40 d¨ªas y 40 noches
Las primeras 40 jornadas del Gobierno mexicano de L¨®pez Obrador han sido m¨¢s de noches que de d¨ªas, m¨¢s de reprobaci¨®n que de aprobaci¨®n
En la tradici¨®n jud¨ªa y en general en la Biblia el lapso de 40 d¨ªas con sus noches suele relacionarse con un per¨ªodo de prueba, de desaf¨ªo. Las primeras 40 jornadas del Gobierno encabezado por Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, que ayer se cumplieron, han sido m¨¢s de noches que de d¨ªas, m¨¢s de reprobaci¨®n que de aprobaci¨®n.
Y quiz¨¢ no pod¨ªa ser de otra manera. Las medidas a favor de la distribuci¨®n del ingreso y de los pobres apenas comienzan a instrumentarse y sus efectos tomar¨¢n un buen rato en dejarse sentir. Las que no han tardado en provocar tsunamis, en cambio, son todas aquellas que afectan diversos intereses creados. La reducci¨®n de salarios en los altos niveles de la esfera p¨²blica, por ejemplo. Su inmediata aplicaci¨®n ha generado la indignaci¨®n de un segmento poderoso con amplia influencia en los medios de comunicaci¨®n, adem¨¢s de una resistencia organizada entre jueces y ministros del poder judicial. La cancelaci¨®n del ambicioso proyecto de un nuevo aeropuerto, iniciado por el anterior Gobierno y con un avance superior al 30%, provoc¨® mucho m¨¢s que c¨®lera y frustraci¨®n en el sector privado.
Pero hasta ahora la molestia activa se hab¨ªa limitado a estos segmentos espec¨ªficos. Para los ciudadanos de a pie el inicio del nuevo Gobierno hab¨ªa constituido un tema de conversaci¨®n, acalorado y apasionante sin duda, pero sin relaci¨®n a¨²n con la vida cotidiana.
Eso cambi¨® hace unos d¨ªas con el desabasto de gasolinas que millones han padecido en una porci¨®n importante del territorio. Habitantes de Guadalajara, Morelia y varias ciudades del Baj¨ªo han visto alteradas sus rutinas y en m¨¢s de una se vieron obligados a suspender clases en las escuelas por el cierre de la mayor¨ªa de los expendios de gasolina. Los pocos lugares abiertos afrontaron colas de varios cientos de autos y racionaron la entrega a cada veh¨ªculo.
En otras regiones, que no han padecido desabasto alguno, las compras de p¨¢nico provocaron una escasez inducida. La crisis del suministro ha sido el resultado de la campa?a que el Gobierno ha emprendido en contra de los llamados huachicoleros, saqueadores profesionales de los ductos de Pemex. El robo hab¨ªa adquirido una escala industrial y las bandas ven¨ªan operando con una violencia cada vez m¨¢s frecuente y brutal. L¨®pez Obrador decidi¨® hacer de este el primer frente de batalla en contra del crimen organizado. Pemex cancel¨® la operaci¨®n en varios ductos para realizar auditor¨ªas y reparaciones y ofreci¨® entregar el combustible a trav¨¦s de camiones cisterna a las ciudades afectadas. Obviamente algo fall¨® en el operativo.
El desaguisado se ha convertido en el primer gran desencuentro del nuevo Gobierno con muchos de sus votantes. Algunos anticip¨¢bamos que algunos grupos empresariales radicalizados podr¨ªan provocar desabastos simulados para generar malestar; nunca previmos que el propio Gobierno fuese a generarlos.
A favor de L¨®pez Obrador habr¨ªa que reconocer el valor para afrontar a un poder salvaje que operaba con absoluta impunidad en Gobiernos anteriores. Las autoridades estiman que el da?o econ¨®mico asciende a unos 3.000 millones de d¨®lares anuales. Con un operativo adecuado y una buena estrategia de comunicaci¨®n, el p¨²blico podr¨ªa haber aceptado algunas molestias menores y temporales en el suministro, a cambio de erradicar un mal mayor. Pero ambos, operativo y estrategia de comunicaci¨®n, han sido desastrosos. La misma secretaria de Energ¨ªa, Roc¨ªo Nahle, ha reconocido que se cometieron errores en la log¨ªstica aplicada. Ante la irritaci¨®n generalizada, el presidente atiz¨® el fuego: ¡°?Cu¨¢nto tiempo nos puede llevar? Va a depender, a ver qui¨¦n se cansa primero, los que se roban el combustible o nosotros¡±. El problema es que se cansaron mucho antes los ciudadanos.
En algunos sitios se experimentaron ya brotes de violencia entre consumidores desesperados. E incluso quienes aplauden el combate al c¨¢ncer que representan los huachicoleros, asumen que el Gobierno afront¨® el problema sin el conocimiento y planificaci¨®n necesarios. Misma cr¨ªtica, parad¨®jicamente, que se hizo hace 12 a?os a Felipe Calder¨®n en sus primeros d¨ªas de Gobierno cuando comenz¨® la guerra contra los capos de los c¨¢rteles a tontas y a locas.
Todav¨ªa es temprano para saber en qu¨¦ terminar¨¢ esta crisis. A¨²n no se descarta que L¨®pez Obrador alcance una victoria importante. Si su Gobierno logra resolver el desabasto en cuesti¨®n de horas o pocos d¨ªas y si la investigaci¨®n termina con un golpe significativo y visible contra las bandas y una serie de detenciones entre altos funcionarios de Pemex (qui¨¦nes est¨¢n involucrados, dijo el presidente), la crisis podr¨ªa devenir en un activo pol¨ªtico para los siguientes meses. Por el contrario, en caso de agravarse, se convertir¨¢ en el fin de la luna de miel que mantiene con muchos ciudadanos que votaron por ¨¦l.
@jorgezepedap
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