Los yihadistas europeos, presos en el limbo sirio
Unos 900 excombatientes del ISIS de 46 nacionalidades diferentes permanecen en c¨¢rceles del norte del pa¨ªs asi¨¢tico a la espera de una decisi¨®n sobre su futuro
Los guardas trasladan al preso yihadista hasta una dependencia externa en Rumeil¨¢n para ser entrevistado sin que se desvelen las condiciones de su encarcelamiento. ¡°Si¨¦ntate aqu¨ª¡±, le ordenan. Todav¨ªa tiene la cabeza cubierta por un pedazo de tela negra. Al descubrirse, Abu Zeinab revela un rostro agotado, secuela de un a?o como prisionero de guerra. Su cabello y barba recortados nada tienen que ver con la lozan¨ªa que luc¨ªa en los v¨ªdeos de propaganda de Daesh (acr¨®nimo ¨¢rabe del ISIS). Viste camiseta y pantalones hasta el tobillo, de acuerdo con los m¨¢s estrictos preceptos salafistas. ¡°Siempre cre¨ªmos que esta era una causa noble¡±, dice con la mirada perdida, ¡°que nuestro deber era venir aqu¨ª para matar a Bachar el Asad porque estaba asesinando musulmanes¡±.
Es el mismo pretexto escuchado a otros yihadistas europeos y musulmanes, que apuntan a las matanzas del r¨¦gimen sirio contra la poblaci¨®n como detonante de su fat¨ªdico viaje hasta el autoproclamado califato del Estado Isl¨¢mico.
Ahora, este muyahid¨ªn belga de 26 a?os est¨¢ preso en un centro de detenci¨®n en el noreste de Siria, en el ¨¢rea kurda del pa¨ªs, mientras espera un giro diplom¨¢tico o judicial que le env¨ªe de vuelta a casa. ¡°Lo que m¨¢s me influy¨® fue mi grupo de amigos del colegio. ?ramos una docena y todos hemos terminado aqu¨ª [en Siria]. Cuando vinimos ¨¦ramos j¨®venes. De hecho, hemos madurado combatiendo. A?os despu¨¦s, solo tres hemos sobrevivido¡±.
Abu Zeinab al Belgiqui (su nombre en el ISIS) es uno de los integrantes de la c¨¦lula de Vilvoorde, la localidad flamenca apodada la ciudad de los yihadistas, y uno de los focos europeos de reclutamiento terrorista. En los ¨²ltimos a?os, unos 30 j¨®venes han partido de all¨ª a Siria para unirse al ISIS. Como Abu Zeinab, que se radicaliz¨® entre amistades del barrio e incontables horas de adoctrinamiento en Internet.
El belga vivi¨® tres a?os bajo la autoridad del grupo terrorista, junto al que combati¨® en una brigada de franc¨®fonos (el ISIS divide a sus secuaces por idiomas). "Particip¨¦ en operaciones contra Al Qaeda [el Frente al Nusra en Siria]; contra el r¨¦gimen sirio en Deir Ezzor...¡±, relata al enfatizar que no tom¨® parte en ninguna ejecuci¨®n. Al finalizar el entrenamiento militar y la instrucci¨®n en jurisprudencia isl¨¢mica, se cas¨® con otra emigrante belga que hab¨ªa conocido por Internet. Ambos residieron unos meses en el abandonado hotel Karnak de Raqa hasta que el ISIS les dio casa en Tabqa. ¡°La vida era dif¨ªcil¡±, recuerda, ¡°en el Estado Isl¨¢mico todos creen que los europeos venimos aqu¨ª para cometer atentados suicidas. A veces me preguntaban, ?por qu¨¦ est¨¢s vivo todav¨ªa? ?Por qu¨¦ no te has inmolado? ?No has venido aqu¨ª para ir al para¨ªso?¡±.
