Zapatero ¡®reloaded¡¯
El expresidente espa?ol ha llamado a confiar en lo que la polic¨ªa pol¨ªtica venezolana, es decir, los mism¨ªsimos secuestradores y asesinos de Fernando Alb¨¢n, tengan a bien decirnos sobre lo ocurrido
En agosto pasado, inmediatamente despu¨¦s de un improbable atentado con drones cargados de explosivos, el mundo pudo ver lo que buscaba la polic¨ªa pol¨ªtica de Nicol¨¢s Maduro con la detenci¨®n del diputado opositor Juan Requesens: producir a toda prisa un v¨ªdeo que mostrase al cautivo incrimin¨¢ndose a s¨ª mismo como c¨®mplice del l¨ªder opositor Julio Borges, a quien se acusa de orquestar el intento magnicida.
El ministro de Comunicaciones, Jorge Rodr¨ªguez, mostr¨® el v¨ªdeo de Requesens a la prensa extranjera. El joven diputado luce en ¨¦l ostensiblemente estuporoso, y seg¨²n opiniones expertas, incluyendo la de su padre, m¨¦dico de profesi¨®n, bajo los efectos de una droga que bien pudo ser pentotal s¨®dico. Con caracter¨ªstico desparpajo, el ministro Rodr¨ªguez destac¨® c¨ªnicamente el valor probatorio de una confesi¨®n obtenida en cautiverio ilegal y bajo tortura.
El v¨ªdeo fue seguido de filtraciones, aparentemente aportadas por descontentos funcionarios de la misma polic¨ªa pol¨ªtica, que dejaron ver la macabra torpeza y b¨¢rbara vesania con que los esbirros de Maduro ejecutan sus ¨®rdenes.
Empe?ados en obtener a troche y moche falsos testimonios probatorios de una conjura magnicida contra Nicol¨¢s Maduro, los hombres del SEBIN ¡ªel protervo servicio de inteligencia de la dictadura¡ª han cometido ahora un nuevo crimen: secuestrado por los esbirros de la dictadura, el concejal opositor Fernando Alb¨¢n muri¨® a causa de las torturas a que es sometido en los s¨®tanos de un inexpugnable cuartel de la polic¨ªa pol¨ªtica. Su cuerpo fue arrojado al vac¨ªo desde un d¨¦cimo piso.
Dos voceros del r¨¦gimen, esta vez el ministro del Interior y el Fiscal General, informan de que se trata de un suicidio, pero se contradicen el uno al otro en los detalles y con ello solo logran avivar la incredulidad y la indignaci¨®n universales.
Respetadas organizaciones de la sociedad civil venezolana que velan por los derechos humanos han exigido una investigaci¨®n independiente que se sustraiga a los habituales tejemanejes de la dictadura en estos trances.
Junto a esas organizaciones, varios Gobiernos de Europa y las Am¨¦ricas expresaron sus dudas respecto de la versi¨®n de la dictadura y alguno de ellos ha llegado a llamar a su embajador en Caracas para consultas sobre el nuevo, tenebroso episodio. Tan solo el expresidente espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, confiere cr¨¦dito al r¨¦gimen, desestimando las exigencias de una investigaci¨®n independiente. Zapatero ha llamado a confiar en lo que la Fiscal¨ªa y la misma polic¨ªa pol¨ªtica, es decir, los mism¨ªsimos secuestradores y asesinos de Fernando Alb¨¢n, tengan a bien decirnos sobre lo ocurrido.
Hace ya tiempo que Rodr¨ªguez Zapatero se constituy¨® en vocero oficioso de la dictadura, al punto de que Luis Almagro, Secretario General de la OEA, lo ha llamado zumbonamente ¡°ministro de exteriores de Maduro¡±.
Son llamativos el resuelto apoyo de Zapatero al r¨¦gimen y el tenaz empe?o que pone en exculparlo y quitar hierro a las denuncias de sus cr¨ªmenes de lesa humanidad. Esta columna piensa que los motivos de Zapatero son de mucho m¨¢s calado que el mero inter¨¦s en prebendas personales que los mentideros de Caracas le atribuyen.
Para decirlo con palabras que un perspicaz excorresponsal en Caracas ha vertido en un tuit, el ¡°dialoguismo¡± de la actual administraci¨®n del PSOE recuerda los tiempos del canciller Miguel ?ngel Moratinos, el ministro de Defensa Jos¨¦ Bono y el embajador Ra¨²l Morod¨®, a quien Zapatero destac¨® durante su presidencia ante Hugo Ch¨¢vez.
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