Bolsonaro: ¡°Esta misi¨®n de Dios no se escoge, se cumple¡±
Bolsonaro habla por Facebook Live y ora con un pastor evang¨¦lico tras la victoria, mientras los festejos se desatan en las principales ciudades de Brasil
El?triunfo de la extrema derecha en Brasil se festej¨® en la calle a ritmo de funk, cohetes, fuegos artificiales, mientras el ganador hablaba por Facebook Live y oraba agarrado de la mano de un pastor evang¨¦lico. Despu¨¦s, Jair Bolsonaro, el hombre que se ha erigido en una versi¨®n tropical de Trump y cuyas amenazas recuerdan a las del filipino Rodrigo Duterte, emul¨® por televisi¨®n a John Belushi y Dan Aykroid en The Blues Blothers, y clam¨®: ¡°Esto es una misi¨®n de Dios¡±.
No hab¨ªa pasado ni una hora desde que se confirm¨® el triunfo cuando Bolsonaro, acompa?ado de su esposa y de una int¨¦rprete de lenguaje de signos, retransmiti¨® su primer mensaje como presidente electo a trav¨¦s de la red social. Desde una habitaci¨®n de su casa, con los gritos de alegr¨ªa como m¨²sica de fondo: ¡°Sab¨ªamos por d¨®nde est¨¢bamos yendo, ahora sabemos por d¨®nde queremos ir. Todos juntos vamos a cambiar el destino de Brasil¡±, afirm¨® el pr¨®ximo presidente de Brasil, dubitativo, mirando para todos lados, como si grabase un v¨ªdeo casero m¨¢s que las primeras palabras del quien dirigir¨¢, a partir del 1 de enero, el pa¨ªs m¨¢s grande y poblado de Am¨¦rica Latina.
En una referencia velada a los medios de comunicaci¨®n, su primer ataque, asegur¨®: ¡°Nos tenemos que acostumbrar a convivir con la verdad, no hay otra manera. Gracias a Dios, esa verdad la entendi¨® el pueblo brasile?o¡±. Las fake news han corrompido la campa?a brasile?a, especialmente a trav¨¦s de Whatsapp. Aunque tambi¨¦n su rival, Fernando Haddad, ha difundido noticias falsas, Bolsonaro ha estado en el centro de todas las acusaciones. Adem¨¢s, los ataques contra los medios, al m¨¢s puro estilo de Trump, han sido constantes.
El ya presidente electo moder¨® su discurso en su segunda intervenci¨®n, pero en la primera no dej¨® de destilar odio hacia la izquierda. No solo no se refiri¨® en ning¨²n momento a su contendiente, Haddad, como suele ser habitual tras un triunfo presidencial, por tensa que haya sido la campa?a, sino que carg¨® contra sus rivales: ¡°No podemos seguir coqueteando con el socialismo, con el comunismo, con el populismo o el extremismo de izquierda¡±.
Terminado el mensaje desde el que se ha convertido en su h¨¢bitat natural, donde sus seguidores han crecido exponencialmente a lo largo de la campa?a, Bolsonaro ilustr¨® a qui¨¦n le debe gran parte de su victoria y qui¨¦n, a buen seguro, se la va a cobrar. El presidente agradeci¨® el apoyo de los evang¨¦licos y dio la palabra a un pastor, que procedi¨®, agarrado de la mano de Bolsonaro y despu¨¦s de calificarlo como un ¡°verdadero cristiano, un patriota¡±, a orar, ante millones de personas que segu¨ªan por televisi¨®n la retransmisi¨®n.
A la secuencia de la victoria le esperaba a¨²n un tercer acto. En el mismo habit¨¢culo de su casa desde el que or¨®, apareci¨® un periodista, el ¨²nico en la sala, que lo felicit¨® por el triunfo y le cedi¨® el micr¨®fono para que Bolsonaro leyera lo que calific¨® de ¡°primer discurso¡± como presidente.
