La barriada de Bogot¨¢ que toma vuelo (colgada de un cable)

En el sur de Bogot¨¢ emerge Ciudad Bol¨ªvar, una de las barriadas m¨¢s pobres de la capital colombiana. Sobre esas calles empinadas, trochas arcillosas y casas de ladrillo amontonadas en la falda de la monta?a, desde esta semana vuelan las flamantes cabinas rojas de TransMiCable, el primer telef¨¦rico de transporte masivo de la ciudad, que aspira a cambiarle la cara a una localidad con 700.000 habitantes, muchos de ellos desplazados por alguna de las muchas violencias que ha sufrido el pa¨ªs.

Las cabinas, con vistas panor¨¢micas sobre los cerros, despegan desde El Tunal y se detienen en otras tres estaciones que se van elevando a medida que se avanza: Juan Pablo II, Manitas y, despu¨¦s de superar un pronunciado abismo, Mirador El Para¨ªso, el sector m¨¢s retirado de Ciudad Bol¨ªvar. En total, un recorrido de unos tres kil¨®metros y medio. Con un costo de 240.000 millones de pesos (73 millones de d¨®lares), es la obra de infraestructura m¨¢s relevante de los ¨²ltimos a?os en Bogot¨¢, y mover¨¢ hasta 3.600 pasajeros por hora en cada sentido.

¡°Mucha gente no cre¨ªa en el proyecto del cable a¨¦reo, no nos apoyaba, pero aqu¨ª estamos, muy felices porque vemos un sue?o hecho una realidad¡±, le dice a EL PA?S Aid¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez, una vendedora ambulante de ¡®tintos¡¯ (caf¨¦s) de 63 a?os, habitante del sector Juan Pablo II y l¨ªder comunitaria que ayud¨® a socializar y empujar el proyecto desde hace cuatro a?os. ¡°Le estamos probando a toda la comunidad que s¨ª se puede¡±, afirma entusiasmada.

El telef¨¦rico capitalino ¡ªque el alcalde Enrique Pe?alosa inaugur¨® este jueves¡ª?no es el primero de su tipo en la monta?osa Colombia, un pa¨ªs atravesado por tres ramificaciones de la cordillera de Los Andes. En Cali, Manizales y Medell¨ªn los sistemas de cables a¨¦reos han ayudado a integrar las barriadas m¨¢s pobres y reducir los ¨ªndices de violencia. Los m¨¢s optimistas esperan que TransMiCable no solo aporte sentido de pertenencia a los habitantes de Ciudad Bol¨ªvar, sino que detone una nueva din¨¢mica social e incluso se convierta en una alternativa para atraer turistas y visitantes, como lleg¨® a ocurrir en alg¨²n momento en las comunas de Medell¨ªn con su Metrocable.

¡°Miles de personas que hoy se tardan hasta una hora bajando de El Mirador hasta El Tunal, dentro de poco podr¨¢n hacerlo en tan solo 13 minutos. Tener m¨¢s tiempo para estar en familia es de lejos el mayor beneficio¡±, ha explicado Yaneth Mantilla, la directora del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), la entidad encargada de entregar la estructura. El Tunal est¨¢ conectada con su estaci¨®n hermana de TransMilenio, el sistema de autobuses articulados con carriles exclusivos, de manera que los pasajeros pueden llegar con el mismo pasaje incluso hasta el Portal Norte, en el otro extremo de la ciudad.

La construcci¨®n del cable, que comenz¨® a mediados de 2016, estuvo a cargo de una asociaci¨®n entre una firma local y la austriaco-suiza Doppelmayr. El costo por viaje de 2.300 pesos (0,70 d¨®lares) es el mismo de un pasaje en TransMilenio. Pero a diferencias de los buses, que suelen ser blanco de cr¨ªticas por el grado de saturaci¨®n que presenta el sistema y las deficiencias del servicio, en TransMiCable se puede disfrutar de especificaciones de punta. En cada una de las 160 cabinas caben 10 personas c¨®modamente sentadas, se pueden acomodar bicicletas y sillas de ruedas, tiene comunicaci¨®n en tiempo real, c¨¢mara y red Wi-Fi.

Bogot¨¢ emula as¨ª a numerosas ciudades de la regi¨®n. En lo que va de este siglo, urbes como Caracas o R¨ªo de Janeiro han construido telef¨¦ricos para aliviar la presi¨®n del tr¨¢fico y facilitar los desplazamientos. De lejos, la red urbana m¨¢s extensa es la de La Paz, Bolivia, que suma m¨¢s de 20 kil¨®metros con nueve l¨ªneas interconectadas que la convierten en una suerte de metro a¨¦reo.

¡°El problema de movilidad que tienen las ciudades latinoamericanas es grotesco¡±, afirma el ingeniero venezolano Javier Rosales, gerente de proyecto por parte de Doppelmayr y un experto en estos sistemas, al defender las bondades de los telef¨¦ricos urbanos. Para empezar, en comparaci¨®n con un metro se construye en mucho menos tiempo -unos dos a?os en el caso bogotano-, argumenta. Y a diferencia de Europa, donde los habitantes suelen tener problemas con la invasi¨®n a la privacidad de una l¨ªnea elevada que sobrevuela viviendas, en la regi¨®n a la gente no le molesta, pues siente que eso se compensa con la certeza de que representa ahorrarse un par de horas diarias en un bus atestado.