A la caza de los archivos de yihadismo
Varios gobiernos occidentales presionan para que proyectos acad¨¦micos como Jihadology protejan o cierren sus webs de an¨¢lisis por temor a que los usen los terroristas
Cuatro de los detenidos por el asesinato en Marruecos de Louisa Vesterager, danesa de 24 a?os, y Maren Ueland, noruega de 28 a?os, grabaron antes del doble asesinato un v¨ªdeo en el que juraban su lealtad al Estado Isl¨¢mico (ISIS, en sus antiguas siglas en ingl¨¦s). Los cad¨¢veres de las dos j¨®venes fueron hallados el 17 de diciembre. En el v¨ªdeo salen estos cuatro individuos frente a la c¨¢mara, con una bandera del ISIS a sus espaldas. La grabaci¨®n es mala. Solo habla uno de ellos; se oye bajito por la mala calidad del audio. La luz es tenue, aunque se pueden reconocer los rostros de las fotograf¨ªas difundidas tras sus detenciones. Parece una comparecencia improvisada. La bandera que cuelga de la pared, por ejemplo, es una copia poco elaborada de la que usan los yihadistas del ISIS. El metraje, partido en tres clips, se puede ver en la p¨¢gina web jihadology.net, uno de los mayores archivos de contenido yihadista, proyecto de Aaron Zelin, experto del centro de an¨¢lisis The Washington Institute for Near East Policy.
El v¨ªdeo aporta algunas claves para el buen analista. Otros pudieran pensar que sirve de gancho de propaganda en la Red para los fieles del ISIS. En la grabaci¨®n, el que toma la palabra vincula el atentado con las derrotas del grupo yihadista en Hajin (Siria), uno de sus ¨²ltimos enclaves. El debate est¨¢ servido: ?debiera Zelin dejar que todo el mundo vea esto? Reino Unido parece opinar que no. El Comit¨¦ de Inteligencia y Seguridad brit¨¢nico manifest¨® en un informe del pasado noviembre que hay proveedores de comunicaci¨®n que se niegan a eliminar contenido extremista online a pesar de que as¨ª se lo han pedido desde el propio Gobierno. El informe, que trata de analizar qu¨¦ medidas tomar para evitar atentados como los cinco sufridos en 2017, dec¨ªa esto: "Un ejemplo es *** que aloja muchos v¨ªdeos, *** en los que aparecen im¨¢genes violentas y perturbadoras. Pese a las varias peticiones cursadas por Reino Unido y sus socios europeos, *** se ha negado".?
El informe protege con esos asteriscos la identidad de la web, pero seg¨²n una consulta hecha por el diario Financial Times a fuentes gubernamentales se trata precisamente de Jihadology, alojada en WordPress, propiedad de la empresa norteamericana Automattic, con sede en San Francisco (California, EE UU). Seg¨²n recoge el comit¨¦ en el reporte, la empresa argumenta que no elimina este contenido porque "comprometer¨ªa la calidad del an¨¢lisis que el due?o del site?provee". Zelin, uno de los mayores expertos en yihadismo, habitual en los medios, ha pedido comprensi¨®n ante un momento dif¨ªcil y ha preferido no hacer comentarios.
No parece, en efecto, que Automattic vaya a eliminar Jihadology. Ya en diciembre de 2017, la empresa californiana inform¨® de que hab¨ªa recibido 131 reportes de organismos gubernamentales extranjeros sobre propaganda extremista en las webs que alojaba. De esas, 20 ten¨ªan que ver con Jihadology, ¨²nico site que mencionaron con nombres y apellidos. No hicieron nada en relaci¨®n con ninguna de las peticiones. "No tomamos medidas sobre estos reportes porque el contenido est¨¢ publicado en un contexto acad¨¦mico y de investigaci¨®n", dijo Automattic.
