Al sur del Orinoco
Nicol¨¢s Maduro ha dispuesto recurrir a la legendaria riqueza a¨²rifera de esta regi¨®n para diversificar las fuentes de ingreso fiscal de Venezuela
Una columna de la Guardia Nacional Bolivariana (GMB) fue emboscada el fin de semana pasado por el ELN (Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional) colombiano en un paraje de la Amazon¨ªa venezolana, sobre la margen derecha del r¨ªo Orinoco. Al menos cuatro efectivos de la GNB resultaron muertos y gravemente heridos m¨¢s de una docena de sus compa?eros. Se admite ya en la zona que el ataque ocurri¨® en retaliaci¨®n de la captura, por parte de la GNB, de dos miembros del ELN.
Con seguridad, ¨¦ste no ser¨¢ el ¨²ltimo suceso sangriento asociado a la locura minera que se ha ense?oreado en el vasto territorio oficialmente llamado Arco Minero del Orinoco.
Hablamos nada menos que del 12,2% del territorio venezolano, una comarca que ocupa grandes extensiones de tres Estados, linda con Colombia y Brasil, y entra?a un potencial minero calculado en unas 7.000 toneladas de oro, diamantes, hierro, bauxita y colt¨¢n.
Oficialmente, Nicol¨¢s Maduro ha dispuesto recurrir a la legendaria riqueza a¨²rifera de esta regi¨®n para diversificar las fuentes de ingreso fiscal del pa¨ªs. Hace dos a?os, Maduro anunciaba promisorias asociaciones estrat¨¦gicas con m¨¢s de 135 compa?¨ªas internacionales.
La ret¨®rica del r¨¦gimen enfatiza el compromiso de fiscalizar el impacto ambiental de la miner¨ªa, promover ¨²nicamente tecnolog¨ªas amigables con el ambiente, preservar el modo de producci¨®n ancestral y el patrimonio cultural de las comunidades ind¨ªgenas, contemplar la asociaci¨®n entre el Estado y el minero informal brindando cr¨¦ditos y apoyo t¨¦cnico calificado y gratuito. ?Ah!, casi olvido la defensa de la soberan¨ªa venezolana sobe la riqueza minera.
En los hechos, lo que viene ocurriendo desde aquellos anuncios es un salvaje y masivo asalto al territorio donde mitol¨®gicamente estuvo el reino de Manoa, la regi¨®n de El Dorado. Solo que esta vez no son enfebrecidos conquistadores espa?oles quienes despliegan una b¨¢rbara empresa en la que se combinan masacres y delitos ambientales, sino grupos armados del crimen organizado y columnas guerrilleras del ELN. Es un hecho documentado que estos grupos son tolerados, cuando no alentados, por oficiales de la Fuerza Amada Bolivariana.
La violencia desatada entre ¨¦stas por el control de las concesiones mineras legales, los enclaves ilegales y las rutas de extracci¨®n se acompa?a de robos, secuestros y extorsi¨®n ¡ªcobro de ¡°vacunas¡±¡ª a las comunidades mineras. Tambi¨¦n ocurren asaltos al comercio local y a las redes de transporte regional. Y, desde luego, masacres punitivas como las que se registran en la zona desde hace ya m¨¢s de un lustro y cuyas v¨ªctimas han sido comunidades dedicadas a la miner¨ªa artesanal.
Los sucesos del Arco Minero son t¨ªpicos de la din¨¢mica que se entabla entre grupos armados irregulares en territorios ricos en recursos minerales. Hace d¨¦cadas que Sir Paul Collier, celebrado economista oxoniense, describi¨® el complejo de tensiones activo en varias guerras civiles africanas y valid¨® sus conclusiones para otras regiones del planeta.
Collier centr¨® su estudio en naciones ricas en materias primas de alto valor y logr¨® discernir que la duraci¨®n e intensidad de los conflictos armados internos guardaban estrecha relaci¨®n con dos tipos de ¡°agendas¡±¡ª mutuamente excluyentes: la agenda de los agraviados y la de los codiciosos.
Dicho en espa?ol b¨¢sico, la agenda de agravios no es otra cosa que el proyecto pol¨ªtico-ideol¨®gico del grupo armado. La de codicia no necesita elucidaci¨®n.
Collier demostr¨® que, m¨¢s temprano que tarde, las agendas de codicia prevalecen por sobre las ideol¨®gicas. Y tienden a prolongar indefinidamente el conflicto, haci¨¦ndolo cada vez m¨¢s intenso, entr¨®pico y letal.
Por v¨ªa de ejemplo, menciono solo la variable ¡°reclutamiento¡± de nuevos efectivos. Este se hace m¨¢s f¨¢cil en zonas sumamente deprimidas donde el incentivo para unirse a un grupo dedicado a ¡°custodiar¡± centros de explotaci¨®n y rutas de extracci¨®n es irresistible para un joven sin recursos ni escolaridad. Las ¡°condiciones Collier¡±, si bien a¨²n en germen, est¨¢n todas presentes en el Arco Minero del Orinoco.
Sin embargo, y por lo visto, los generales venezolanos que subcontratan al ELN y a los llamados trenes de pranes ¡ªversi¨®n venezolana de las maras salvadore?as¡ª para el control ilegal del tr¨¢fico minero ignoran o desestiman el potencial que tiene este modelo de negocios de desbordar la Fuerza Armada Bolivariana y desembocar en un conflicto internacional de impredecibles proporciones.
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