El Gobierno franc¨¦s retrocede de nuevo y suspende la subida del carburante para todo 2019
Los ¡®chalecos amarillos¡¯ mantienen el pulso pese a las concesiones del presidente Macron
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Emmanuel Macron retrocede de nuevo para apagar la c¨®lera de los chalecos amarillos. La anulaci¨®n del aumento de las tasas para el carburante ya no ser¨¢ provisional durante los seis primeros meses de 2019, como el primer ministro, ?douard Philippe, anunci¨® el martes. En un ambiente de confusi¨®n y nervios, el Gobierno franc¨¦s se corrigi¨® el mi¨¦rcoles a s¨ª mismo y dijo que la anulaci¨®n se prolongar¨¢ todo el a?o. Es la segunda rectificaci¨®n de Macron y Philippe en 36 horas. Y es una victoria para los activistas que llevan la emblem¨¢tica prenda fluorescente. Ni los chalecos amarillos ni la oposici¨®n se dan por satisfechos con las concesiones del presidente.
Hay mucho de antipol¨ªtica, incluso de antiparlamentarismo, en los chalecos amarillos, un movimiento transversal sin l¨ªderes, programa ni estructuras. Su ¨¦xito, hasta el momento, ha sido rotundo.
Desde la primera protesta del 17 de noviembre, han logrado lo que en un a?o y medio no hab¨ªan conseguido ni la oposici¨®n pol¨ªtica, ni los sindicatos. Han obligado a dar marcha atr¨¢s a Macron, el presidente que se hab¨ªa propuesto diferenciarse de sus volubles antecesores y mantener el rumbo de las reformas sin amedrentarse al m¨ªnimo estallido en la calle. Pero el repliegue no ha bastado para calmar los ¨¢nimos de un movimiento que exige mucho m¨¢s.
Los colaboradores de Macron ya han empezado a sugerir otras concesiones, adem¨¢s de la prolongaci¨®n, durante todo el 2019, la suspensi¨®n de las tasas al carburante. Que no haya subidas durante todo el a?o debe aportar claridad, seg¨²n el ministro de la Transici¨®n Ecol¨®gica, Fran?ois de Rugy.
La reintroducci¨®n del impuesto sobre las fortunas (ISF) podr¨ªa ser un segundo paso, aunque en el Consejo de Ministros el presidente la descart¨®. En el debate sobre las nuevas medidas en la Asamblea Nacional el primer ministro Philippe dijo que en 2019 un grupo de expertos har¨¢ un balance de los efectos de la supresi¨®n parcial, en 2017, del ISF. Desde la supresi¨®n de este impuesto, el presidente carga con la etiqueta de ¡°presidente de los ricos¡±. Fue su pecado original.
La lista de peticiones, expresadas por la oposici¨®n en la Asamblea Nacional, aumenta d¨ªa a d¨ªa: un salario m¨ªnimo m¨¢s elevado; disoluci¨®n de la Asamblea Nacional y nuevas elecciones legislativas; refer¨¦ndum sobre las pol¨ªticas ecol¨®gicas y fiscales; o directamente la dimisi¨®n de Macron. Y crecen las dudas sobre la posibilidad de que el presidente aplique el ambicioso plan de reformas con el que fue elegido. La pr¨®xima en la agenda es la de las pensiones, y se hace dif¨ªcil c¨®mo Macron podr¨¢ impulsar una reforma de este calado si la subida de unos c¨¦ntimos teniendo ha provocado tal reacci¨®n.
Es la revuelta de los franceses de la clase media empobrecida que vive en ciudades peque?as y medianas. En este pa¨ªs remoto para una parte de las clases dirigentes en Par¨ªs, los servicios sociales se han visto reducidos mientras la sensaci¨®n de p¨¦rdida de poder adquisitivo se consolidaba. El aumento de unos c¨¦ntimos en el precio del gas¨®leo es una dificultad a?adida para llegar a fin de mes. El optimismo que acompa?¨® a la victoria de Macron en 2017 result¨® un espejismo.