La campa?a militar contra los yihadistas en Siria ¡ªque llegaron a ocupar un 39% del territorio¡ª est¨¢ a punto de concluir y unos 900 prisioneros del grupo terrorista, de 46 nacionalidades, est¨¢n retenidos en las c¨¢rceles del norte del pa¨ªs. Las esposas y sus hijos (500 y 1.250, respectivamente) est¨¢n recluidos en campamentos de detenci¨®n mientras esperan en un limbo administrativo a que autoridades locales y europeas tomen una decisi¨®n sobre ellos. La gesti¨®n kurda de esa zona no tiene reconocimiento internacional; y los pa¨ªses occidentales no quieren que los afines al ISIS regresen a sus territorios nacionales.
En uno de esos campamentos muri¨® una de las dos hijas de Abu Zeinab v¨ªctima de las duras condiciones de vida. Los parientes de los combatientes del ISIS est¨¢n en tres localizaciones: Al Hol, Ain Issa y Al Roj, gestionadas por las autoridades locales y con aportaciones de distintas ONG. El m¨¢s concurrido es el de Al Roj, donde mujeres cubiertas con velo conviven como pueden en tiendas de lona. Llegaron desde Raqa tras la ofensiva contra la capital yihadista a finales de 2017. Son mujeres de m¨²ltiples nacionalidades acompa?adas de los hijos que alumbraron durante el Califato.
Los peque?os ni siquiera fueron vacunados y no cuentan con ning¨²n tipo de documentaci¨®n. Delegaciones institucionales visitan Al Roj para recoger pruebas de ADN que confirmen que son ciudadanos europeos. ¡°Tenemos mujeres con tres o cuatro hijos de media, cada uno es de un hombre diferente [si el yihadista mor¨ªa en combate, la esposa volv¨ªa a contraer matrimonio], y de una nacionalidad distinta. Calcule el conflicto diplom¨¢tico que tenemos aqu¨ª¡±, apunta un oficial.
Una de esas mujeres es Cassandra Bodart, de 23 a?os, conocida como la musulmana conversa de B¨¦lgica y esposa de un importante emir franc¨¦s. ¡°Me convert¨ª al islam cuando ten¨ªa 17 a?os y un a?o despu¨¦s part¨ª a Siria¡±, explica en la oficina del campamento. Tambi¨¦n ella conoci¨® a su marido en las redes sociales y fue ¨¦l quien le inculc¨® la idea de mudarse juntos al Califato. ¡°Todos los coches bomba que el Estado Isl¨¢mico ha utilizado en sus v¨ªdeos de propaganda eran hechos por mi marido. Ha fabricado coches para Siria y para Irak¡±, desvela para a?adir que los militantes franc¨®fonos incorporaron mejoras tecnol¨®gicas a las estrategias de guerra.
Cassandra habla con una tranquilidad pasmosa, como si no fuera consciente de haber formado parte de la trama m¨¢s alarmante del terrorismo internacional. Dice que ha tenido alg¨²n encuentro con los servicios de inteligencia de su pa¨ªs y tiene cierta esperanza en una repatriaci¨®n. ¡°Le ped¨ª a mi madre que contactara con la polic¨ªa belga para que comunicara que estaba en Siria pero que quer¨ªa salir, pedir perd¨®n a B¨¦lgica, que hab¨ªa cometido un error pero que solo hab¨ªa venido aqu¨ª por mi marido¡±.
Es la coartada que casi todas las esposas de yihadistas usan en su defensa: ¡°Me un¨ª al ISIS por amor¡±. Suelen conservar la devoci¨®n religiosa, aunque se sienten traicionadas por el grupo. En los ¨²ltimos a?os del trienio yihadista, los altos mandos prohibieron y castigaron la huida del Califato. Y esto infundi¨® un sentimiento de reh¨¦n entre sus seguidores. Las novias adolescentes, que emigraron para casarse con los combatientes, son quienes menos perciben la peligrosidad y consecuencias de haber formado parte del grupo terrorista. ¡°Para m¨ª la vida era hermosa¡±, sostiene Marwah (no da su apellido), alemana de 21 a?os que se mud¨® a Siria al finalizar la escuela secundaria. ¡°Yo era feliz con mi marido, con mis [dos] hijos, en mi casa. Solo sal¨ªa una vez al mes pero me iba de compras para m¨ª, para mis hijos, compraba maquillaje. ?Para m¨ª era incre¨ªble!¡±, concluye la joven en una entrevista a finales de 2018 en el marco de una investigaci¨®n sobre los retornados europeos financiada por la Fundaci¨®n BBVA.
