimas de medio siglo de guerra
Colombia asumi¨® un desaf¨ªo inusual en el mundo. Dise?ar y construir su gran Museo de la Memoria en caliente, con el conflicto armado a¨²n activo. Aunque como edificaci¨®n apenas estar¨¢ listo hasta el a?o 2020, las v¨ªctimas que busca dignificar ya comienzan a verse representadas con una enorme exposici¨®n en la Feria Internacional del Libro de Bogot¨¢, del 17 de abril al 2 de mayo. Una suerte de pre¨¢mbulo, o prototipo, del museo.
Aunque los casos de Chile, Per¨², Argentina o incluso Alemania dejan lecciones sobre construcci¨®n de memoria, ¡°cada conflicto necesita su propio relato¡±, apunta Cristina Lleras, curadora de la exposici¨®n, bautizada Voces para transformar a Colombia. Con un espacio de 1.200 metros cuadrados, incluye m¨¢s de un centenar de eventos acad¨¦micos, culturales y art¨ªsticos alrededor de la memoria y la guerra en el pa¨ªs. Esta es la primera vez en que un museo de la Memoria en el mundo expone su guion a consideraci¨®n del p¨²blico antes de abrir sus puertas de manera definitiva, enfatizan desde el Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica (CNMH), la entidad estatal responsable del dise?o.
¡°?Qu¨¦ me ha dejado la guerra?¡±, es la primera de varias preguntas, que no tienen respuestas ¨²nicas o sencillas, con la que se topan los visitantes. En lugar de paredes de concreto, se encuentran con paneles de madera que los interrogan. El cuerpo, la tierra y el agua son los tres ejes de un recorrido que enfatiza la resistencia de las v¨ªctimas y las iniciativas de paz.
A partir de los informes del CNMH, el recorrido tiene gr¨¢ficos, cifras, estad¨ªsticas, pero tambi¨¦n c¨®mics, v¨ªdeos, audios y murales. Hay hilos enmara?ados que ilustran las complejidades del despojo de tierras, as¨ª como el desaf¨ªo de los procesos de restituci¨®n. Tambi¨¦n tres recorridos de 360 grados con gafas de realidad virtual por escenarios del conflicto en la Colombia profunda, entre otros.
En el eje dedicado al cuerpo se exhiben 12 testimonios individuales. Entre ellos, el de Lina Palacios, una mujer negra, lesbiana y defensora de los derechos humanos que fue v¨ªctima de desplazamiento, de hostigamientos y de una violaci¨®n m¨²ltiple por parte de los paramilitares mientras su hija se escond¨ªa debajo de la cama.
¡°Es la parte donde la gente mas se quiebra, la que interpela m¨¢s emocionalmente¡±, dice conmovido Gabriel Ferro, un estudiante de 18 a?os que es uno de los 24 mediadores, una suerte de gu¨ªas de la exposici¨®n. Muchos de los hitos exhibidos ocurrieron cuando era un ni?o, o a¨²n no hab¨ªa nacido. ¡°Ver sus objetos es salirse de los n¨²meros y ver las caras de los personajes que en carne propia vivieron y resistieron la guerra¡±.
Un museo para las v¨ªctimas
La construcci¨®n del Museo Nacional de la Memoria es un mandato de la Ley de V¨ªctimas, vigente desde 2011, y precede la firma del acuerdo de paz con las FARC, en diciembre de 2016. Aunque las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia hoy est¨¦n desarmadas y se hayan transformado en un partido pol¨ªtico en virtud de lo pactado, a¨²n persisten disidencias y otros actores armados.
M¨¢s de medio siglo de cruentos enfrentamientos entre guerrillas, paramilitares y agentes estatales, muchas veces alimentados con el combustible del narcotr¨¢fico, ha dejado m¨¢s de siete millones de v¨ªctimas, entre muertos, desaparecidos y desplazados. La guerra en Colombia es dif¨ªcil de explicar. Y divide. Sin ir muy lejos, en plena campa?a pol¨ªtica ante las presidenciales de mayo, el pa¨ªs a¨²n est¨¢ polarizado sobre el acuerdo con las FARC.
¡°La idea era lanzarse al agua con la intenci¨®n de aprender¡±, de someterse a las cr¨ªticas y obtener retroalimentaci¨®n, explica Lleras, la curadora. ¡°Seguir trabajando con los insumos que saldr¨¢n de aqu¨ª, porque de todas maneras cuando el museo est¨¦ construido, que puede ser 2020, tendremos un pa¨ªs distinto y la exposici¨®n tendr¨¢ que hablarle tambi¨¦n al pa¨ªs que tengamos en ese momento¡±. M¨¢s all¨¢ del resultado de los comicios, para entonces habr¨¢n pasado un par de a?os de la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (el sistema de justicia transicional) y de la Comisi¨®n de la Verdad, surgidas de la negociaci¨®n de La Habana, que podr¨¢n arrojar luces m¨¢s claras sobre las causas del conflicto y sus responsables.
La violencia persiste en muchas regiones, pero ha disminuido. La Organizaci¨®n Femenina Popular de Barrancabermeja, creada hace 45 a?os, es uno de los ejemplos de un cuerpo colectivo que ha resistido los embates de la guerra. Entre su simbolog¨ªa se destacan las batas negras que utilizaron en sus movilizaciones para expresar el dolor por las masacres y el desplazamiento, pero desde hace dos a?os usan batas mitad negro y mitad blanco, como muestra una de las salas. ¡°Estamos en una transici¨®n, ya no es solo el dolor, ya tenemos m¨¢s esperanza, se est¨¢n dando pasos grandes para construir la paz que anhelamos¡±, explica sobre ese cambio Marly Mier Rinaldy, quien lleva 16 a?os con la organizaci¨®n. Ella es una entre el centenar de sobrevivientes de diferentes zonas del pa¨ªs que visitaron la exposici¨®n. ¡°Hay que seguir trabajando¡±, a?ade.
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