El bal¨®n de ox¨ªgeno a Venezuela compromete la pol¨ªtica exterior de M¨¦xico
La decisi¨®n de no acompa?ar al Grupo de Lima en su condena al nuevo mandato de Maduro ha supuesto un punto de inflexi¨®n en la presi¨®n al r¨¦gimen
La comunidad internacional, especialmente la latinoamericana, escruta estos d¨ªas la nueva posici¨®n de M¨¦xico hacia Venezuela tras la llegada al poder del izquierdista Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. La decisi¨®n de no acompa?ar al Grupo de Lima en su condena al nuevo mandato de Nicol¨¢s Maduro ha supuesto un punto de inflexi¨®n en la presi¨®n al r¨¦gimen. M¨¦xico, que se escuda en una pol¨ªtica de no intervenci¨®n, encara la diatriba de lanzar un mensaje que le distancie del madurismo o seguir alimentando especulaciones sobre un respaldo al r¨¦gimen. Mientras, el l¨ªder venezolano, cada vez con menos apoyos en Am¨¦rica Latina, saca provecho de la ambig¨¹edad mexicana.
M¨¦xico decidi¨® la semana pasada no suscribir el documento del Grupo de Lima con el que los otros 13 pa¨ªses de la alianza se compromet¨ªan a no reconocer el nuevo mandato de Maduro. La nueva postura de la segunda potencia regional tras Brasil, con un peso crucial en la regi¨®n, ha supuesto un freno en el aislamiento de Maduro que pretend¨ªan profundizar el resto de potencias. La decisi¨®n, fuertemente criticada en M¨¦xico y por miembros de la oposici¨®n venezolana, no ha sido cuestionada, sin embargo, por ninguno de los pa¨ªses que integran el Grupo de Lima.
La primera consecuencia es que el l¨ªder venezolano trat¨® de sacar tajada de la equidistancia mexicana. Durante el juramento del nuevo mandato, a la que asisti¨® el encargado de negocios de la Embajada, Maduro, que s¨ª acudi¨® a la toma de posesi¨®n de L¨®pez Obrador hace un mes, grit¨® un ¡°?viva M¨¦xico¡±, con el que pretend¨ªa dar a entender que adem¨¢s de Rusia, China y Turqu¨ªa, que lo sustentan militar y econ¨®micamente, cuenta con el respaldo diplom¨¢tico de una gran potencia latinoamericana.
El Gobierno de M¨¦xico se escuda en lo que ha defendido L¨®pez Obrador desde su campa?a presidencial y ha vuelto a repetir en los ¨²ltimos d¨ªas: que no intervendr¨¢ en asuntos internos de otros pa¨ªses, porque no le gustar¨ªa que hiciesen con M¨¦xico. La crisis pol¨ªtica, econ¨®mica y social que vive Venezuela, como ocurre tambi¨¦n en Nicaragua, no obstante, ya no es un mero problema interno. La deriva autoritaria de Maduro ha forzado en los ¨²ltimos a?os el ¨¦xodo de m¨¢s de dos millones de personas, muchos de los cuales han recalado en M¨¦xico.
M¨¢s all¨¢ de la versi¨®n oficial, en la Canciller¨ªa mexicana que dirige Marcelo Ebrard, y por ende en el Gobierno de L¨®pez Obrador, cunde la idea de que M¨¦xico puede jugar un papel activo en la b¨²squeda de una salida a la crisis venezolana. Dos fuentes cercanas al presidente aseguran que la intenci¨®n es explorar cualquier margen, por peque?o que sea, con el Gobierno venezolano y evitar romper con el madurismo hasta comprobar si est¨¢n dispuestos a ello. Las mismas fuentes insisten en que no haber apoyado al Grupo de Lima no implica que a M¨¦xico no le importe la violaci¨®n de los derechos humanos en Venezuela, por lo que aventuran un mensaje en esta l¨ªnea pr¨®ximamente.
Pese a que las evidencias de las violaciones a los derechos humanos en Venezuela durante los ¨²ltimos a?os son inequ¨ªvocas, los planes de la nueva diplomacia de M¨¦xico pasan, en cierta manera, por empezar de cero. Por un lado, para distanciarse de gobiernos opuestos ideol¨®gicamente, como el Brasil de Jair Bolsonaro, pero tambi¨¦n de la Colombia de Iv¨¢n Duque, que defienden las posiciones m¨¢s beligerantes contra Maduro. Adem¨¢s, la Administraci¨®n de L¨®pez Obrador tiene por m¨¢xima no asumir por decreto el legado de Pe?a Nieto. Tibio durante la mayor parte del sexenio respecto a Venezuela ¨Cfue, por ejemplo, uno de los ¨²ltimos l¨ªderes en recibir a Lilian Tintori, la esposa del preso pol¨ªtico Leopoldo L¨®pez-, con la llegada de Luis Videgaray a la Canciller¨ªa, M¨¦xico se erigi¨® en el principal cr¨ªtico con Maduro en la regi¨®n. Tras fracasar los intentos de condenar al r¨¦gimen venezolano en el marco de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), fue uno de los impulsores del Grupo de Lima y particip¨® en la fracasada negociaci¨®n entre el Gobierno y la oposici¨®n en Rep¨²blica Dominicana.
M¨¦xico se?al¨®, tras no sumarse al documento del Grupo de Lima, que conf¨ªa en una salida negociada para la crisis venezolana. No obstante, las fuentes consultadas, niegan que est¨¦ en marcha un nuevo intento de conversaciones. La postura de la oposici¨®n a este respecto, al menos hasta el momento, es de rechazo absoluto, pues consideran que Maduro no tiene ninguna intenci¨®n de negociar su posible salida, como qued¨® demostrado en los intentos con El Vaticano o el de Rep¨²blica Dominicana, y lo ¨²nico que busca es ganar tiempo para perpetuarse en el poder.
La postura de L¨®pez Obrador respecto a Venezuela es similar a la que mantiene con Donald Trump. El presidente de M¨¦xico, ante los continuos ataques del inquilino de la Casa Blanca y sus promesas de construcci¨®n del muro fronterizo, insiste en que no responder¨¢ porque quiere mantener una buena relaci¨®n con ¨¦l. De ah¨ª que no pocos analistas consideren que M¨¦xico est¨¢ trasladando la sensaci¨®n de que, con su silencio, hace el juego a Estados Unidos en el norte y a Venezuela, en el sur.
Venezuela se ha vuelto a convertir tambi¨¦n en un asunto de pol¨ªtica interna mexicana. La oposici¨®n recurre a la crisis del pa¨ªs caribe?o para golpear al presidente, mientras en el seno de Morena, el partido de L¨®pez Obrador, son continuas las voces que no ocultan su simpat¨ªa con el r¨¦gimen de Maduro. Los ritmos diplom¨¢ticos que pretende manejar la Canciller¨ªa chocan con las declaraciones, por ejemplo, de Porfirio Mu?oz Ledo, presidente de la Mesa del Congreso, quien asegur¨® que M¨¦xico hab¨ªa tenido elecciones ¡°m¨¢s torcidas¡± que Venezuela en los ¨²ltimos a?os. O las de la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, que calific¨® al Grupo de Lima como una ¡°aberraci¨®n¡±.
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