El Parlamento brit¨¢nico pide renegociar el Brexit con la UE
La primera ministra propone "soluciones alternativas" a la salvaguarda para evitar una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte
Theresa May no ha tenido problema en volver a contradecirse a s¨ª misma para evitar una nueva derrota parlamentaria. En un giro de ¨²ltima hora, la primera ministra ha apoyado este martes una enmienda ¡ªrespaldada por 317 diputados frente a 301¡ª que le obliga a renegociar la cuesti¨®n irlandesa con la UE. ¡°Esta moci¨®n nos dar¨¢ el mandato que necesitamos para poder negociar con Bruselas un acuerdo que obtenga el respaldo mayoritario de la C¨¢mara¡±, ha dicho.
La primera ministra sab¨ªa ya de antemano que no pod¨ªa vencer al enemigo ¡ªni al que se sienta en los esca?os de la oposici¨®n ni al que habita en su propio partido¡ª y ha decidido unirse a ¨¦l. En contra de lo que hab¨ªa sido hasta ahora la l¨ªnea oficial del Gobierno, May ha ordenado que se respaldara la moci¨®n presentada por Sir Graham Brady, el jefe del llamado Comit¨¦ 1922, que agrupa a todos los diputados sin cargo en el Ejecutivo. All¨ª se concentran la mayor¨ªa de los euroesc¨¦pticos, as¨ª que m¨¢s all¨¢ de las pegas expresadas en las horas previas, todo indicaba que acabar¨ªan dando su respaldo al texto.
¡°Necesitamos regresar al texto del acuerdo y solucionar el problema. Ese es el modo de volver a unir a los partidarios del Brexit y a los partidarios de permanecer en la UE, dentro del Partido Conservador y tambi¨¦n en el resto del pa¨ªs¡±, escrib¨ªa en la red social Twitter el exministro de Exteriores y notable euroesc¨¦ptico, Boris Johnson.
May se resisti¨® hasta el ¨²ltimo minuto a dar un respaldo abierto a la moci¨®n, porque su punto fundamental es la retirada del llamado backstop ¡ªla salvaguarda irlandesa impuesta por la UE, que hasta ahora ha definido como innegociable¡ª para sustituirla por una ¡°soluci¨®n alternativa¡±. La primera ministra ha defendido en las ¨²ltimas semanas que el acuerdo alcanzado con la UE era ¡°el ¨²nico posible¡± y que no hab¨ªa margen para conseguir nuevas concesiones.
Pero ante la previsi¨®n de una nueva derrota parlamentaria, May ha hecho su en¨¦simo giro estrat¨¦gico y ha respaldado la iniciativa. ¡°Esta moci¨®n nos dar¨¢ el mandato que necesitamos para poder negociar con Bruselas un acuerdo que obtenga el respaldo mayoritario de esta c¨¢mara¡±, ha explicado este martes la primera ministra al mismo tiempo que anunciaba su intenci¨®n de reabrir las negociaciones con Bruselas. ¡°Negociar un cambio as¨ª no resultar¨¢ f¨¢cil. Supone reabrir el acuerdo de retirada, algo para lo que nuestros socios europeos tienen un apetito muy limitado¡±, advert¨ªa May. Pero a continuaci¨®n se pon¨ªa al frente de la nueva realidad: el Gobierno hab¨ªa perdido el control del proceso y se pon¨ªa en manos del Parlamento. ¡°El mundo ya sabe lo que esta C¨¢mara no quiere. Hoy necesitamos lanzar un enf¨¢tico mensaje respecto a lo que s¨ª queremos¡±, ha proclamado May.
Con ese giro, la primera ministra ha salvado la jornada. Pero era consciente de que necesitaba ceder m¨¢s. Por eso lanz¨® tambi¨¦n gui?os, y prometi¨® que la estudiar¨ªa con atenci¨®n, a una nueva propuesta de los euroesc¨¦pticos conocida ya como el ¡°Plan Malthouse¡±, en referencia al pol¨ªtico que la ha impulsado, el secretario de Vivienda, Kit Malthouse. Se trata a primera vista, de una nueva fantas¨ªa que recupera la idea de realizar controles aduaneros digitales ¡ªpara los que a¨²n no existe la tecnolog¨ªa adecuada¡ª entre las dos Irlandas, y evitar as¨ª la imposici¨®n del backstop. Y por supuesto, renegociar el acuerdo con la UE, con un tiempo de pr¨®rroga a?adido. La posibilidad de que una idea as¨ª cogiera vuelo ha terminado de convencer a los unionistas norirlandeses del DUP, que sostienen la mayor¨ªa parlamentaria de May, y finalmente han votado junto al Gobierno.
El Parlamento debat¨ªa otras dos mociones relevantes. La m¨¢s temida por el Gobierno era la impulsada por la diputada laborista Yvette Cooper y por el conservador Nick Boles. Persegu¨ªa una pr¨®rroga en la fecha del Brexit, fijada oficialmente para el 29 de marzo, y la declaraci¨®n oficial de que se impedir¨ªa a toda costa una salida de la UE sin acuerdo. No ha salido adelante, a pesar de que contaba con el respaldo oficial de la oposici¨®n.
¡°El Partido Laborista va a respaldar esa moci¨®n esta noche, porque salir de la UE sin ning¨²n acuerdo resultar¨ªa tremendamente da?ino para nuestra industria y para nuestra econom¨ªa¡±, ha anunciado el l¨ªder de la formaci¨®n, Jeremy Corbyn, durante su intervenci¨®n en el debate.
La otra moci¨®n llevaba la firma del exfiscal general Dominic Grieve. Astuto abogado, de ret¨®rica afilada y firme defensor de la permanencia de Reino Unido en la UE, Grieve hab¨ªa conseguido que se debatiera en el Parlamento una iniciativa que era toda una pesadilla para el Gobierno de May. Permit¨ªa seis d¨ªas de debate en los que la C¨¢mara pudiera discutir y votar todas las alternativas posibles al plan del Brexit, incluido un segundo refer¨¦ndum.
La primera ministra se ha permitido cierta dureza a la hora de criticar las dos iniciativas. Ambas mociones buscan crear y explotar mecanismos que permitan al Parlamento usurpar el papel que corresponde al Ejecutivo. Son movimientos sin precedentes, y que suponen consecuencias de largo alcance para el modo en que Reino Unido se gobierna y para el equilibrio de poderes y responsabilidades de nuestras instituciones democr¨¢ticas¡±, advirti¨® May. La regla no escrita del sistema pol¨ªtico brit¨¢nico es que el Ejecutivo dispone de un poder enorme, a condici¨®n de que pueda sostener en el tiempo una c¨®moda mayor¨ªa parlamentaria. El Brexit ha dado la vuelta a muchos usos y convencionalismos, y ha abierto un serio debate constitucional sobre qui¨¦n tiene el poder soberano para tomar decisiones, si Westminster o Downing Street.
Un poder, en cualquier caso, que parece cada vez m¨¢s enredado en legalismos y alejado de la realidad. A las puertas del Parlamento, partidarios y detractores del Brexit mostraban una vez m¨¢s las heridas y divisiones que este asunto ha provocado en la sociedad de Reino Unido. Lo recordaba Kenneth Clark, un veterano y respetado diputado conservador que tiene en estos momentos el t¨ªtulo de ¡°padre del Parlamento¡±, por ser el representante de mayor edad. ¡°Creo que deber¨ªamos ser conscientes de que la ciudadan¨ªa observa en estos momentos su sistema pol¨ªtico con algo muy cercano al desprecio¡±, les dijo a los diputados.
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