Una de las opciones que se le presentan a Zelin es el cierre de la web o protegerla a trav¨¦s de una contrase?a que garantice mayor control -el prestigioso proyecto SITE Intelligenge Group limita el acceso a parte de sus contenidos-, algo que algunos colegas del ¨¢mbito acad¨¦mico no compartir¨ªan, aunque hayan pasado por ello. Es el caso de Pieter Van Ostaeyen, especializado en el yihadismo en B¨¦lgica. El 22 de marzo de 2016, Van Ostaeyen reaccion¨® a los atentados en? Bruselas con una retah¨ªla de tuits en los que aportaba mucha de la informaci¨®n y contexto que ¨¦l ten¨ªa. Tras un receso se percat¨® de que Twitter hab¨ªa suspendido su cuenta. Fue un aviso. "Probablemente fue un proceso autom¨¢tico", dice el analista por correo electr¨®nico.
Lo que pas¨® despu¨¦s es que su web, alojada tambi¨¦n en WordPress y dedicada como la de Zelin al estudio acad¨¦mico de material yihadista, tuvo que instalar una contrase?a. "Un servicio [de inteligencia] me contact¨® porque hab¨ªa sido a su vez avisado por otro servicio amigo de que se estaban planteando suspender mi web si no la hac¨ªa privada", cuenta Van Ostaeyen. "Al principio trat¨¦ de negociar pero no fue suficiente. Tuve que ponerme bajo el radar para que no me suspendieran la web". Se rumore¨® que la petici¨®n hab¨ªa sido cursada por el Gobierno indio, pero ¨¦l matiza y se?ala que tambi¨¦n estuvieron envueltas agencias de pa¨ªses europeos occidentales. El resultado fue una ca¨ªda dram¨¢tica de la audiencia y un descenso notable de sus an¨¢lisis.
Otro de los m¨¢s consultados por su acceso privilegiado a documentos que han radiografiado la vida y terror en el califato es el analista Aymenn Jawad al Tamimi, del Middle East Forum. Ha sido pol¨¦mico por su acceso a miembros del ISIS. Uno de sus ¨²ltimos trabajos es una entrevista con un integrante de Hayat Tahrir al Sham, grupo af¨ªn a Al Qaeda en Siria. "Nunca tuve problema con nadie que me pidiera que cerrase mi web", dice en un mensaje, "principalmente porque no agrego v¨ªdeos de propaganda o producciones de los grupos [yihadistas], sino que re¨²no documentos internos para un an¨¢lisis cr¨ªtico y su traducci¨®n". En cualquier caso, Al Tamimi no est¨¢ a favor de que Jihadology proteja su contenido a trav¨¦s de un password.
No tiene tampoco cortapisas el proyecto de an¨¢lisis Jihadica. Cole Bunzel es su editor. Admite que ha recibido ciberataques en el pasado "por gente confundida que pensaba que era un site proyihadista". Bunzel apoya el proyecto de Zelin: "Su web es una fuente incalculable para aquellos que estudiamos asuntos sobre el yihadismo sun¨ª", dice el analista, "pero es verdad que los propios yihadistas algunas veces linkan a la web". Despu¨¦s de que los gigantes Google, Facebook y Twitter hayan reforzado la caza y aniquilaci¨®n del material extremista en los ¨²ltimos cuatro a?os, el adoctrinamiento se ha agazapado entre messengers encriptados y foros de la conocida como deep web o Internet profunda.
Mientras esa frontera sea fina, el choque entre libertad de expresi¨®n y seguridad va a persistir. El pasado 12 de diciembre, el Parlamento Europeo lanz¨® una serie de recomendaciones para combatir el terrorismo basadas en el trabajo de a?o y medio de un comit¨¦ especializado. Entre ellas, instaba a los Estados a poner en marcha "procesos legales que investiguen el enaltecimiento de actos de terrorismo; eliminando propaganda online o impresa que incite expl¨ªcitamente a la violencia". Pero, ?est¨¦ d¨®nde est¨¦?
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