L¨®pez Obrador manda una se?al de certidumbre con los presupuestos
El presidente mexicano responde a sus votantes y a los mercados financieros con un plan austero que prioriza los programas sociales que prometi¨® en campa?a
Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha desvelado el rumbo que quiere para M¨¦xico en su primer a?o de Gobierno con unos presupuestos equilibrados que atienden tanto a sus votantes ¡ªque buscan un giro social, en un pa¨ªs con 50 millones de personas viviendo por debajo del umbral de la pobreza¡ª como a los mercados financieros, que escrutan cada paso del nuevo presidente tras la cancelaci¨®n del proyectado aeropuerto de la capital. El mandatario mexicano lanza el mensaje de que pretende la estabilidad econ¨®mica con un gasto prudente y con el objetivo de lograr un super¨¢vit fiscal primario (antes de intereses) entre ceja y ceja.
Las cuentas p¨²blicas son el reflejo de la visi¨®n del pol¨ªtico de izquierda que hist¨®ricamente se ha inclinado por los programas sociales ¡ªuno de sus lemas de campa?a fue ¡°los pobres, primero¡±¡ª, pero que trata de preservar la ortodoxia fiscal que ha llevado a M¨¦xico, la segunda econom¨ªa latinoamericana, a ser uno de los pa¨ªses m¨¢s estables de la regi¨®n a ojos de los siempre temerosos grandes inversores.
La presentaci¨®n de los presupuestos del nuevo presidente mexicano despeja, al menos en parte, las dudas que inundaban el pa¨ªs norteamericano en los primeros 15 d¨ªas de Gobierno. Nada m¨¢s llegar al cargo, anunci¨® programas de impacto social, obras de infraestructura p¨²blica y reformas constitucionales sin aclarar c¨®mo iba a lograr cada uno de los objetivos. Sus detractores tem¨ªan el dispendio de la billetera mexicana para atender a la base que le vot¨® en julio, mientras que sus partidarios titubearon ante la posibilidad de que el presidente no se acercara en lo m¨ªnimo a sus promesas de campa?a.
En el M¨¦xico polarizado, L¨®pez Obrador ha conseguido acercar los extremos con un gasto sumamente prudente. ¡°Hay una observaci¨®n escrupulosa al principio de austeridad¡±, subray¨® su secretario (ministro) de Hacienda y mano derecha para asuntos econ¨®micos, Carlos Urz¨²a, al entregar el proyecto a los legisladores. Este lunes, a la apertura de los mercados, se sabr¨¢ la credibilidad que le dan los inversores.
Tras las turbulencias financieras causadas por la cancelaci¨®n del nuevo aeropuerto de la Ciudad de M¨¦xico, un proyecto del anterior presidente, Enrique Pe?a Nieto (PRI), que llevaba un avance superior a un tercio, el nuevo Gobierno sabe que el margen de error es escaso. En plena negociaci¨®n con los acreedores de esa obra fallida, todo mensaje de tranquilidad es poco. Y el presupuesto busca ser la primera se?al de un Ejecutivo sobre el que millones de personas han depositado su esperanza pero que sabe que sin la complicidad gran capital, no podr¨¢ sacar adelante su ambicioso programa social.
M¨¢s dinero para Defensa, menos para Sanidad
La cartera m¨¢s beneficiada de los presupuestos del izquierdista L¨®pez Obrador es Defensa, que recibe un 11% m¨¢s. La Guardia Nacional depender¨¢ de este departamento y el combate a la criminalidad se instrumentalizar¨¢, en buena medida, desde aqu¨ª. Le siguen Energ¨ªa ¡ªcon un incremento del 960%, en parte por la construcci¨®n y remodelaci¨®n de refiner¨ªas¡ª y Trabajo ¡ªque multiplica casi por diez sus recursos sobre todo para la puesta en marcha de contratos de aprendices para j¨®venes en empresas. Educaci¨®n tambi¨¦n recibir¨¢ un 3% m¨¢s. En cambio, carteras como Sanidad, Ciencia y Tecnolog¨ªa y Medio Ambiente sufren recortes.
Pobreza
L¨®pez Obrador busca, repite una y otra vez, una nueva transformaci¨®n de un pa¨ªs plagado de oportunidades y con un futuro prometedor, pero asolado por la violencia. Quiere pasar a la historia como el presidente m¨¢s cercano a los pobres. Pero tambi¨¦n como alguien que respet¨® el principio del rigor fiscal y la ¡°austeridad republicana¡±, una de sus expresiones favoritas. El espejo en el que se mira es el del primer mandato del brasile?o Lula da Silva, dicen en privado sus m¨¢s estrechos colaboradores.