Como ha ocurrido a lo largo de las ¨²ltimas semanas, despu¨¦s de incendiar con sus palabras, tocaba moderar su intervenci¨®n. ¡°Brasil dejar¨¢ de estar apartado, recuperaremos el respeto internacional. Buscaremos tener relaciones internacionales sin sesgo ideol¨®gico¡±, dijo, sin citar a Venezuela, aunque todas las miradas se colocaron en el pa¨ªs vecino. ¡°La libertad es un principio fundamental. La libertad de poner andar por las calles, de emprender, las libertades pol¨ªticas y religiosas y ser respetadas por ellas¡±. ¡°Esto es solo la primera parte: estoy muy feliz, esta misi¨®n no se escoge ni se discute, se cumple. Juntos cumpliremos esta misi¨®n de rescatar a nuestro Brasil¡±, zanj¨®. A las afueras de la casa de Bolsonaro, hab¨ªa estallado la felicidad. Let¨ªcia y Tom¨¢s Affonso, madre e hijo, festejaban la decisi¨®n que tomaron hace seis meses. Una palabra resume lo que quer¨ªan: "Renovaci¨®n", grita ella, de 42 a?os "Esto es algo importante. Nuestro voto no es contra alguien, o contra el PT. Es que queremos algo nuevo", a?ade. El duro discurso contra la corrupci¨®n de Bolsonaro les motiv¨®, as¨ª como su compromiso por combatir la inseguridad. "Muchos nos preguntan c¨®mo vivimos en Rio, pero la verdad es que ya estamos acostumbrados. Peor que est¨¢ es imposible. As¨ª que tenemos esperanza de que ahora las cosas mejoren".
La alegr¨ªa era incontrolable. Los gritos de ¡°?mito!¡± se camuflaban con los bailes a ritmo de funk de canciones con letras que citaban al pr¨®ximo presidente de Brasil. Todos se agolpaban para escuchar desde un templete el discurso de Bolsonaro, a escasos metros de donde ellos estaban. ¡°Su victoria es algo que esper¨¢bamos desde hace mucho tiempo, porque hace mucho tiempo que no vivimos de facto en una democracia¡±, criticaba Livian Merlino, pedagoga de 33 a?os. ¡°El PT siempre habl¨® de emprendimiento, pero lo que hizo fue una robadera¡±. ¡°El programa de educaci¨®n de Bolsonaro me tranquiliza, el respeto al profesor y el patriotismo no se perder¨¢n ya. Eso de colocar una escuela militar en cada Estado es un comienzo¡±, celebraba.
Tambi¨¦n lo hac¨ªa Isalene Souza, 34 a?os, una mujer negra que ante las acusaciones de que Bolsonaro es racista aseguraba que se han distorsionado. "Yo tambi¨¦n estoy en contra de las cuotas para negros. Me parece que eso s¨ª es racismo", afirma esta peluquera. Su principal demanda, como la de millones de personas, es que el pr¨®ximo mandatario rebaje la inseguridad. "Est¨¢ muy dif¨ªcil".
La celebraci¨®n se inici¨® mucho antes de que se conocieran los resultados oficiales, a las siete de la tarde. De hecho, la fiesta de los ultraderechistas ha sido bien larga, orgi¨¢stica. Los seguidores de Bolsonaro llevaban saboreando el m¨¢s que previsible triunfo, probablemente, desde el 11 de septiembre. Ese d¨ªa Lula da Silva desisti¨® de seguir estirando su pulso a la justicia. Era imposible que pudiese concurrir a las elecciones, por mucho que fuese el candidato mejor posicionado en las encuestas. El exmandatario, encarcelado desde abril por corrupci¨®n, design¨® a Fernando Haddad como su sustituto, su sucesor. La sombra de Lula, para lo bueno y lo malo, ha pesado sobremanera sobre el aspirante del Partido de los Trabajadores.
Porque de Lula se pas¨® a eso, al candidato del PT, el partido que ha gobernado la pol¨ªtica brasile?a 13 de los ¨²ltimos 15 a?os y que encarna el desencanto con las formaciones tradicionales. Por mucho que haya sido a¨²n el grupo m¨¢s votado en el Congreso, la pr¨¢ctica, es que en Brasil gobernar¨¢ la extrema derecha.
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