La min¨²scula isla que ha duplicado su poblaci¨®n gracias a los salmones
En Lovund, una localidad noruega de 499 habitantes, todo gira en torno a este pescado. Espa?a es uno de los principales destinos de su producci¨®n
Entre las 6.500 islas de Helgeland, una de las regiones del norte de Noruega, se encuentra la min¨²scula Lovund. Un pe?¨®n de unos cinco kil¨®metros cuadrados cuyo pueblo resiste en simbiosis con otro islote a¨²n m¨¢s peque?o: su particular pol¨ªgono industrial. Conectado por un puente al ¨¢rea municipal, en el terrapl¨¦n se amontonan varias empresas que basan su actividad en uno de los tesoros noruegos, la cr¨ªa del salm¨®n. Una actividad que lleg¨® a Lovund en 1972 desde el este del pa¨ªs gracias al empecinamiento de dos de sus habitantes y donde hoy se produce el 4% de todo el salm¨®n noruego, seg¨²n el Norwegean Sea Food Council. El aumento del empleo gracias al pescado azul, la tercera actividad econ¨®mica del pa¨ªs, ha evitado no solo su despoblaci¨®n, sino que ha duplicado el n¨²mero de habitantes.
En el peque?o pol¨ªgono industrial de Lovund, una nave destaca entre el resto, la de Nova Sea. Con una producci¨®n de 50.000 toneladas de salm¨®n al a?o, la empresa emplea a 280 personas. La actividad principal se desarrolla en las piscifactor¨ªas de alta mar distribuidas por toda la regi¨®n de Helgeland, donde 130 trabajadores controlan la cr¨ªa del pescado desde que son peque?os alevines hasta que alcanzan los cinco kilogramos. Tras dos a?os, el salm¨®n llega a la f¨¢brica de Lovund, donde otros 150 empleados se ocupan del proceso final: se analizan sus caracter¨ªsticas, se les da muerte, se envasan y se env¨ªan en camiones hasta el puerto desde donde se distribuyen en barco. Unos 20 furgones dan salida cada jornada a unos 8.000 ejemplares. Y Espa?a es uno de sus principales destinos.
¡°En la ¨¦poca temprana de la compa?¨ªa, mis padres fueron a Europa, y encontraron clientes en Espa?a, Francia, Alemania y Dinamarca. La relaci¨®n con los clientes de Espa?a ha durado mucho. Es un pa¨ªs donde se come mucho pescado¡±, explica Aino Olaisen, una de las due?as de Nova Sea, de 44 a?os, e hija de uno de sus fundadores. Seg¨²n sus datos, Espa?a es el pa¨ªs donde m¨¢s salm¨®n exportan, en torno al 10% de toda su producci¨®n. A diferencia de toda Noruega, donde el orden de los pa¨ªses a los que se exporta por importancia es: Polonia, Francia, Dinamarca, Reino Unido y Espa?a. Junto a la nave de Nova Sea se ha levantado un peque?o holding de empresas que tambi¨¦n viven del pescado: una f¨¢brica de cajas para su envasado, otra que produce un concentrado de prote¨ªnas para el pienso del salm¨®n, otra que produce agua fresca para la f¨¢brica o una donde se recicla la basura que se genera.?
Un caldo de cultivo para el empleo que ha logrado atraer a trabajadores de fuera de Lovund y ha evitado que los aut¨®ctonos emigren a las ciudades, como s¨ª ha ocurrido en otras islas de la zona. En el municipio hay empadronadas 499 personas, seg¨²n la Embajada noruega, mientras que en los a?os 70 la poblaci¨®n rondaba los 200, explica Silvert Olaisen, de 35 a?os, due?o del ¨²nico hotel del pueblo y primo de Aino. Un dato que confirman noticias de medios locales. ¡°Si tienes una idea [empresarial], no hay otro sitio en el mundo donde sea m¨¢s f¨¢cil realizarla que en esta isla¡±, manifiesta Silvert delante de la f¨¢brica, entre la lluvia y el trasiego de los camiones.
