En la violenta Guanajuato, el debate sobre la Guardia Nacional de L¨®pez Obrador no existe
El poco entusiasmo que despierta la fuerza militar que ha prometido el pr¨®ximo presidente de M¨¦xico en un Estado castigado por la inseguridad ilustra las dudas sobre el nuevo cuerpo
La se?ora Carmen escuch¨® los primeros balazos mientras se preparaba unos huevos con frijoles y un caf¨¦. Supo que ven¨ªan de la avenida, tan cercanos, justo al otro lado de la puerta. Tratando de protegerse, fue corriendo a su cuarto, en la otra punta de la casa. Se ocult¨® debajo de la cama y se qued¨® all¨ª un buen rato. Cuando ya no escuchaba disparos, sali¨®. Lleg¨® a la puerta de la calle y la abri¨®. Enfrente, Carmen vio con horror los cuerpos de varias personas en el suelo, sin vida. La sangre. Y alrededor varias patrullas, polic¨ªas, militares. Hab¨ªan asesinado a seis agentes de tr¨¢nsito.
¡°Por aqu¨ª era una zona tranquila, aunque antes toda Salamanca era tranquila¡±, dice Carmen, un nombre falso que sustituye al suyo por petici¨®n de la entrevistada. No es el ¨²nico tiroteo que ha sentido de cerca. Hace poco estaba con su hijo en el puesto ambulante de venta de pollos que gestionan entre ambos, cuando se desat¨® la balacera. ¡°Las balas me pasaron rozando. Me met¨ª corriendo en una papeler¨ªa¡±, dice. Todo en menos de un a?o.
Es la historia de Carmen, pero podr¨ªa ser la de cualquier vecino de Salamanca, que sufren desde hace casi dos a?os una oleada de violencia sin parang¨®n. Aunque podr¨ªa ser, en realidad, la historia de cualquier habitante de Guanajuato, anta?o un estado tranquilo y pr¨®spero del centro de M¨¦xico, aquejado ahora de niveles delictivos nunca vistos. E incluso podr¨ªa ser la historia de casi cualquier mexicano, cualquiera que no viva en Yucat¨¢n o alguna de las escasas regiones que se mantienen al margen de la crisis de inseguridad que asola al pa¨ªs.
Hasta el 31 de octubre, en Guanajuato se cometieron 2.742 asesinatos. En todo 2017 fueron 1.423. Y en 2016, 1.096. Solo en Salamanca, una ciudad de 300.000 habitantes, de enero a agosto de este a?o contaron 152 asesinatos. Y la pregunta que se hacen vecinos como Carmen es, ?qu¨¦ va a pasar? ?C¨®mo se puede parar esto?
A pocos d¨ªas de que Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador inaugure su presidencia, el debate securitario arrecia en los medios. Decenas de organizaciones de la sociedad civil han criticado el plan del futuro presidente para crear un nuevo cuerpo de seguridad, la Guardia Nacional, de car¨¢cter militar, dependiente org¨¢nicamente de la Secretar¨ªa de la Defensa. No se puede combatir la inseguridad con m¨¢s militares, dicen.
Desde Morena, el partido de L¨®pez Obrador, se defienden. Primero, dicen que el 80% de su estrategia de seguridad se centrar¨¢ en atender las causas de la violencia. Esto es, la pobreza y la falta de oportunidades. Segundo, argumentan que uno de los problemas hasta ahora era entender el tr¨¢fico de drogas como un problema de seguridad p¨²blica y no un asunto de salud p¨²blica. Y tercero, matizan que crear la Guardia Nacional no implica profundizar en la militarizaci¨®n del pa¨ªs. Todo estar¨¢ bajo el mando del presidente y su secretario de Seguridad P¨²blica, dos civiles, dicen.
Pese a las bondades de la estrategia, loada por los integrantes del futuro gabinete estas ¨²ltimas semanas, la sombra de la Guardia Nacional prevalece. A doce a?os de que los militares empezaran a asumir el papel de las polic¨ªas, y visto que 2018 est¨¢ a punto de convertirse en el a?o m¨¢s violento en la historia de M¨¦xico, la pregunta es si la propuesta del nuevo Gobierno es la correcta ante el desastre.
