O Merkel o el partido
La sucesi¨®n de derrotas regionales de la CDU empuja a la canciller a renunciar al liderazgo
Ahora s¨ª. Arranca la carrera por la sucesi¨®n de Angela Merkel, la eterna canciller, que tras 18 a?os al frente del centro-derecha alem¨¢n se ha visto forzada a ceder la jefatura de su partido. No estaba en su gui¨®n original, pero la presi¨®n interna ha acabado por hacer mella en una canciller que hasta ahora hab¨ªa defendido que la presidencia del partido y del Ejecutivo deb¨ªan recaer en la misma persona. Los fracasos encadenados en una serie de citas electorales, la ¨²ltima el domingo en Hesse, junto la debilidad de una gran coalici¨®n, cuyos partidos ¨Cconservadores y socialdem¨®cratas- hoy no sumar¨ªan una mayor¨ªa suficiente para gobernar, se ha vuelto asfixiante.
Merkel no se va, al menos por ahora. Merkel quiere seguir siendo canciller hasta 2021. Pero su anuncio de dejar la jefatura del partido en diciembre supone un n¨ªtido primer paso hacia su salida. Queda inaugurada oficialmente la nueva fase, conocida en Alemania como el ocaso de Merkel. Es decir, el inicio del fin de una canciller, que hasta ahora y tras 13 a?os en el poder, hab¨ªa sido capaz de sobrevivir a infinidad de obituarios pol¨ªticos. Ya no.
¡°Hoy es el d¨ªa en el que se abre un nuevo cap¨ªtulo¡±, ha dicho Merkel el lunes ante los periodistas. La canciller anunci¨® que piensa acabar su mandato y que despu¨¦s, dejar¨¢ la pol¨ªtica, tambi¨¦n la europea. Tambi¨¦n, para sorpresa de sus colaboradores m¨¢s pr¨®ximos asegur¨® que la decisi¨®n estaba tomada desde antes del verano.
En Alemania, sin embargo sobran los analistas que vaticinan que un adelanto electoral se vuelve ahora m¨¢s plausible que nunca. Pero la realidad es que de momento, ni la CDU de Merkel ni sus socios en el Gobierno, la socialdemocracia (SPD), desean pasar por las urnas. Las ¨²ltimas citas electorales han dejado claro que el electorado est¨¢ cansado de los grandes partidos alemanes, a los que ya no creen como antes. Les resultan m¨¢s atractivas formaciones con objetivos m¨¢s definidos como la extrema derecha xen¨®foba (Afd) o, en el polo opuesto, Los Verdes con su defensa de una sociedad ecol¨®gica, pro europea y de fronteras relativamente abiertas.
Un potencial adelanto electoral depender¨¢ en parte de que los grandes partidos sean capaces de ofrecer alternativas de la mano de rostros nuevos. El futuro pr¨®ximo de Merkel pues se ver¨¢ ligado a la solidez que vayan forjando sus posibles sucesores, hasta ahora agazapados. La ma?ana del lunes se abri¨® la veda. Los medios alemanes fueron lanzando una cascada de alertas, en las que anunciaban las candidaturas de los que aspiran a suceder a Merkel al frente del partido. Annegret Kramp-Karrenbauer, alias AKK y la delfina de la canciller, Friedrich Merz, rival hist¨®rico de la canciller y alejado de la pol¨ªtica desde hace tiempo y Jens Spahn, el joven ministro de Sanidad que nunca ha ocultado su sed de poder. El 7 de diciembre los candidatos medir¨¢n sus fuerzas en el congreso que el partido celebrar¨¢ en Hamburgo.
A Merkel le hubiera gustado orquestar una sucesi¨®n ordenada y dejar el partido y el Gobierno al mismo tiempo, como aseguraba apenas hace un par de semanas a este diario Wolfgang Sch?uble, presidente del Bundestag y figura de referencia en el partido. ¡°Ella cree que fue un gran error cuando el canciller Schr?der, que se enfrent¨® a dificultades en su partido, entreg¨® la presidencia del partido. Ella no piensa repetir ese error¡±, aseguraba en la entrevista.
El conato de rebeli¨®n de su partido al elegir en contra del criterio de la canciller a Ralph Brinkhaus como jefe del grupo parlamentario a finales de septiembre supuso un primer aviso p¨²blico y sonoro de la dimensi¨®n del malestar que anidaba en el partido. Luego vinieron las elecciones de Baviera y el desplome de la CSU, el partido hermanado con la CDU. Y este domingo, los comicios de Hesse han sido la gota que ha acabado por desbordar un curso pol¨ªtico marcado por la sangr¨ªa continuada de los partidos de la gran coalici¨®n desde las generales de hace poco m¨¢s de un a?o. El malestar viene de lejos. Seguir como si nada hubiera pasado ya no era una opci¨®n. Merkel es a¨²n una pol¨ªtica muy popular en Alemania, pero a la vez, para muchos dentro y fuera de su partido se ha convertido en el s¨ªmbolo de la pol¨ªtica de refugiados que rechazan y en un lastre cada vez m¨¢s pesado. La canciller parece haber comprendido finalmente que ha llegado la hora de mover ficha. De decidir: o ella o el partido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.