Las directrices para el primer a?o del primer presidente de izquierda de M¨¦xico apuntan, en primer lugar, a la atenci¨®n urgente de ese casi 44% de la poblaci¨®n que vive en la pobreza a trav¨¦s de un amplio abanico de programas en el que destacan dos: incentivos como las pensiones a los mayores de 68 a?os ¡ªun total de 13 millones de personas, donde el 70% no cuenta con ingresos por jubilaci¨®n¡ª y la entrega de becas para dos millones de j¨®venes en b¨²squeda de su primer empleo.
Al mismo tiempo, asegura la dotaci¨®n presupuestaria suficiente para dos de sus proyectos de obra p¨²blica m¨¢s ambiciosos: el Tren Maya, un circuito tur¨ªstico en la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n; y la conversi¨®n de la base militar de Santa Luc¨ªa (a 50 kil¨®metros de la Ciudad de M¨¦xico) en un nuevo aeropuerto civil que complemente al actual, sobrecargado y sin margen de crecimiento. Por departamentos, Energ¨ªa, Defensa, Educaci¨®n, Trabajo, Turismo y Bienestar (antes conocida como Desarrollo Social) son los que m¨¢s ven incrementados los recursos a su cargo, mientras que carteras como Medio Ambiente y Recursos Naturales ven mermados sus fondos.
Los empresarios mexicanos ven los presupuestos con cierta reserva. El sector privado reconoce el esfuerzo de la Administraci¨®n entrante por reducir la deuda p¨²blica ¡ªdel 45% del PIB, tras el fuerte incremento registrado en la ¨²ltima d¨¦cada¡ª y por evitar comprometer los recursos, aunque desconf¨ªan de los buenos resultados que la estrategia de L¨®pez Obrador pueda traer. ¡°Pone el ¨¦nfasis en proyectos sociales de baja eficacia y asignaci¨®n opaca¡±, apunt¨® Gustavo de Hoyos, presidente de la mayor patronal mexicana, Coparmex.
Estabilidad
El primer a?o de L¨®pez Obrador al frente del Gobierno pone sobre la mesa un gasto para estabilizar las finanzas p¨²blicas para acercarse a la transformaci¨®n de M¨¦xico en los siguientes a?os de su sexenio. Un objetivo a medias con un gasto corriente que contin¨²a creciendo, a pesar de las promesas de reducirlo, y los recortes a los salarios de unos 6.000 altos cargos, con excepci¨®n de los jueces, que se han opuesto de forma contundente a su plan de austeridad.
Las dudas sobre el pol¨ªtico de izquierda tambi¨¦n se han posado sobre su estrategia de seguridad: con una subida de 11,3% al presupuesto de Defensa, el presidente ha declarado su intenci¨®n de que las Fuerzas Armadas tomen el control, a trav¨¦s de la creaci¨®n de la Guardia Nacional, del combate a la violencia que se ha extendido en la ¨²ltima d¨¦cada en el pa¨ªs norteamericano.
La promesa de L¨®pez Obrador de no aumentar o crear impuestos se ha mantenido intacta. El presidente conf¨ªa en el aumento de los ingresos petroleros en los pr¨®ximos a?os a trav¨¦s de la empresa estatal Pemex y no ha ocultado su deseo de que la petrolera tome las riendas del futuro energ¨¦tico del pa¨ªs, como lo hizo en el pasado. El presupuesto contempla un notable incremento de recursos para Petr¨®leos Mexicanos, toda una declaraci¨®n de intenciones: uno de los objetivos es recuperar la producci¨®n petrolera a 1,8 millones de barriles diarios ¡ªahora es de 1,7 millones y bajando¡ª, en los pr¨®ximos 12 meses. La petrolera estatal ha conseguido un aumento en su presupuesto del 14%, mientras que el organismo encargado de supervisar los contratos privados generados tras la reforma de Pe?a Nieto, la Comisi¨®n Nacional de Hidrocarburos, ha sufrido un recorte del 30%. Un mensaje un tanto equ¨ªvoco tras la apertura del mercado energ¨¦tico mexicano y, sobre todo, en el que las grandes potencias tratan de dar carpetazo a los combustibles f¨®siles.
En el cap¨ªtulo de promesas, sin embargo, el balance es agridulce: el presidente lleg¨® con la firme intenci¨®n de recortar el gasto corriente para centrar sus esfuerzos en la inversi¨®n p¨²blica y en 2019 esta partida seguir¨¢ creciendo ¡ªun 2,3%, seg¨²n el desglose del propio Gobierno¡ª. Las primeras cuentas p¨²blicas de L¨®pez Obrador marcan un giro social sin olvidar la ortodoxia fiscal, pero la exigencia ciudadana y de los mercados financieros ser¨¢ tanta como la expectativa creada tras su llegada a la presidencia.
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