Le Pen trata de espantar el rechazo al Frente Nacional con un nuevo nombre
El Frente Nacional reelige a Marine Le Pen como presidenta y despoja a su padre de su ¨²ltimo cargo
Nuevo nombre, misma identidad. Marine Le Pen propuso este domingo rebautizar al viejo partido de la ultraderecha francesa como Reagrupamiento Nacional. Los militantes deber¨¢n ratificar la propuesta en un voto por correo. Le Pen, animada por los avances del nacional-populismo en Europa, plante¨® el cambio de nombre en un discurso de reafirmaci¨®n de las esencias del Frente Nacional (FN) como partido nacionalista y antielitista contrario a la inmigraci¨®n.
Sin sorpresa, Marine Le Pen fue reelegida presidenta del Frente Nacional en el XVI congreso del partido en la ciudad de Lille, en el norte de Francia. Sin sorpresa, el cargo de presidente honor¨ªfico, que ocupaba su padre, Jean-Marie Le Pen, fue eliminado. El viejo l¨ªder ultra, enemistado con su hija y ya oficialmente expulsado como militante en 2015, queda totalmente fuera del partido que ¨¦l fund¨® en los a?os setenta.
La inc¨®gnita del congreso la desvel¨® Marine Le Pen ayer en el discurso de clausura: el nuevo nombre para una formaci¨®n que recoge millones de votos en Francia pero que nunca ha alcanzado el poder.
Reagrupamiento Nacional mantiene el adjetivo nacional del viejo Frente. A la vez le suma el de Reagrupamiento, que tiene ecos gaullistas y republicanos, puesto que Reagrupamiento de pueblo franc¨¦s era el nombre del partido que el general Charles de Gaulle cre¨® tras la guerra, y Reagrupamiento para la Rep¨²blica, el del partido del presidente neogaullista Jacques Chirac. El nombre combina la identidad profunda del FN, el nacionalismo franc¨¦s, con un mito muy franc¨¦s tambi¨¦n, el de la uni¨®n de todo el pueblo, m¨¢s all¨¢ de las divisiones partidistas. Pero tambi¨¦n remite a otro inc¨®modo precedente: el Reagrupamiento Nacional Popular, el partido colaboracionista durante la ocupaci¨®n nazi del exsocialista Marcel D¨¦at. ¡°En el origen ¨¦ramos un partido de protesta¡±, dijo Le Pen en su discurso para justificar el cambio. ¡°Despu¨¦s¡±, continu¨®, ¡°lo fuimos de oposici¨®n. Ahora no debe haber duda de que somos un partido de gobierno¡±. Y para lograrlo, a?adi¨®, son imprescindibles las alianzas que rompan el habitual cerco de todos contra el FN. ¡°Ganar sin alianzas es arduo¡±, dijo.
¡°Yo al principio era esc¨¦ptico¡±, confesaba en los pasillos del congreso Eric Minardi, el secretario regional en Tahit¨ª, en la Polinesia. El discurso de la presidenta le convenci¨®. ¡°Si queremos hacer alianzas y que la gente se acerque a nosotros, Reagrupamiento Nacional puede funcionar¡±, explicaba Minardi.
¡°Necesitamos ganar, debemos reagrupar¡±
Louis Aliot, diputado del Frente Nacional por Perpi?¨¢n, tiene una explicaci¨®n sencilla para el cambio de nombre del partido que preside su pareja, Marine Le Pen. El nombre actual, explica a EL PA?S, "en la segunda vuelta [de las elecciones] impide la reagrupaci¨®n". Es decir, en el sistema electoral de dos vueltas franc¨¦s, lo habitual es que en la segunda vuelta ¡ªde las elecciones presidenciales, pero tambi¨¦n legislativas y regionales¡ª todos los partidos se unan contra el FN. "Ahora necesitamos ganar, debemos reagrupar y hay que hacerlo con algo que no choque", dice Aliot. El nombre choca, y disuade. Con otro nombre se supone que el nuevo FN atraer¨¢ m¨¢s votos. "Lo he visto en mi propia elecci¨®n: hay gente que vota por nosotros casi a su pesar. Por lo menos no tendr¨¢n este peso psicol¨®gico".
Le Pen hija planteaba el congreso de Lille como el de la refundaci¨®n: el que permita sentar las bases para transformar un partido de masas pero estigmatizado ¡ªarrinconado en la esquina de las ideolog¨ªas impresentables y contrarias a los valores republicanos¡ª y lograr hacerlo presentable. Es decir, capaz de aliarse con otros partidos ¡ªo, como m¨ªnimo, atraer a sus votantes¡ª y aspirar de verdad al poder. En el discurso de Lille, Le Pen lanz¨® varios gui?os a Laurent Wauquiez, presidente de Los Republicanos, el partido tradicional de la derecha francesa. Wauquiez, elegido en diciembre, ha derechizado el discurso de su partido, pero rechaza cualquier pacto con el FN.
Otros estatutos
El congreso del FN es el resultado de un proceso que empez¨® tras la derrota de Le Pen ante Emmanuel Macron. Le Pen se clasific¨® para la segunda vuelta y obtuvo m¨¢s de 10 millones de votos, un resultado que refleja la potente implantaci¨®n en el territorio franc¨¦s. Pero de nuevo se qued¨® a las puertas del poder, con un 34% de votos, frente al 66% de su rival centrista.
