Hait¨ª suma m¨¢s de una semana de protestas contra el Gobierno de Moise
Los choques entre manifestantes, en su mayor¨ªa j¨®venes, y la polic¨ªa dejan ya al menos siete muertos
Hait¨ª entr¨® este jueves a su octavo d¨ªa consecutivo de paralizaci¨®n y protestas para pedir la dimisi¨®n del presidente, Jovenel Moise. Las confrontaciones entre los manifestantes, en su mayor¨ªa j¨®venes de las zonas m¨¢s populares, y las fuerzas de seguridad dejan ya al menos siete muertos. La situaci¨®n ha seguido deterior¨¢ndose en las ¨²ltimas jornadas, con m¨¢s choques con la polic¨ªa y saqueos de comercios que han llegado hasta el coraz¨®n de la capital del pa¨ªs m¨¢s pobre de Am¨¦rica y uno de los de menor renta per c¨¢pita del planeta, Puerto Pr¨ªncipe.?La mitad de los haitianos sobrevive con menos de dos d¨®lares diarios.
Las protestas, convocadas por el Sector Democr¨¢tico y Popular ¡ªintegrado por l¨ªderes de partidos de oposici¨®n y por grupos populares¡ª comenzaron el pasado d¨ªa 7, coincidiendo con el segundo aniversario de la llegada a la presidencia de Moise, un empresario del sector banano que lleg¨® al poder sin ninguna experiencia pol¨ªtica. Y no han dejado de crecer: los promotores de las movilizaciones han redoblado en las ¨²ltimas horas su pulso al Ejecutivo, con el anuncio de m¨¢s manifestaciones. Han rechazado cualquier di¨¢logo con el presidente, que este jueves por la noche ha roto su silencio tras permanecer callado desde el s¨¢bado, cuando hizo un llamamiento al di¨¢logo a todas luces insuficiente.
En un mensaje a la naci¨®n, emitido en la televisi¨®n estatal, Moise dijo este jueves que va a "luchar para restablecer la paz y la estabilidad". "No dejar¨¦ el pa¨ªs en manos de pandillas armadas y traficantes de drogas", asegur¨®.
Las protestas, que han elevado la inseguridad en la naci¨®n caribe?a, de 10 millones de habitantes, y han provocado un clima de caos e incertidumbre, se producen en medio de una severa crisis que ha golpeado a su ya de por s¨ª deteriorada econom¨ªa y que se ha visto agravada por la fuerte depreciaci¨®n de la moneda oficial, el gourde. Tambi¨¦n por la crisis de electricidad derivada de la escasez de gasolina. En 2018, Hait¨ª creci¨® apenas un 1,4%, una de las tasas m¨¢s bajas de la regi¨®n?y muy por debajo del 2,2% que se pronostic¨® a principios del pasado a?o. En 2010 la econom¨ªa haitiana se vio colapsada por un fuerte terremoto que caus¨® miles de muertos y redujo a escombros Puerto Pr¨ªncipe. En 2016, otro desastre natural, el hurac¨¢n Matthew, dej¨® m¨¢s de 1.000 fallecidos y volvi¨® a azotar el d¨¦bil sistema de infraestructuras haitiano.
Los manifestantes tambi¨¦n exigen justicia en las supuestas irregularidades en el programa Petrocaribe ¡ªa trav¨¦s del cual Venezuela suministra petr¨®leo a varios pa¨ªses americanos a precios ventajosos a cambio de apoyo pol¨ªtico y del que Hait¨ª comenz¨® a formar parte en 2008¡ª.?Una auditor¨ªa presentada la semana pasada por el Tribunal de Cuentas revel¨® irregularidades entre 2008 y 2016 en este programa y se?al¨® a 15 altos cargos del Gobierno por este caso, informa Efe. Tambi¨¦n a una empresa que dirig¨ªa Moise antes de acceder a la presidencia, en 2017.
Puerto Pr¨ªncipe segu¨ªa este jueves en estado de par¨¢lisis, con las escuelas, los bancos, las estaciones de servicio y muchos comercios cerrados por temor a sufrir m¨¢s robos. Solo en algunos barrios de la ciudad, como el exclusivo Petionville (sureste), algunos negocios se han animado a abrir sus puertas. Pero all¨ª, como en el resto de la urbe, el transporte p¨²blico segu¨ªa siendo pr¨¢cticamente nulo.
"Es una insurrecci¨®n popular: los haitianos ocupan las calles y Jovenel [Moise] no tiene m¨¢s opci¨®n que renunciar", declara a France Presse Proph¨¨te Hilaire, uno de los j¨®venes manifestantes. "Un Gobierno que no puede dar alimentos y agua a su pueblo debe dimitir, pero tambi¨¦n se necesita que la burgues¨ªa se decida a dejar de acaparar toda la riqueza. En los barrios populares somos m¨¢s". M¨¢s del 50% de la poblaci¨®n tiene menos de 25 a?os, pero, a pesar de su n¨²mero, se trata de un colectivo ausente en el mercado laboral formal y en las esferas de poder del pa¨ªs latinoamericano.?En un pa¨ªs en el que el sector privado est¨¢ en manos de unas pocas familias, el Estado constituye el primer empleador. Pero la administraci¨®n est¨¢ muy lejos de ser representativa de toda la pir¨¢mide demogr¨¢fica: m¨¢s de 80% de los contratadas por el Estado superan los 35 a?os.
"[Moise] ha lanzado programas de limpieza y dijo que con ellos crear¨ªa unos 50.000 empleos. As¨ª que a los j¨®venes que egresan de la universidad, ?solo puede ofrecerles escobas?", se pregunta otro manifestante, Marco Beaus¨¦jour, de 27 a?os y que trata, sin mucho ¨¦xito, de ganarse la vida como conductor de mototaxi. "Nuestros padres se sacrificaron para pagar nuestros estudios y la opci¨®n que se nos da es barrer las calles. El presidente nos falta el respeto". Con todo, Beaus¨¦jour?se siente?un privilegiado por haber podido estudiar Contadur¨ªa: la gran mayor¨ªa de j¨®venes que crecieron en los barrios marginales de Puerto Pr¨ªncipe ni siquiera ha podido terminar la escuela secundaria.
Varios pa¨ªses extranjeros han tomado medidas ante el recrudecimiento de las protestas y la violencia. Washington ha retirado al personal diplom¨¢tico "que no es de emergencia" y ha advertido a sus ciudadanos que no viajen al pa¨ªs. El Gobierno canadiense ha cerrado su Embajada en Puerto Pr¨ªncipe y ha ordenado la repatriaci¨®n de sus nacionales que se encuentran en la naci¨®n caribe?a. Por su parte, la legaci¨®n diplom¨¢tica espa?ola en la capital haitiana ha recomendado extremar las precauciones y limitar "al m¨¢ximo los desplazamientos, permanecer en el domicilio y mantenerse informados" ante la "situaci¨®n de inestabilidad" que golpea al pa¨ªs antillano.
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