Muere una manifestante atropellada en las protestas contra la subida del combustible en Francia
227 personas han resultado heridas, seis de ellas graves, y 73 han sido detenidas en los bloqueos de carreteras en todo el pa¨ªs
La muerte de una manifestante ensombreci¨® este s¨¢bado la jornada de protesta en Francia contra la subida del precio del carburante. En unos 2.000 puntos de todo el pa¨ªs, cerca de 282.710 personas, seg¨²n datos oficiales, cortaron autopistas, carreteras y calles en un movimiento sin l¨ªderes y desligado de partidos y sindicatos que desconcierta al Gobierno franc¨¦s. La movilizaci¨®n es un toque de atenci¨®n para el presidente Emmanuel Macron, que, desde que en 2017 lleg¨® al poder, ha superado sin problemas las protestas sindicales con la reforma laboral y la de los ferrocarriles p¨²blicos.?
El llamado movimiento de los chalecos amarillos expresa el hartazgo de muchos habitantes de la provincia que se sienten despreciados por las ¨¦lites y en particular por el presidente Macron. El detonante de la propuesta es el aumento de los impuestos a la gasolina y al gas¨®leo. El precio del combustible afecta poco a la Francia urbana que se desplaza en transportes p¨²blicos?¡ªo incluso en bicicleta¡ª pero que representa una carga cotidiana para quienes viene en peque?as ciudades o pueblos y necesitan el coche para desplazarse al trabajo o hacer las compras.
El incidente m¨¢s grave ocurri¨® en Le Pont-de-Beauvoisin (Saboya). Una mujer que llevaba a su hija al m¨¦dico en coche se vio rodeada en una rotonda por manifestantes. Presa del p¨¢nico, aceler¨® y mat¨® a otra mujer, seg¨²n la explicaci¨®n del ministro del Interior, Christophe Castaner. La v¨ªctima era una jubilada de 63 a?os que se llamaba Chantal Mazet, informa Le Parisien.
Las protestas del 17 de noviembre eran la primera prueba de este movimiento organizado por medio de las redes sociales y con contornos ideol¨®gicos difusos. Los bloqueos no paralizaron Francia. Que ocurrieran en un d¨ªa festivo diluy¨® el impacto. Pero los chalecos amarillos s¨ª ralentizaron el tr¨¢fico y provocaron atascos en centenares de puntos del pa¨ªs. Y la capacidad de movilizaci¨®n env¨ªa una se?al a los poderes pol¨ªticos sobre la amplitud del descontento.
El balance del Ministerio del Interior ¡ªuna muerte, 227 heridos, de los cuales seis de gravedad, y 73 detenidos¡ª subraya las dificultades para gestionar una protesta sin las estructuras de organizaci¨®n t¨ªpicas de las manifestaciones sindicales.
El balance pol¨ªtico es m¨¢s complicado. El primer ministro, ?douard Philippe, anunci¨® esta semana una serie de medidas, valoradas en 500 millones de euros, para ayudar a los automovilistas con menor poder adquisitivo. Pero no est¨¢ dispuesto a ceder en aumento del impuesto sobre el combustible, una medida considerada necesaria en la lucha contra las emisiones contaminantes. El 1 de enero de 2019 la tasa obre la gasolina subir¨¢ 3,9 c¨¦ntimos de euro por litro, y la tasa sobre el gas¨®leo 6,5 c¨¦ntimos.
El problema es que, aunque Macron y Philippe quisieran negociar, no tendr¨ªan con qui¨¦n. Los chalecos amarillos carecen de representantes. Es una inc¨®gnita si, despu¨¦s de la convocatoria de este s¨¢bado, los bloqueos continuar¨¢n.
En Par¨ªs, unos centenares de chalecos amarillos ¡ªla indumentaria fluorescente que obligatoriamente llevan los automovilistas para usarla si se detienen en la carretera¡ª bloquearon algunos puntos del perif¨¦rico, la carretera de circunvalaci¨®n. Muchos de los manifestantes ven¨ªan de poblaciones de las afueras de la capital y hab¨ªan visto la convocatoria por Facebook y otras redes sociales. Por la tarde se dirigieron a los Campos El¨ªseos, la gran avenida central, y a la plaza de la Concordia, a unos centenares de metros del Palacio del El¨ªseo, la residencia presidencial, acordonada por polic¨ªas y gendarmes antidisturbios.
La lista de reclamaciones era larga. Part¨ªa del aumento del impuesto al combustible y otros agravios a los automovilistas, como la reducci¨®n de la velocidad m¨¢xima en las carreteras a 80 kil¨®metros por hora. Pero iba m¨¢s all¨¢. Desde la subida de cargas a los jubilados hasta la reducci¨®n del impuesto sobre la fortuna, pasando por la supuesta arrogancia de Macron o, de manera m¨¢s general, hay un denominador com¨²n: la percepci¨®n de una p¨¦rdida de poder adquisitivo por parte de la clase media y el enfado con los gobernantes del pa¨ªs.
"Los m¨¢s ricos son m¨¢s ricos y los m¨¢s pobres, m¨¢s pobres. Las clases medias pagan por los m¨¢s ricos y por los m¨¢s pobres", dec¨ªa, mientras caminaba por los Campos El¨ªseos, dijo ?ric, un hombre que trabaja como organizador de bodas y festejos en la regi¨®n de Par¨ªs, y no quiso dar su apellido.
La ausencia de consignas y l¨ªderes, y la divisi¨®n de estrategias, se evidenci¨® unos minutos despu¨¦s, cuando medio centenar de chalecos amarillos cortaron el tr¨¢fico ¡ªincluidos los extra?ados pasajeros de un autob¨²s tur¨ªstico¡ª en la plaza de la Concordia. "Estamos aqu¨ª para ralentizar el tr¨¢fico, no para bloquearlo", increpaba a sus colegas otra chaleco amarillo. Unas decenas de manifestantes lograron entrar en el lujoso Faubourg Saint-Honor¨¦ para acercarse al edificio m¨¢s conocido de esta calle: el Palacio del El¨ªseo. "Macron, dimisi¨®n", gritaban.
La extrema derecha del Reagrupamiento Nacional (ex-Frente Nacional), la izquierda populista de La Francia Insumisa y la derecha tradicional de Los Republicanos declararon su simpat¨ªa con las protestas. Los sindicatos se desmarcaron.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.