Ernesto Ara¨²jo, el canciller de Bolsonaro que mira a Trump
El presidente electo de Brasil ignora las indicaciones de diplom¨¢ticos m¨¢s moderados y nombra a un ¡®trumpista¡¯ convencido para el puesto. Hay temor de que alimente roces con China
Cuando el diplom¨¢tico Ernesto Ara¨²jo fue anunciado por el presidente electo de Brasil Jair Bolsonaro como futuro canciller del pa¨ªs sudamericano, volvi¨® a circular en las redes sociales el texto que le hizo conocido en el Ministerio de Relaciones Exteriores. El texto se llama Trump y el Occidente. En sus 36 p¨¢ginas, Ara¨²jo, de 51 a?os, hace elogios al presidente de Estados Unidos, a quien ve como un caballero cruzado que pelea para rescatar la identidad del Occidente en el mundo moderno. Para el diplom¨¢tico, Donald Trump no es el jefe de la principal potencia mundial que toma decisiones desacertadas, arbitrarias o ca¨®ticas. Todo lo contrario: Ara¨²jo lo ve como alguien que representa ¡°la recuperaci¨®n del pasado simb¨®lico, de la historia y de la cultura de las naciones occidentales."
El art¨ªculo fue publicado en el segundo semestre de 2017 y, seg¨²n un diplom¨¢tico consultado por el sitio web UOL, gener¨® un fuerte impacto entre los diplom¨¢ticos del Ministerio de Relaciones Exteriores, una estructura marcada por la r¨ªgida jerarqu¨ªa y por una tradici¨®n de independencia. Con el texto Ara¨²jo se posicion¨® claramente como un trumpista, partidario de la visi¨®n altamente nacionalista -y anti globalista- que el presidente de Estados Unidos representa.
Con ese hist¨®rico, parece natural que Ara¨²jo haya apoyado abiertamente a Jair Bolsonaro durante la campa?a, el pol¨ªtico que disfruta de ser apodado en el exterior como el "Trump tropical", aunque su crudeza al defender la muerte sumaria de bandidos le vincule mucho m¨¢s al filipino Rodrigo Duterte. En plena campa?a presidencial, el nuevo canciller comenz¨® a publicar un blog con fuertes cr¨ªticas al PT del expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva (para ¨¦l, el "Partido Terrorista") y elogios a Bolsonaro. En ese blog, por ejemplo, compar¨® una de las manifestaciones pro-Bolsonaro en Brasilia a la campa?a por las Diretas J¨¢, los movimientos por la vuelta de las elecciones directas en Brasil tras la dictadura (1964-1985). "El movimiento popular por Bolsonaro no se nutre de odio, sino de amor y de esperanza", escribi¨® entonces.
Ara¨²jo es el jefe del departamento de Estados Unidos, Canad¨¢ y Asuntos Interamericanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, un rango intermediario del fuertemente jer¨¢rquico sistema diplom¨¢tico brasile?o. Fue elegido canciller por encima de otros diplom¨¢ticos que podr¨ªan haber contribuido a calmar los ¨¢nimos en el sector: en apenas pocas semanas, el presidente electo colecciona algunos roces, incluso con China, el principal socio econ¨®mico de Brasil, o con Argentina, el aliado tradicional en el Mercosur, despreciado por el nuevo equipo. En los ¨²ltimos d¨ªas se ha especulado sobre nombres de diplom¨¢ticos que eran considerados m¨¢s moderados y, al mismo tiempo, alejados del pensamiento de los gobiernos del PT. El propio vicepresidente electo, el general Hamilton Mour?o, hab¨ªa dicho que uno de los posibles ministros era el actual secretario ejecutivo del ministerio, Marcos Galv?o.
En ese sentido, la elecci¨®n de Ara¨²jo, no deja de ser una sorpresa. Principalmente por mostrar que Bolsonaro ha optado por no renunciar a alinear a Brasil al movimiento global de la derecha populista liderado por Trump. En el texto de Ara¨²jo no hay dudas: aparece el mismo discurso?contra el "marxismo cultural" que se encuentra en integrantes de la llamada alt-right de EE UU. Es una alineaci¨®n que comenz¨® a¨²n antes de que el excapit¨¢n del Ej¨¦rcito fuese elegido presidente, cuando su hijo, Eduardo Bolsonaro, visit¨® en Estados Unidos al exestratega del republicano, Steve Bannon, quien ha anunciado que pretende hacer visitas frecuentes a Brasil.?
Esa simbiosis con el Washington de Trump puede salirle caro a Brasil, opina Oliver Stuenkel, de la Fundaci¨®n Get¨²lio Vargas. "Una tarea del futuro canciller ser¨¢ dejar claro que seguir el ejemplo de Trump y rechazar el orden internacional multilateral ser¨¢ mucho m¨¢s perjudicial para Brasil de lo que ha sido para Estados Unidos. La raz¨®n es sencilla: Washington puede darse ese lujo. La mayor¨ªa de los l¨ªderes pol¨ªticos discrepa del comportamiento de Trump, pero no tienen la opci¨®n de no trabajar con ¨¦l. Brasil tiene mucho menos que ofrecer."
"Inter¨¦s nacional"
El presidente electo present¨® el nuevo canciller en una rueda de prensa este mi¨¦rcoles en Brasilia. En un r¨¢pido pronunciamiento, Ara¨²jo defendi¨® que el pa¨ªs mantenga "relaciones excelentes" con todos sus socios comerciales. "Antes de todo, es necesario garantizar que este momento extraordinario que Brasil est¨¢ viviendo, con la elecci¨®n del presidente Bolsonaro, se traduzca dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores en una pol¨ªtica efectiva, en una pol¨ªtica en funci¨®n del inter¨¦s nacional, de un Brasil actuante, feliz y, pr¨®spero", dijo.
En el texto que public¨® el a?o pasado, Ara¨²jo hace una fuerte defensa del nacionalismo y a¨²n est¨¢ por verse c¨®mo cuadra esto con las intenciones aperturistas y liberalizantes del futuro superministro de Econom¨ªa de Bolsonaro, Paulo Guedes. "Cada Estado tiene el deber, y no solo el derecho, de trabajar por su pueblo, el Estado solo se legitima si es nacional, enraizado en una comunidad, y cada persona se desarrolla como miembro", dice el diplom¨¢tico, al comentar uno de los discursos del presidente norteamericano.
Ara¨²jo hace en el texto un historial de la civilizaci¨®n occidental, que ¨¦l afirma reunir "lazos de cultura, fe y tradici¨®n que nos hacen quienes somos", valores que estar¨ªan amenazados por el globalismo y por un abandono de la identidad del Occidente, que incluir¨ªa, entre otras cosas, el rechazo al concepto del nacionalismo. "Solo un Dios podr¨ªa a¨²n salvar a Occidente, un Dios operando por la naci¨®n -inclusive y quiz¨¢s principalmente la naci¨®n americana", concluye Ara¨²jo en su texto.
Si las palabras no le rinden tantos apoyos en el pragmatismo de las relaciones internacionales, s¨ª que sit¨²an a Ara¨²jo en la guerra cultural impulsada por los evang¨¦licos que ha ayudado a Bolsonaro a llegar al poder. En los pasillos de Itamaraty, el nombre del palacio modernista que es sede de la diplomacia en Brasil, existe el temor de que el nuevo canciller sea demasiado t¨ªmido para resistirse al discurso explosivo de Bolsonaro.
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