El a?o pasado, la acad¨¦mica Laura Atuesta public¨® un art¨ªculo en que analizaba la presencia de militares en las calles entre 2006 y 2011, los primeros a?os de la guerra al narcotr¨¢fico impulsada por el expresidente Felipe Calder¨®n, que dejaron decenas de miles de muertos. Atuesta, especialista en pol¨ªticas de seguridad, conclu¨ªa que los municipios en que militares y civiles se hab¨ªan enfrentado hab¨ªan sufrido un aumento posterior de los asesinatos del 9%. Aunque el art¨ªculo es de marzo de 2017 y la Guardia Nacional no era siquiera una idea, Atuesta dec¨ªa: ¡°En el momento en que se implement¨® la pol¨ªtica de seguridad de Calder¨®n no se contaba con evidencia emp¨ªrica para poder saber que no iba a dar los resultados esperados. Pero 10 a?os m¨¢s tarde ya no tenemos la misma excusa¡±.
El abogado Santiago Aguirre, del centro Miguel Agust¨ªn Pro de Derechos Humanos, apunta al car¨¢cter acaparador de la Guardia Nacional. Seg¨²n el futuro Gobierno, el pa¨ªs se dividir¨¢ en 266 regiones. La Guardia Nacional tendr¨¢ mayor o menor presencia en cada una dependiendo de la inseguridad de cada regi¨®n. En todo caso, su papel ser¨¢ preponderante. ¡°La propuesta de la Guardia Nacional es muy centralista. El mando es jer¨¢rquico y no incorpora esquemas de participaci¨®n y mejora de las polic¨ªas estatales y municipales. No hay incentivos para fortalecer a las polic¨ªas. Se da por hecho que est¨¢n perdidas. Las polic¨ªas jugar¨¢n un papel de subordinaci¨®n¡±.
Preguntada al respecto, la se?ora Carmen no sabe qu¨¦ es la Guardia Nacional. Aunque dice: ¡°Yo creo que tiene que haber m¨¢s polic¨ªas y m¨¢s militares, que se componga la cosa. Porque antes yo me sentaba aqu¨ª en la puerta de casa y ahora ya no¡±.
Un vecino, el se?or Restrepo, taxista, argumenta: ¡°Guardia Nacional o no, vamos a caer en lo mismo. Lo que necesitamos son leyes m¨¢s duras¡±, dice, justo antes de detallar el caso de un tipo al que agarraron con armas en la autopista y, a?ade, luego soltaron. ¡°Militares o polic¨ªas, ellos van a hacer su trabajo. Las sanciones a los delincuentes son lo que est¨¢ mal¡±.
Manuel, otro vecino, explica que ya no vive en Salamanca por la violencia. Va y viene por el trabajo, pero vive en Le¨®n, en la otra punta del estado. ¡°?La Guardia Nacional? Mire, ya [el expresidente Felipe] Calder¨®n intent¨® lo de los militares y no funcion¨®. No te garantiza nada que anden por ah¨ª. Aqu¨ª llegaron hace meses y no ha cambiado nada¡±.
En enero, el Gobierno anunci¨® la llegada de 3.200 polic¨ªas militares a Guanajuato, en un intento por controlar la situaci¨®n. Y desde entonces cada semana que pasa es un recordatorio de que algo no funciona. En septiembre se batieron todos los r¨¦cords de asesinatos en el estado desde que hay registros: 334.
Aguirre y muchos otros, entre abogados, acad¨¦micos y activistas ven preocupados la llegada de la guardia. A la lectura de las opiniones de estos y otros vecinos de Guanajuato, Aguirre asume que lo ¨²nico que quiere la gente es vivir en paz. ¡°El tema de la seguridad es muy emocional. En las encuestas le preguntan a la gente, ¡®?conf¨ªas en la polic¨ªa?¡¯ Y responden, ¡®no¡¯. Y luego, ¡®?qu¨¦ har¨ªas para mejorar la seguridad?¡¯ Y dicen, ¡®m¨¢s polic¨ªa¡¯. Est¨¢ tan descompuesto el sistema de procuraci¨®n de justicia que es dif¨ªcil plantear alternativas aceptables. No hemos hecho pedagog¨ªa para explicar que las medidas securitarias que funcionan bien, bien en el corto plazo, pueden no funcionar en el medio o largo plazo¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.