Guaid¨®: ?el le¨®n afeitado?
Lo singular del caso Guaid¨® es que el renovado entusiasmo opositor que su figura suscita no emana de ning¨²n carisma oratorio sino de una esforzada hoja de vida con la que se han familiarizado los venezolanos
El joven diputado cuyo nombre no resultaba familiar a casi nadie, hace solo 10 d¨ªas, acudi¨® al cabildo convocado por ¨¦l mismo desde la presidencia de la Asamblea Nacional, el d¨ªa anterior.
En la sesi¨®n parlamentar¨ªa se hab¨ªa cumplido ya el tr¨¢mite y la ceremonia que hicieron del diputado Juan Guaid¨® el nuevo presidente leg¨ªtimo de la directiva de la Asamblea Nacional.
Una vez en la sesi¨®n de cabildo abierto, Guaid¨® dijo con palabras suficientemente claras que, acatando lo consagrado por la Constituci¨®n, estaba dispuesto a ser provisoriamente presidente de Venezuela mientras el diablo se decide a llevarse de una buena vez a Nicol¨¢s Maduro a la zahurda del infierno que esperemos ser¨¢ su lugar de castigo hasta la consumaci¨®n de los siglos.
La caracterizaci¨®n que Guaid¨® hizo de Maduro ante el cabildo abierto como usurpador de la presidencia son¨® a los caraque?os all¨ª congregados alentadoramente distinta a los habituales llamados al ¡°di¨¢logo constructivo¡± con la dictadura que, una y otra vez, han propuesto los maquiavelos posibilistas de la oposici¨®n, siempre partidarios de la cohabitaci¨®n con el r¨¦gimen asesino. Hablo de los fundamentalistas del voto a toda costa, as¨ª no est¨¦n dadas m¨ªnimas, razonables condiciones electorales.
Guaid¨® record¨® que el usurpador a¨²n anda suelto, ejerciendo el poder agavillado con narcomilitares, algunos de ellos a las ¨®rdenes de La Habana antes que del dictador. Record¨® tambi¨¦n que Maduro est¨¢ armado, le ha tomado el gusto a derramar sangre inocente y es peligroso.
El nuevo presidente de la Asamblea Nacional dej¨® as¨ª muy claro que, aun con toda su determinaci¨®n, ¨¦l no es Jack, el Matador de Gigantes, y que precisa del apoyo todos sus compatriotas de bien, y por supuesto, tambi¨¦n de aquellos mandos militares que aspiren a obtener beneficios jur¨ªdicos dejando de obedecer al usurpador y est¨¦n dispuestos a ser luego juzgados bajo el imperio de la Constituci¨®n restituida. ?Ilusorio ofrecimiento? Veremos.
Hac¨ªa apenas una semana, esta columna se imbu¨ªa de la l¨²gubre desesperanza que, ¨²ltimamente, ha venido arrop¨¢ndonos a los venezolanos. Pero cuando, despu¨¦s de o¨ªr a Guaid¨®, le¨ª un tuit del secretario general Almagro dando a entender que ¨¦l hab¨ªa comprendido lo mismo que yo, me alegr¨¦ inmensamente por mi pa¨ªs, igual que mucha otra gente, aun a sabiendas de que el valor c¨ªvico del presidente encargado ¨C que milita en el mismo partido de Leopoldo L¨®pez y de otros m¨¢rtires perseguidos por la dictadura¡ª lo convert¨ªa instant¨¢neamente en blanco m¨®vil de los sicarios de la dictadura.
Hacia el final de la ma?ana del cabildo abierto, ya muchos ten¨ªamos a Guaid¨® por presidente de Venezuela y comenz¨® a sentirse una creciente galvanizaci¨®n del ¨¢nimo de lucha perdido. Lo singular del caso Guaid¨® es que el renovado entusiasmo opositor que su figura viene suscitando no emana de ning¨²n carisma oratorio sino de una esforzada hoja de vida con la que, en cosa de horas, se han familiarizado los venezolanos con justa admiraci¨®n.
Acostumbrado a las vicisitudes, este ingeniero industrial de 35 a?os, sobrevivi¨® con su familia, siendo a¨²n adolescente, al terrible deslave que barriendo vaguadas que desembocan en el Caribe, diezm¨® hace 20 a?os la costa litoral caraque?a, causando miles de muertes.
Un perfil suyo, elaborado por Associated Press, habla de un incanzable congresista, cabeza de la comisi¨®n parlamentaria que hace seguimiento a la corrupci¨®n del r¨¦gimen y un tenaz constructor de consensos. Algo que sin duda ven con optimismo muchos opositores de a pie es el hecho de que su nombre y su accionar p¨²blico hayan resultado tan sorpresivos para la dictadura como para muchos de sus conciudadanos dem¨®cratas. ¡°?Qui¨¦n es ese chamo, Guaid¨®?¡±, pregunt¨® con jaquetona sorna de mat¨®n Nicol¨¢s Maduro en televisi¨®n.
Conf¨ªo con fervor que el chamo resulte para Maduro el proverbial le¨®n afeitado de la f¨¢bula. Y en que la gran mayor¨ªa de sus compatriotas estar¨¢ a la altura de las jornadas que se le avecinan al presidente encargado. Vienen d¨ªas en que ser¨¢ preciso que Guaid¨® tenga de todos nosotros tan cerrado y multitudinario apoyo que al cabo logremos juntos abrir el camino del retorno a la verdadera democracia.
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