Su p¨¦sima prestaci¨®n en el debate electoral ante Macron dej¨® maltrecha su imagen como gobernante potencial, y errores estrat¨¦gicos como la propuesta de una salida r¨¢pida del euro y eventualmente de la UE asustaron a muchos votantes. A esto se sum¨® la deserci¨®n de su hombre de confianza, Florian Philippot, que ha fundado un nuevo partido, Los Patriotas. El partido abri¨® entonces una reflexi¨®n que incluy¨® un cuestionario entre sus 51.000 militantes. Un 52% de los sondeados se mostraron favorables al cambio de nombre, una mayor¨ªa exigua que evidencia el apego de la militancia a las se?as de identidad.
Un 100% de los cerca de 1.500 delegados en Lille votaron por la reelecci¨®n de Marine Le Pen en la presidencia del FN. Era la ¨²nica candidata. Cerca de un 80% vot¨® a favor de cambiar los estatutos, medida que incluye la supresi¨®n de la presidencia de honor, es decir, la exclusi¨®n definitiva de Jean-Marie Le Pen. Su estridencia verbal y sus opiniones sobre el exterminio de los jud¨ªos de Europa o la colaboraci¨®n con los ocupantes nazis durante la Segunda Guerra Mundial dificultaban el esfuerzo de su hija para acabar con la satanizaci¨®n del partido.
La duda es si cambiar el nombre basta para borrar esta identidad. Porque este es un partido irremediablemente asociado con una ideolog¨ªa y con otro nombre, aparte del FN. Se trata de Le Pen, y este seguir¨¢ siendo el partido ligado la familia que lo fund¨®.
La formaci¨®n adapta la ¡®doctrina Steve Bannon¡¯ a sus viejas esencias
El Frente Nacional practicaba el bannonismo ¡ªla doctrina antinmigraci¨®n, anti¨¦lites y antiglobalizaci¨®n asociada al ide¨®logo de Donald Trump¡ª desde mucho antes de que Steve Bannon apareciese en la escena pol¨ªtica estadounidense. Y sigue aplicando esta doctrina tras el triunfo en las elecciones de EE UU en 2016 y la posterior la ca¨ªda en desgracia de Bannon en la Casa Blanca. Si acaso, con m¨¢s fuerza a¨²n.
La explosiva intervenci¨®n de Bannon este fin de semana en el congreso del FN en Lille fue el aperitivo del discurso de clausura de su l¨ªder, Marine Le Pen. La misma combinaci¨®n de una ideolog¨ªa transversal ¡ªni de izquierdas ni de derechas¡ª con un discurso nacionalista hist¨®ricamente asociado a los partidos ultras.
¡°La nueva divisi¨®n entre nacionales y mundialistas ha sustituido a la divisi¨®n entre izquierda y derecha¡±, dijo Le Pen. ¡°Y no s¨®lo en Francia, sino en todo Europa¡±. Le Pen fue m¨¢s all¨¢, y habl¨® de una divisi¨®n entre sedentarios y n¨®madas, denominaci¨®n que engloba a inmigrantes, evasores fiscales, europe¨ªstas, globalistas, sesentayochistas y, por supuesto, a Emmanuel Macron.
La idea de que izquierda y derecha ya tienen poco sentido no es exclusiva de Le Pen, ni de Bannon, que en Lille carg¨® contra el Partido Republicano de Trump por oponerse a las medidas proteccionistas del ¡°amado presidente¡±, como le llama. Es una idea que tambi¨¦n han teorizado pol¨ªticos de la nueva izquierda alternativa ¡ªhace unos d¨ªas, en una charla con estudiantes en Par¨ªs, ??igo Errej¨®n ofreci¨® un diagn¨®stico parecido¡ª y centristas como el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, objeto de todas las invectivas de la presidenta del FN en Lille.
La esperanza de Le Pen, debilitada tras perder ante Macron en las presidenciales de mayo de 2017, es que la ola nacional-populista europea acabe llevando a los suyos al poder. Su discurso se abri¨® con un mensaje en v¨ªdeo de Matteo Salvini, l¨ªder de la Liga en Italia y uno de los vencedores en las elecciones el pasado domingo. Le Pen compara a Macron con el ex primer ministro Matteo Renzi, que hace dos a?os lleg¨® al poder como el candidato europe¨ªsta, y el domingo sali¨® derrotado.
Cuando, en el discurso, Le Pen carg¨® contra ¡°el totalitarismo econ¨®mico¡±, pod¨ªa sonar como una populista ¡°ni de izquierdas ni de derechas¡±; o incluso de extrema izquierda.
Pero los or¨ªgenes del partido dif¨ªcilmente han desaparecido. Cualquier tentativa de convertirlo en un partido transversal parece aparcada en el momento de su cambio de nombre, si se hace caso, por ejemplo, del lugar central que ocup¨® en Lille el discurso contra los inmigrantes. ¡°La inmigraci¨®n legal, y la ilegal, ya no es sostenible¡±, dijo Le Pen. Fue una de las frases que levant¨® m¨¢s aplausos y llev¨® al auditorio a entonar el c¨¢ntico habitual de los m¨ªtines de campa?a: ¡°On est chez nous¡±. Estamos en nuestra casa.
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