Ante el enorme reto diplom¨¢tico, militar y de seguridad, la Administraci¨®n estadounidense, que lidera la presencia de la coalici¨®n internacional contra el ISIS en el noreste de Siria, ha iniciado varias negociaciones para repatriar a los 3.000 ciudadanos extranjeros. ¡°Seguimos intentando que cada pa¨ªs se lleve a sus detenidos¡±, insiste el portavoz de la operaci¨®n, el coronel Sean Ryan, ¡°pero, primero, no est¨¢n por la labor; y segundo, si lo hacen quieren mantenerlo en la m¨¢s estricta confidencialidad. Algo con lo que personalmente no estoy de acuerdo¡±. Estados Unidos se queja de la inacci¨®n de los pa¨ªses europeos y de cubrir casi todos los gastos de los presos. ¡°Recientemente se han reformado las prisiones, y se ha hecho con fondos de EE?UU, cerca de 1,6 millones de d¨®lares [1,4 millones de euros]¡±, dice el coronel Ryan. ¡°Si no te los vas a llevar, digamos a 15 franceses, entonces necesitamos 20.000 d¨®lares al a?o para mantener a cada uno de tus ciudadanos¡±, a?ade.
Extradiciones
Algunos pa¨ªses europeos s¨ª han abierto v¨ªas de negociaci¨®n privada con las autoridades que gestionan los centros de detenci¨®n. ¡°Como Francia o B¨¦lgica¡±, asegura un oficial kurdo, ¡°u Holanda¡±. El Ministerio de Asuntos Exteriores franc¨¦s anunci¨® en 2017 que tratar¨ªa ¡°caso por caso¡± la situaci¨®n de los menores para ¡°salvaguardar el inter¨¦s superior de la infancia¡±. Y, recientemente, un juez belga ha dictaminado en favor de los detenidos y ha ordenado el retorno de seis ni?os.
Pero en otros casos las ¨®rdenes judiciales han fracasado debido a la ausencia de relaciones y competencias en esa zona de Siria. Hasta ahora, solo se han ejecutado extradiciones puntuales de presos de Rusia, EE?UU, Indonesia y Sud¨¢n. Sin duda, los yihadistas europeos desean regresar a sus pa¨ªses de origen, porque prefieren cumplir condena en una c¨¢rcel de Occidente que permanecer bajo la custodia de una autoridad no oficial, que podr¨ªa entregarles al Gobierno de Siria o Irak, donde hay pena capital.
En este clima de desacuerdo por la custodia de los terroristas occidentales, EE?UU ha anunciado su inminente retirada de Siria, lo que supone la marcha del principal aliado de la coalici¨®n internacional contra el ISIS.
En un per¨ªodo de posconflicto, la salida de 2.000 efectivos americanos abre numerosos interrogantes, entre ellos, cu¨¢l ser¨¢ el paradero definitivo de los yihadistas extranjeros. ¡°Somos una autoridad inestable, militar y pol¨ªticamente¡±, advierte el encargado kurdo de las relaciones exteriores Omar Abdulkarim, ¡°cualquier caos o vac¨ªo en la zona podr¨ªa provocar una fuga de estos prisioneros¡±. Un escenario factible ser¨ªa que los kurdos pidieran m¨¢s apoyo internacional, o que pacten con Damasco. Cualquier alternativa supone un problema de seguridad internacional y dibuja un futuro incierto para los presos yihadistas con pasaporte europeo.
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