El aumento de las ventas del salm¨®n de Lovund y de la poblaci¨®n ha sido exponencial en la ¨²ltima d¨¦cada. En 2013 resid¨ªan 416 personas, en 2017, 471. Stian Amble, de 39 a?os, se mud¨® en 2010 a la isla con su esposa y sus tres hijos desde Bod?, una de las principales ciudades del norte del pa¨ªs. ¡°Vinimos porque era una gran oportunidad laboral, en una zona bonita y con muchas cosas que hacer para los ni?os¡±, cuenta Amble, que trabaja como bi¨®logo en Nova Sea. En el supermercado del pueblo, donde ultima las compras junto a su familia, entran y salen varios residentes. A simple vista, nadie supera los 40 a?os. ¡°La media es de 29 a?os [de edad] porque la gente que viene a trabajar es joven y est¨¢ en edad de tener hijos¡±, explica Aino Olaisen. La Embajada de Noruega no ha podido confirmar el dato a este peri¨®dico porque no est¨¢ disponible al ser un Ayuntamiento muy peque?o, pero varios habitantes de la isla afirman lo mismo. En el pueblo hay un colegio al que acuden unos 80 ni?os y tambi¨¦n una guarder¨ªa, con otros 50.
El padre de Aino muri¨® en 2011 y no pudo ver c¨®mo su empresa ha llegado a su m¨¢ximo esplendor. Stainer Olaisen y otro amigo dejaron la isla hace cuatro d¨¦cadas para aprender el oficio de profesor. En aquel entonces, la edad media de Lovund ¡°era mucho m¨¢s alta¡±, afirma su sobrino, y sus habitantes se trasladaban a las grandes ciudades en busca de trabajo. Pero Stainer y su compa?ero volvieron con los conocimientos necesarios para la cr¨ªa del salm¨®n. En julio de 1972 depositaron 1.200 alevines en la originaria piscifactor¨ªa de Nova Sea, pero solo sobrevivieron 174. ¡°Mi padre pens¨® ¡®hemos hecho todos los errores que se pod¨ªan cometer y aun as¨ª han sobrevivido algunos¡¯. Y continuaron haci¨¦ndolo porque quer¨ªan generar trabajo para la isla. Este a?o vamos a poner 13 millones de alevines en el mar, hemos crecido bastante¡±, explica Aino entre risas en el hotel de su primo, donde ahora se hospedan muchos de los clientes de la empresa y donde el salm¨®n de la carta es uno de sus reclamos tur¨ªsticos.
Clara Carolina Torres, de 20 a?os, trabaja como camarera en el hotel. De padre espa?ol y madre indonesia, vive en Lovund desde hace ocho meses junto a su novio. ?l es alem¨¢n y trabaja en la f¨¢brica de salm¨®n. Viven en una caba?a de dos pisos por 400 euros. ¡°Mi sueldo aqu¨ª es suficiente, con eso tengo para lo que necesito, renta y comida, y adem¨¢s tengo dinero ahorrado porque aqu¨ª no gasto mucho¡±, cuenta Torres. ¡°Los noruegos son m¨¢s reservados que nosotros. Quedan m¨¢s en casa y hacen muchas actividades en la naturaleza¡±, a?ade. Seg¨²n Aino y Steiner, en el pueblo de Lovund se mezclan unas 12 nacionalidades. No hay hospital, pero s¨ª un helipuerto por si hubiera una emergencia. Todos destacan la accesibilidad y tranquilidad de la isla. ¡°Muchos me preguntan ¡®?C¨®mo puedes vivir con tan poca gente?¡¯ Es muy bueno vivir con hijos aqu¨ª, porque est¨¢n seguros y la vida es m¨¢s pausada. Me cuesta tres minutos ir a la guarder¨ªa. Una vez al mes tenemos cine. Adem¨¢s, tenemos Internet y Netflix. Igual que todo el mundo¡±, bromea Aino.
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