El ¡®Brasil primero¡¯ de Bolsonaro genera incertidumbre tambi¨¦n en la pol¨ªtica exterior
Las relaciones con Estados Unidos, Venezuela, Israel y China son la principal fuente de preocupaci¨®n del pa¨ªs m¨¢s grande de Am¨¦rica Latina, que perdi¨® influencia internacional tras la 'era Lula'
Brasil, hasta hace poco ejemplo y envidia de pa¨ªs emergente, se ha convertido en una mecha m¨¢s del incendio geopol¨ªtico mundial que han tra¨ªdo las elecciones de los ¨²ltimos a?os. Si durante el Gobierno de Lula el pa¨ªs m¨¢s grande de Am¨¦rica Latina logr¨® que todos los focos se colocasen sobre ¨¦l, el impeachment a Dilma Rousseff y el Ejecutivo interino sin casi legitimidad de Michel Temer alejaron de Brasil las miradas influyentes. La llegada a la presidencia de Bolsonaro trae m¨¢s confusi¨®n a los planes exteriores del pa¨ªs.
Del lado latinoamericano, todas las expectativas est¨¢n puestas en el papel que Bolsonaro tendr¨¢ en la crisis y deriva autoritaria de Venezuela. Durante la campa?a ¨Ccomo en tantas otras¨C, el pa¨ªs vecino se convirti¨® en munici¨®n para azotar a su rival, Fernando Haddad. Bolsonaro, en l¨ªnea con millones de sus seguidores, ha criticado la cercan¨ªa que el Partido de los Trabajadores (PT) ha tenido con el r¨¦gimen chavista, aunque el apoyo que Lula dio en su momento a Hugo Ch¨¢vez dista mucho del que ha tenido Maduro en a?os posteriores, por mucho que el presidente venezolano haya tratado de ensalzar esa relaci¨®n.
Es evidente que Bolsonaro cortar¨¢ cualquier tipo de relaci¨®n con el chavismo y se alinear¨¢ con otros Gobiernos, como el de Colombia del conservador Iv¨¢n Duque. Entretanto, deber¨¢ asumir la crisis migratoria de los venezolanos que buscan refugio en Brasil, con una frontera cada vez m¨¢s caliente. No obstante, el l¨ªder ultraderechista brasile?o est¨¢ m¨¢s comprometido con cambiar su pa¨ªs que en erigirse en un l¨ªder regional, a diferencia de lo que ocurri¨® con Lula. En cualquier caso, su llegada al poder finiquita cualquier atisbo de relanzar la articulaci¨®n de la regi¨®n como pretendi¨® en su momento Lula, hoy encarcelado, con organismos como Unasur o Celac, meramente testimoniales a estas alturas.
Como en casi todo lo que incumbe a los planes de Bolsonaro, en materia exterior tambi¨¦n los detalles son pocos, muchas las contradicciones, constantes las idas y venidas en lo que ha ido diciendo. Los observadores de los pa¨ªses m¨¢s estrat¨¦gicos en Brasil (como Argentina y China), descolocados, se mantienen expectantes. El conservador Mauricio Macri, el presidente argentino, se hab¨ªa mostrado m¨¢s partidario de Haddad (con quien mantuvo una relaci¨®n cordial cuando el candidato del PT era alcalde de Sao Paulo y Macri de Buenos Aires), y conf¨ªa en que Bolsonaro no empeore a¨²n m¨¢s el acuerdo con la Uni¨®n Europea, que se arrastra desde hace casi una d¨¦cada. Bolsonaro a?ade a¨²n m¨¢s confusi¨®n a un escenario en el que ya confluyen los conflictos de intereses internos de varios sectores y las crisis econ¨®micas de ambos pa¨ªses, cada vez m¨¢s profunda en el caso argentino.
El futuro de Mercosur en el Brasil de Bolsonaro queda tambi¨¦n abierto. El l¨ªder ultraderechista se ha mostrado partidario de cerrar acuerdos bilaterales pa¨ªs a pa¨ªs, no tanto en bloque. ¡°Lo que no podemos hacer es acuerdos en funci¨®n de intereses ideol¨®gicos, como ha hecho el PT¡±, dijo en una entrevista reciente.
La ret¨®rica de Bolsonaro recuerda sobremanera a la de Trump. Para ambos los intereses de su pa¨ªs est¨¢n por encima de todo. De hecho, el ide¨®logo de la campa?a del presidente estadounidense, Steve Bannon, ha declarado su simpat¨ªa por el pol¨ªtico brasile?o, con uno de cuyos hijos se reuni¨® hace meses. Bolsonaro ha tratado de venderse como una suerte de Trump tropical e incluso ha amenazado con retirar a Brasil del Acuerdo del Cambio Clim¨¢tico de Par¨ªs ¨Calgo que luego matiz¨®¨C y del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Uno de los pa¨ªses que mira con m¨¢s atenci¨®n a Brasil en estos momentos es China. ¡°Pek¨ªn ve la ascensi¨®n de Bolsonaro con mucha preocupaci¨®n. Nadie en su equipo tiene conciencia del coste pol¨ªtico que podr¨ªa tener su visita a Taiw¨¢n en marzo¡±, explica Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundaci¨®n Getulio Vargas (FGV). Bolsonaro ha defendido siempre que China no compra en Brasil, sino que compra ¡°a Brasil¡±.
Stuenkel, como otros analistas, dan por sentado que Bolsonaro trasladar¨¢ a Jerusal¨¦n la embajada de Brasil en Israel, en l¨ªnea con Trump y para cumplir una promesa electoral que contentar¨ªa a gran parte de los l¨ªderes evang¨¦licos que le han apoyado y a la comunidad jud¨ªa m¨¢s ultraderechista, crucial tambi¨¦n en su campa?a. Esto marcar¨ªa un antes y un despu¨¦s en la historia de la diplomacia brasile?a, que incluso durante la dictadura mantuvo sus l¨ªneas maestras respecto a Israel, como se?al de respeto a la gran comunidad ¨¢rabe que vive en Brasil.
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