El juicio de El Chapo pone al descubierto su vida de nuevo rico
El capo mexicano de la droga lleg¨® a tener una flotilla de cuatro aviones privados y un zool¨®gico en uno de sus ranchos
Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n empez¨® a traficar con coca¨ªna porque era pobre. ¡°No ten¨ªa para comer¡±, cuenta Miguel ?ngel Mart¨ªnez, conocido entre los miembros del cartel de Sinaloa como El Gordo. De vender naranjas y panes horneados por su madre pas¨® en pocos a?os a acumular una fortuna que le permiti¨® hacerse con una flotilla de cuatro aviones privados, mansiones desperdigadas por las mejores playas de M¨¦xico y hasta un zool¨®gico en uno de sus m¨²ltiples ranchos.
¡°Todo esto fue gracias al boom cocainero de comienzos de los a?os noventa¡±, relat¨® Mart¨ªnez este martes en la s¨¦ptima jornada del juicio contra el capo mexicano que se celebra en Brooklyn (Nueva York), mientras la fiscal¨ªa presentaba al jurado la foto de un LearJet 36 de Bombardier estacionado en un hangar. Cuando empez¨® a trabajar como piloto para Guzm¨¢n, narra, su jefe ¡°no ten¨ªa nada¡±. El ascenso fue fulgurante y antes de ser detenido por primera vez gast¨® 10 millones de d¨®lares para comprar una propiedad en Acapulco, en el Pac¨ªfico mexicano.
El Gordo lleg¨® a ser la mano derecha del capo de la droga. ¡°Fue el mejor negocio del mundo¡±, afirm¨® en el juicio. En el embarcadero de esa mansi¨®n ten¨ªa atracado un yate que llam¨®?Chapito, siempre seg¨²n el testimonio del segundo testigo que coopera con la fiscal¨ªa, detenido en M¨¦xico en 1998 y extraditado tres a?os despu¨¦s a EE UU. El Chapo se enfrenta a una cadena perpetua por?haber liderado una trama criminal que permiti¨® al c¨¢rtel de Sinaloa introducir 155 toneladas de droga en Estados Unidos en un cuarto de siglo.
En el juicio, Miguel ?ngel Mart¨ªnez se?al¨® en todo momento al acusado como su "jefe". La defensa, que asegura que El Gordo se gastaba 4.000 d¨®lares al d¨ªa en coca¨ªna) intenta demostrar que, en realidad, El Chapo era uno m¨¢s.
Lleg¨® a ser tan rico El Chapo que su rancho en Guadalajara (Jalisco, la regi¨®n donde empez¨® a construir el cartel) ten¨ªa, entre otras cosas, cuatro piscinas y un zool¨®gico con tigres, leones, panteras y venados. ¡°Los invitados lo recorr¨ªan en trenecito¡±, coment¨® El Gordo al exponerse las extravagancias de nuevo rico.
Los viajes al extranjero se hicieron m¨¢s frecuentes a medida que crec¨ªa el efectivo. ¡°Estuvimos en Brasil. Argentina, Europa, Jap¨®n, Hong Kong y una vez fue a Suiza para hacerse un tratamiento de rejuvenecimiento. Tambi¨¦n a Macao para jugar¡±. El Gordo recibi¨®, seg¨²n su relato, ¨®rdenes de su jefe para que hiciera generosos regalos a las personas que le arropaban: ¡°Un diciembre tuvo que comprar 50 coches de lujo. Pod¨ªan elegir entre tres modelos¡±.
Pero mantener toda esa opulencia costaba much¨ªsimo dinero. ¡°Unos 12 millones de d¨®lares mensuales¡±, precisa Mart¨ªnez, que se present¨® ante el jurado como el gestor de los negocios de Guzm¨¢n. Habl¨® de todas las mujeres con las que ten¨ªa una relaci¨®n sentimental, "su familia era muy grande". Y de las fiestas que organizaba. "Le gustaba el co?ac", detall¨®. El sueldo que recib¨ªa de su jefe era escaso para todo lo que ten¨ªa que hacer, dice: un mill¨®n de d¨®lares al a?o.
El relato de Miguel ?ngel Mart¨ªnez se centra en la fase incipiente de la organizaci¨®n criminal. ?l estuvo a sueldo de Guzm¨¢n entre 1987 y 1993. Entre sus responsabilidades figuraba gestionar en su nombre el dinero que se obten¨ªa de la venta de la droga en EE UU. Los aviones privados se utilizaban para transportar el efectivo desde la frontera hasta Ciudad de M¨¦xico, en tandas de 10 millones. El testigo explic¨® que el dinero que llov¨ªa del cielo se introdujo despu¨¦s en el sistema bancario: ¡°Si me preguntaban dec¨ªa que era por un negocio de exportaci¨®n de tomates¡±.
La guerra
Los beneficios de las actividades il¨ªcitas se utilizaron tambi¨¦n para comprar propiedades con identidad falsa para as¨ª poder blanquear el dinero de la droga o establecer sociedades tapadera para que la empresa criminal pudiera realizar sus operaciones, como el env¨ªo de coca¨ªna en latas de jalape?os. El efectivo tambi¨¦n se dirigi¨® a pagar sobornos a las fuerzas de orden en M¨¦xico, la adquisici¨®n de casas a ambos lados de la frontera para la construcci¨®n de t¨²neles y para luchar contra el cartel rival de Tijuana.
La guerra que se abri¨® con los hermanos Arellano-F¨¦lix tuvo dos momentos clave que dieron relevancia a la figura de El Chapo: el tiroteo en la discoteca Christine y el asesinato del cardenal Juan Jes¨²s Posadas Ocampo. ¡°Todos se hicieron famosos entre la prensa y los pol¨ªticos¡±, cont¨®, ¡°se hizo muy dif¨ªcil operar porque sus fotos estaban en las cadenas nacionales cada diez minutos¡±. Guzm¨¢n acab¨® siendo arrestado en junio de 1993, cuando trataba de escapar a El Salvador.
El Gordo se hizo cargo temporalmente de todas sus posesiones y soborn¨® a un funcionario de la c¨¢rcel para que ¡°cuidara¡± a El Chapo. Logr¨® as¨ª pasarle un tel¨¦fono m¨®vil para que pudiera comunicarse con el exterior y seguir dirigiendo la organizaci¨®n. Guzm¨¢n le pidi¨®, adem¨¢s, que cuidara de todas sus mujeres y su familia.? "No ten¨ªa el car¨¢cter para tomar su lugar y liderar el cartel", admiti¨®.
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