Era una Francia invisible hasta hace tres semanas. Coordinados por medio de las redes sociales y con el arma simb¨®lica del vistoso chaleco fosforescente, ahora son omnipresentes.
La crisis, que Macron no vio venir, hace aflorar las tensiones con el primer ministro Philippe. El Palacio del El¨ªseo no hab¨ªa tomado la medida, antes de la irrupci¨®n de los chalecos amarillos, de una c¨®lera que viene de lejos, pero que tiene un denominador com¨²n en un rechazo visceral hacia el presidente y su imagen de hombre elitista y desconectado de la realidad.
Todos los partidos de la oposici¨®n simpatizan con la protesta. Creen insuficiente la moratoria de seis meses en la subida de los impuestos a la gasolina y el gas¨®leo, prevista para el 1 de enero de 2019, una herramienta fiscal para disuadir del uso de energ¨ªas contaminantes.
La mayor¨ªa presidencial en la Asamblea Nacional hizo este mi¨¦rcoles un esfuerzo por parlamentarizar un pulso que ahora se desarrolla en la calle, las redes sociales y los plat¨®s de televisi¨®n. Por iniciativa gubernamental, y de acuerdo con el art¨ªculo 50.1 de la Constituci¨®n, se organiz¨® el debate sobre la ¡°fiscalidad ecol¨®gica y sus consecuencias sobre el poder adquisitivo¡±, con un voto final que ¡°no compromete [la] responsabilidad¡± del Gobierno, seg¨²n el art¨ªculo citado. Es decir, no era una moci¨®n de confianza ni de censura.
La mayor¨ªa holgada de la Rep¨²blica en marcha, el partido del presidente,?, asegur¨® la victoria por 358 votos a 194. Pero la claridad del resultado hace m¨¢s llamativo el contraste entre la correlaci¨®n de fuerzas en el Parlamento y la calle. Hoy la hegemon¨ªa parlamentaria no es garant¨ªa de nada.
La esperanza del Gobierno franc¨¦s
El Palacio del El¨ªseo se agarraba el mi¨¦rcoles a un sondeo del instituto BVA para mantener la esperanza de que la revuelta de los chalecos amarillos se calme en los pr¨®ximos d¨ªas. El sondeo se?ala que el 70% de franceses cree que el aplazamiento del impuesto al carburante justificar¨ªa el fin del movimiento de los chalecos amarillos. Este movimiento naci¨® en noviembre en contra de la subida del carburante, pero desde entonces ha sumado m¨¢s reivindicaciones. El c¨¢lculo del Gobierno franc¨¦s es que, aunque la medida no convenza a los activistas, sirva para rebajar el inmenso apoyo del que estos disfrutan entre la ciudadan¨ªa.
El mensaje oficial es que el presidente Emmanuel Macron, al suspender durante seis meses la subida del carburante, no cambia de rumbo pol¨ªtico sino s¨®lo de m¨¦todo. Los objetivos del cambio clim¨¢tico y de las reformas econ¨®micas y sociales en Francia siguen siendo los mismos. Pero ahora, seg¨²n este argumento, se har¨¢n en concertaci¨®n con los partidos, los sindicatos, los gobiernos locales, la sociedad civil y los ciudadanos. Tambi¨¦n con los chalecos amarillos. Macron ha pedido a los partidos, sindicatos y patronal que hagan "un llamamiento claro y expl¨ªcito a la calma".
La dificultad de los planes gubernamentales para salir de la crisis es que las protestas amenazan con extenderse a estudiantes, agricultores o transportistas. Ya no son s¨®lo los chalecos amarillos quienes se movilizan. La pr¨®xima prueba para el Gobierno y los chalecos amarillos ser¨¢ la manifestaci¨®n del s¨¢bado en Par¨ªs. La violencia empa?¨® las dos ¨²ltimas. Macron no puede permitirse otro fin de semana de caos y destrucci¨®n.
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