Bodas homosexuales como resistencia a Bolsonaro

El plan siempre fue comprarse el piso primero y casarse despu¨¦s, con una gran recepci¨®n de final de cuento de hadas, pero entonces Jair Bolsonaro gan¨® las elecciones. Luanna Bulh?es, de 30 a?os, profesora en una escuela p¨²blica de S?o Paulo, tuvo un peque?o ataque de p¨¢nico al o¨ªr, el domingo electoral del 28 de octubre, que la extrema derecha gobernar¨ªa Brasil. No paraba de pensar en el coche que, dos d¨ªas antes, se hab¨ªa desviado de su camino y subido a la acera por la que corr¨ªa su novia, en S?o Miguel, en el desprotegido sur de S?o Paulo.

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¡°Ella lo esquiv¨® de milagro: la quer¨ªa atropellar, estaba claro, o asustarla, al menos¡±, cuenta ahora Luanna con el ce?o fruncido de indignaci¨®n, entre un pelo afro y gafas de pasta. A su lado, la novia, Deise Oliveira, estudiante universitaria de 23 a?os, murmura con voz grave y t¨ªmida: ¡°Iba con camisa de cuadros y pantal¨®n corto ancho, muy de estereotipo de lesbiana¡±. Y se resigna: ¡°Cuanto m¨¢s estereotipo, m¨¢s estigma. M¨¢s violencia¡±.

Para ellas, las dos cosas, el ataque y las elecciones, est¨¢n ¨ªntimamente relacionados. Creen que tanto el nuevo Gobierno como sus muchos seguidores en las calles van a poner a prueba la fr¨¢gil seguridad de la comunidad LGTBI en Brasil, as¨ª que quieren protegerse. Han decidido que se casan. Ni piso, ni gran recepci¨®n. A su modo de ver, es esto o a lo mejor no habr¨ªa final feliz de cuento de hadas.

¡°No tenemos dinero ahorrado: lo que tenemos es una boda montada a matacaballo¡±, se lamenta Luanna, sentada en la notar¨ªa civil n¨²mero 34 de S?o Paulo, la m¨¢s popular para tramitar uniones homosexuales en una ciudad que es, a efectos pr¨¢cticos, la capital gay de Brasil. Y no est¨¢ sola. A estas oficinas no paran de llegar parejas en busca de una boda in extremis, siguiendo el mismo razonamiento. ¡°La demanda se ha disparado¡±, alerta el director de la oficina, el notario Adolpho Bastos da Cunha. Han pasado de casar a seis parejas en agosto a 11 en octubre y 12 est¨¢n en la agenda para diciembre. Y esperan m¨¢s.

Algo parecido ocurre en los despachos de otros 120 notarios de S?o Paulo, que inscribieron el a?o pasado 2.835 de las 5.816 bodas que hubo en Brasil entre personas del mismo sexo. Aquella cifra supuso un aumento del 25% con respecto a 2016. Ahora, la subida se prev¨¦ mucho mayor.

En parte es una respuesta a la amenaza pol¨ªtica que la comunidad LGBTI percibe ante la presidencia de Bolsonaro,hom¨®fobo declarado, y la actuaci¨®n de un Congreso m¨¢s evang¨¦lico que nunca (91 diputados de 513). El Tribunal Supremo brasile?o declar¨® constitucional la uni¨®n homosexual en 2011 a ra¨ªz de una demanda. Dos a?os despu¨¦s, el Consejo Nacional de Justicia se bas¨® en aquel fallo para obligar a las notar¨ªas del pa¨ªs a celebrar los matrimonios gais.

El Congreso, sin embargo, no ha aprobado ninguna ley que proteja ese derecho, y la comunidad LGBTI teme que con el nuevo escenario pol¨ªtico se produzca un retroceso. ¡°Retirar un derecho como el del matrimonio es imposible en un Estado de derecho¡±, tranquiliza Mario Solimene, uno de los pocos abogados de Brasil especializado en uniones homoafectivas. ¡°Aunque muchos se est¨¢n poniendo en lo peor¡±.

Hostilidad cotidiana

Estas bodas son, sobre todo, un gesto pol¨ªtico. Las agresiones y amenazas f¨ªsicas, como la de aquel coche que casi arrolla a Deise, se han multiplicado desde las elecciones. Las muertes violentas entre la comunidad LGBTI ya se hab¨ªan disparado un 30% en 2017, con 445 homicidios al a?o. Un r¨¦cord para el pa¨ªs.

Pero ahora se suma una nueva hostilidad cotidiana. EL PA?S ha preguntado a docenas de personas LGBTI, en asociaciones y foros. Sus testimonios dibujan un pa¨ªs cada vez m¨¢s hostil con la homosexualidad. Est¨¢ Priscila, una travesti asesinada a pu?aladas al grito de ¡°Bolsonaro presidente¡± en el centro de S?o Paulo el 16 de octubre. Y una lesbiana, que prefiere no ser citada, que recibi¨® un pu?etazo en el metro d¨ªas despu¨¦s. Varios entrevistados contaron haber sido amenazados de muerte con frases del estilo de ¡°los maricones van a morir con Bolsonaro¡± en la calle o en redes sociales para hombres gais.

¡°Estamos notando un recrudecimiento en la relaci¨®n entre la comunidad y el resto de la sociedad¡±, alerta Claudio Nascimento, coordinador de la ONG Grupo Arco¨ªris. ¡°Y es fruto del discurso de odio del presidente electo. Se ha entendido una autorizaci¨®n para discriminar¡±. Casarse supone una uni¨®n, entre s¨ª, y con las instituciones. Una forma de resistencia.

Luanna y Deise van a celebrar su boda sin la familia de esta ¨²ltima: son evang¨¦licos y no aceptan que ella sea lesbiana, y mucho menos que se case. ¡°Eso los que saben de la boda¡±, a?ade. El auge de los evang¨¦licos en la pol¨ªtica brasile?a es solo uno de los elementos que ha elevado la tensi¨®n entre el colectivo y la sociedad.

Pero no est¨¢n solas. El traje, por ejemplo, se lo dise?a gratis una modista transexual. La tarta, las fotos, tambi¨¦n ha sido regalos de desconocidos: los m¨¢s de 600 profesionales que han observado a trav¨¦s de las redes sociales el furor que existe por las bodas homosexuales y han respondido ofreci¨¦ndose a trabajar gratis en las ceremonias.