Berlusconi se presenta a las elecciones europeas

Silvio Berlusconi vuelve. El excavaliere, lo m¨¢s parecido a una especie pol¨ªtica inmortal que se recuerda en un pa¨ªs donde sus representantes casi nunca mueren del todo, ha anunciado este jueves que se presentar¨¢ a las elecciones europeas del pr¨®ximo mayo. Tres veces primer ministro de Italia, 82 a?os, inhabilitado hasta hace un mes para el ejercicio de la pol¨ªtica por fraude fiscal vinculado a su empresa (Mediaset), el fundador de Forza Italia ha decidido volver al ruedo pol¨ªtico en unas elecciones cruciales para Europa. Lo hace, asegura, para frenar al populismo y al Gobierno de Italia formado por la Liga y el Movimiento 5 Estrellas (M5S).

El anuncio, del cual el propio Berlusconi hab¨ªa dado ya pistas hac¨ªa algunas semanas, ha llegado el jueves por la ma?ana durante un mitin en Cerde?a. ¡°Me presentar¨¦ a las elecciones europeas, bajar¨¦ a la arena para parar a este Gobierno como ya hice en 1994 cuando decid¨ª parar a los comunistas¡±, ha lanzado tirando de su habitual ret¨®rica publicitaria. ¡°Ver¨¦is que pronto el centroderecha volver¨¢ a estar unido porque la alianza entre la Liga y el Movimiento 5 Estrellas es contranatura, no creo que les quede mucho tiempo. Solo el poder les ha hecho llegar a un acuerdo".

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Berlusconi ya se present¨® a las pasadas elecciones generales ¡ªaunque estaba inhabilitado logr¨® estampar su nombre y rostro en las papeletas electorales¡ª con la Liga y Fratelli di Italia en una suerte de colaici¨®n de centroderecha que lideraba todas las encuestas. Entonces no lograron los apoyos suficientes para formar gobierno y Salvini prefiri¨® romper la alianza y firmar el acuerdo con el Movimiento 5 Estrellas que le otorg¨® un escaparate electoral perfecto. Desde entonces ha llovido mucho pol¨ªticamente, y no est¨¢ claro que el actual ministro del Interior, disparado en los sondeos ante un hipot¨¦tico adelanto electoral, est¨¦ interesado en recuperar aquella vieja alianza.

El exprimer ministro celebra ya 25 a?os al frente de Forza Italia, un tiempo en el que ha habido que someterse a grandes retoques (tambi¨¦n en el partido). Ha cambiado el paisaje, pero la formaci¨®n ha sido incapaz de forjar a un nuevo l¨ªder que tomase el relevo de Berlusconi en todos estos a?os. "Todos los delfines que he tenido han han terminado siendo sardinas", dijo el excavaliere hace pocas semanas. Ni siquiera el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, pudo seducir al electorado en los ¨²ltimos comicios y la formaci¨®n obtuvo en marzo su peor resultado en a?os.

Berlusconi, recuperado ya de su ataque al coraz¨®n en 2016 y convertido en un saludable vegetariano, no tiene ya en Italia la popularidad de sus mejores a?os. M¨¢s all¨¢ de los esc¨¢ndalos, en el recuerdo queda su precipitada ca¨ªda en 2011 y unas cifras econ¨®micas que no corresponden a la leyenda que ¨¦l trata de cultivar. En los 10 a?os que gobern¨® Italia, el pa¨ªs redujo su renta per c¨¢pita un 3,1%, seg¨²n el FMI (el peor dato de la UE en ese decenio). El consumo cay¨® un 8% y el gasto alimentario un 36%. Subi¨® la presi¨®n fiscal 1,6 puntos, pero disminuy¨® un 10,7% el gasto en educaci¨®n o un 30% el de la cultura, mientras crec¨ªa un 35% el de defensa.

La prima de riesgo ¡ªy una Troika a la que agot¨® la paciencia¡ª derrib¨® finalmente su obra en oto?o de 2011, cuando alcanz¨® su m¨¢ximo hist¨®rico: 574 puntos. Pero la situaci¨®n ahora, sin embargo, es buena para el estilo del excavaliere. Un enemigo claro (el populismo) y un cortafuegos representado en la figura del hombre de ¨¦xito.

El excavaliere, cuyo partido forma parte del Partido Popular Europeo, asegura que representa "una idea liberal de la pol¨ªtica" que en la actualidad "hay que defender en Italia, Europa y el mundo", sobre todo ante el auge de potencias como China. "He decidido presentarme a las europeas para llevar a Bruselas mi voz de una Europa que debe ser cambiada, estar unida y con una defensa unida, para poder sentarse a la mesa con otras potencias militares mundiales y decidir las situaciones que se examinen". Nadie en Italia, sin embargo, se lo imagina aceptando un esca?o en el Parlamento Europeo y cambiando su legendaria mansi¨®n de Arcore por la lluviosa Bruselas.