La oposici¨®n a Maduro busca impulso tras a?os de asfixia
Las fuerzas cr¨ªticas ganaron en 2015 las elecciones, pero sus estructuras se han venido abajo con la represi¨®n
La oposici¨®n al chavismo en Venezuela intenta recuperar la iniciativa despu¨¦s de a?os de asedio del r¨¦gimen y fracturas internas. Mientras el presidente Nicol¨¢s Maduro se prepara para formalizar, el 10 de enero, la renovaci¨®n de su mandato hasta 2025, las fuerzas cr¨ªticas con el oficialismo, que rechazaron participar en las ¨²ltimas elecciones presidenciales, celebradas el pasado mayo, buscan reponerse de los golpes sufridos. Un grupo de dirigentes opositores y gremiales present¨® el mi¨¦rcoles en Caracas un programa para un hipot¨¦tico escenario de cambio de Gobierno. Una ¡°propuesta integral para el rescate de Venezuela¡± cuando se cumplen 20 a?os de la primera victoria electoral de Hugo Ch¨¢vez.
La g¨¦nesis. El antichavismo naci¨® en el mismo momento en el que el expresidente, fallecido en 2013, alcanz¨® el poder. En 1998, una parte de la sociedad no compart¨ªa los postulados del comandante, desconfiaba de sus intenciones y cultivaba una profunda antipat¨ªa hacia su conducta. Acci¨®n Democr¨¢tica y el socialcristiano Copei, fundadores del sistema democr¨¢tico en 1958, alguna vez partidos poderosos y masivos, atravesaban una oscura zona de descr¨¦dito y eran el blanco favorito de las cr¨ªticas de una ciudadan¨ªa harta de los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n acumulados.
En la edad de oro de la antipol¨ªtica, el malestar con Ch¨¢vez descansaba entonces sobre todo en la clase media, con picos nada desde?ables en los estratos pudientes. El primer l¨ªder que enfrent¨® al mandatario y ejerci¨® una breve rector¨ªa en las masas opositoras fue Henrique Salas Romer, gobernador del Estado de Carabobo, al frente de Proyecto Venezuela, cuya candidatura obtuvo el 39% de los votos frente al 56% que logr¨® Hugo Ch¨¢vez.
Coordinadora Democr¨¢tica. Persuadidos de que un Ch¨¢vez que no escond¨ªa su intenci¨®n de extender su mandato representaba un peligro para Venezuela, la primera tentativa unitaria de todas las fuerzas democr¨¢ticas venezolanas tuvo lugar en 2002, y fue conocida como la Coordinadora Democr¨¢tica. Fue una plataforma pol¨ªtica fruto de una alianza entre la Confederaci¨®n de Trabajadores de Venezuela y la patronal Fedec¨¢maras, en la cual tuvieron influencia sectores culturales de la sociedad civil, directivos de medios y gestores petroleros en rebeld¨ªa. Los partidos pol¨ªticos participaban, pero no lideraban aquella alianza. Ch¨¢vez hab¨ªa ganado varias elecciones regionales de manera inapelable, pero en el seno de aquella coalici¨®n carburaba un malestar que encontr¨® eco en las Fuerzas Armadas.
En 2002 tuvo lugar un fracasado intento golpista que da?¨® mucho el discurso opositor sobre la defensa de la democracia. En el chavismo todav¨ªa nadie hablaba de socialismo y no se hab¨ªa expropiado una sola empresa.
La Coordinadora Democr¨¢tica se descalabr¨® en agosto de 2004, una vez que Ch¨¢vez derrot¨® de nuevo a las fuerzas opositoras en un refer¨¦ndum revocatorio que consultaba al pueblo sobre la continuidad del presidente, una figura constitucional ideada por Ch¨¢vez que presumiblemente reforzaba el car¨¢cter ¡°protag¨®nico¡± de su proyecto y que jam¨¢s se ha vuelto a concretar porque Nicol¨¢s Maduro lo ha impedido.
La Mesa de la Unidad Democr¨¢tica. Al evaluar las causas de aquel fracaso, los debates posteriores abonaron mucho la idea de rescatar el protagonismo de los partidos pol¨ªticos. Tras pasar varios a?os dispersa y dividida en torno al dilema de si es preferible votar o no, en 2009 se pudo concretar un redise?o unitario de la oposici¨®n, la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica (MUD), plataforma de partidos inspirada en la Concertaci¨®n chilena en contra del dictador Augusto Pinochet. Destacaban en la MUD Primero Justicia, partido emergente fundado en 2000; Acci¨®n Democr¨¢tica, Copei, Proyecto Venezuela y Un Nuevo Tiempo.
A pesar de ser criticada por su proceder parsimonioso, la MUD devolvi¨® a la oposici¨®n un eje necesario para iniciar un di¨¢logo con las masas y aumentar su influencia social. Con el pol¨ªtico y escritor Ram¨®n Guillermo Aveledo en la secretar¨ªa ejecutiva, se organiz¨® un voluntariado t¨¦cnico solvente, se consolidaron espacios unitarios y se hicieron dos trabajos program¨¢ticos para la transici¨®n. Del paraguas de la MUD emergieron Henrique Capriles, Leopoldo L¨®pez y Mar¨ªa Corina Machado, que comenzaron a recorrer el pa¨ªs y a dialogar con la gente, encarnando un recambio generacional en la pol¨ªtica entre un grupo de formaciones que iban desde el liberalismo hasta la socialdemocracia.
Con los precios del petr¨®leo en su pico m¨¢s alto, y el populismo de Ch¨¢vez en el paroxismo, la Unidad Democr¨¢tica alcanz¨® con Henrique Capriles el 44% de los votos en las elecciones de 2012, y el 49%, solo d¨¦cimas por detr¨¢s de Maduro, en las de 2013, las que se celebraron tras la muerte de Ch¨¢vez.
La MUD alcanz¨® finalmente una clamorosa victoria en las parlamentarias de 2015, con tres cuartas partes de los esca?os de la Asamblea Nacional.
Diferencias internas. A partir de ese momento, la MUD comenz¨® a resquebrajarse. Los dirigentes opositores quisieron afincarse en el Legislativo para activar alg¨²n mecanismo constitucional que sacara a Maduro del poder y mostraron su inter¨¦s en investigar la generalizada corrupci¨®n del chavismo.
Con la misma velocidad, Maduro y su n¨²mero dos, Diosdado Cabello, endurecieron sus modales, vetando todas las iniciativas legislativas con su control sobre el Tribunal Supremo de Justicia. En 2017, cuando el descontento sali¨® a la calle, sobrevendr¨ªa una violenta represi¨®n y parte de la dirigencia opositora termin¨® en el exilio, asilada en embajadas o en la c¨¢rcel.
La actitud hostil del chavismo reaviv¨® las diferencias en torno al camino a seguir, y produjo reacomodos con agendas individuales que condujeron al fin de la MUD.
El Frente Amplio por Una Venezuela Libre, nueva coalici¨®n de partidos y actores sociales, que ha incorporado a actores que han roto recientemente con el chavismo, lleva todo 2018 deliberando y haciendo un diagn¨®stico de la dimensi¨®n extraelectoral de la crisis venezolana. Queda la inc¨®gnita de si ser¨¢ la herramienta que usen los partidarios del cambio en el pa¨ªs. Los sectores opositores son claramente mayoritarios en Venezuela, pero sus partidos y dirigentes con frecuencia son vistos con decepci¨®n y rechazo.
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