La crisis de los ¡®chalecos amarillos¡¯ refuerza a la ultra Le Pen ante Macron

Marine Le Pen, debilitada tras perder las elecciones presidenciales de 2017 ante Emmanuel Macron, ha encontrado un impulso renovado gracias a los chalecos amarillos. La revuelta de las clases medias empobrecidas ha reforzado las opciones electorales de Le Pen y el partido que preside, el rebautizado Reagrupamiento Nacional (RN), heredero del viejo partido ultra, el Frente Nacional. Le Pen es, seg¨²n los sondeos, la ¨²nica l¨ªder que en Francia saca r¨¦ditos de una movimiento como el de los chalecos amarillos, apoyado por la extrema izquierda y la extrema derecha. En un momento de avances de nacionalismo y el populismo en la Uni¨®n Europea, el RN es favorito en las europeas de mayo.

"?Macron, dimisi¨®n!", corearon este domingo centenares de miembros de Reagrupamiento Nacional en la sala de la Mutualit¨¦ en Par¨ªs, lugar tradicional de reuni¨®n de la izquierda francesa desde los a?os treinta. El eslogan es id¨¦ntico al que se escucha desde mediados de noviembre en las manifestaciones de los chalecos amarillos, la revuelta contra el presidente de la Rep¨²blica y contra las ¨¦lites francesas.

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El mitin sirvi¨® para presentar la candidatura de Jordan Bardella, un militante de 23 a?os, como cabeza de lista para las elecciones europeas de mayo. Tambi¨¦n sirvi¨® para evidenciar la muy medida reacci¨®n del RN y su l¨ªder, Le Pen, al descontento que ha colocado el pa¨ªs al borde de la crisis pol¨ªtica.

Le Pen combina una distancia prudente con las muestras de simpat¨ªa. Evita parecer que instrumentaliza a los chalecos amarillos, pero sabe que su partido es el que m¨¢s apoyo tiene entre ellos: un 40%, seg¨²n algunos sondeos, frente al 20% de La Francia Insumisa, la izquierda populista del exsocialista Jean-Luc M¨¦lenchon.

"Muchos l¨ªderes de los chalecos amarillos no desean estar en una lista electoral. Desean mantener la autonom¨ªa y la independencia. Lo respeto. Pero est¨¢ claro que los puntos comunes con mi proyecto son abundantes", dijo Le Pen a un grupo de corresponsales al t¨¦rmino del mitin. "En realidad, esta Francia de los olvidados de la que tanto habl¨¦ en la campa?a de las elecciones presidenciales es la que se expresa hoy".

La actitud de la jefa de RN contrasta con la de M¨¦lenchon, que han intentado implicarse ostensiblemente en el movimiento y han mostrado comprensi¨®n con su deriva insurreccional. Al inicio de la crisis, tras una reuni¨®n de todos los l¨ªderes parlamentarios con el primer ministro, ?douard Philippe, Macron lleg¨® a elogiar a Le Pen, seg¨²n el semanario Le Point. "Ha sido la que ha estado mejor y esto debe interpelarnos", dijo.

Su condici¨®n de favorita en las europeas se ha reforzado en las ¨²ltimas semanas. Hoy obtendr¨ªa en torno a un 24% y el partido de Macron, La Rep¨²blica en marcha (LREM), un 19%, seg¨²n un sondeo publicado antes de la Navidad. Otro sondeo, publicado esta semana por Le Figaro, revela que ella es el l¨ªder franc¨¦s que m¨¢s confianza suscita entre sus compatriotas, con un 25%.

La fortaleza de Le Pen es fr¨¢gil. Por mucho que los sondeos le beneficien, nunca sobrepasa un techo del 25%. El sistema electoral franc¨¦s, con dos vueltas, le cierra el paso a las principales instituciones: en la segunda vuelta el resto de los partidos suelen unirse contra ellos. Los intentos de romper el cerco de la demonizaci¨®n son limitados.

En el mitin del domingo, Le Pen present¨® a Thierry Mariani, exministro del presidente Nicolas Sarkozy, como gran trofeo en un intento de pescar votos en la derecha moderada. Pero no ha logrado m¨¢s adhesiones de peso. El apellido Le Pen sigue asociado al de su padre, el l¨ªder ultraderechista Jean-Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional. Y una victoria en las europeas tampoco ser¨ªa tan an¨®mala: el Frente Nacional ya las gan¨® en 2014. Es m¨¢s, si se presentase una lista de chalecos amarillos, es probable que el RN fuese el principal perjudicado y que esto diese la victoria a Macron.

Hace un a?o, sin embargo, Le Pen se encontraba en una situaci¨®n cr¨ªtica. No levantaba cabeza tras perder ante Macron en las presidenciales y su nefasta actuaci¨®n en el debate televisado ante el futuro presidente. Su mano derecha en la campa?a la abandon¨®. La experiencia electoral y postelectoral le dej¨® secuelas ps¨ªquicas y f¨ªsicas.

Sali¨® del bache en varias etapas. Rebautiz¨® el partido. Ensay¨® una ampliaci¨®n de su base con la idea de que existe un espacio no ocupado entre Los Republicanos, partido hegem¨®nico en la derecha, y el Frente Nacional, demonizado durante d¨¦cadas por su ideolog¨ªa ultra. La llegada al poder en Italia de la Liga de Matteo Salvini, principal aliado internacional del RN, ha dado aire a la extrema derecha francesa, hasta hace poco una excepci¨®n europea. Y, con los chalecos amarillos, Le Pen retoma la iniciativa.

"Muchos compatriotas no pueden m¨¢s con las pol¨ªticas del presidente Macron, esperan hoy una verdadera democracia que no existe", dice Nicolas Bay, eurodiputado del RN. "Los franceses y francesas esperan que por fin el poder pol¨ªtico defienda los intereses de los franceses y no el de las multinacionales".

La peculiaridad de este movimiento es que, en muchos aspectos, presenta un programa en el que pueden identificarse tanto los votantes de Le Pen como de M¨¦lenchon. La diferencia clave ¡ªy lo que hace muy inveros¨ªmil una confluencia entre Le Pen y M¨¦lenchon¡ª es la posici¨®n ante la inmigraci¨®n. En el mitin de la Mutualit¨¦, adem¨¢s de "?Macron, dimisi¨®n!", el otro c¨¢ntico m¨¢s repetido fue "?Estamos en nuestra casa!" El rechazo al inmigrante sigue siendo la se?a de identidad del Reagrupamiento Nacional.