Deportados a un pa¨ªs en guerra
Los pa¨ªses de la UE deniegan la mitad de las solicitudes de asilo de los refugiados afganos y han devuelto a la fuerza a miles de ellos, pese a que las ONG y la ONU consideran que el pa¨ªs sigue sumido en una ola de violencia
Las puertas de la Uni¨®n Europea se entrecierran para los afganos. En los ¨²ltimos a?os, los socios comunitarios han rechazado cada vez m¨¢s solicitudes de asilo presentadas por ciudadanos de Afganist¨¢n, a pesar de que los talibanes, las fuerzas afganas y EE UU est¨¢n en guerra desde 2001. Los Gobiernos justifican estas denegaciones y la posterior deportaci¨®n de los afectados en que no todas las provincias est¨¢n sumidas en la violencia y en la inseguridad. Una visi¨®n de su pa¨ªs que en los migrantes retenidos, por ejemplo, en campamentos de Grecia tras intentar la entrada ilegal en la UE, despierta el temor a un retorno forzado. Durante 2017, un 54% de las 43.910 solicitudes de asilo de afganos tramitadas en la UE fueron rechazadas, seg¨²n datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Abulfaz, de cinco a?os, observa el mundo con desconfianza en sus enormes ojos almendrados. Apenas se despega de su abuelo, Nur Ahmed, de 55 a?os. ¡°Muchas veces pregunta d¨®nde est¨¢ su madre, dice que la echa de menos¡±, explica una joven, tambi¨¦n afgana, que comparte con ellos la caseta prefabricada donde duermen en el campo de registro e identificaci¨®n para extranjeros de Fylakio, en el extremo noreste de Grecia. Entonces, Nur Ahmed le hace cosquillas en la barriga y le dice en tono bromista: ¡°Tu madre ahora soy yo¡±. Pero en su mirada se advierte una profunda tristeza.
Grecia alberga, seg¨²n datos de Acnur, a unos 6.800 afganos en las islas (el 45% del total de refugiados), y en los campos de la Grecia continental, como el de Fylakio, a otros 3.000. ¡°Soy solo un pobre hombre¡±, dice Ahmed al arrancar su relato personal de c¨®mo ha llegado a Grecia desde la lejana Afganist¨¢n, a casi 5.000 kil¨®metros. A finales de 2017 perdi¨® su trabajo como pe¨®n de construcci¨®n en su ciudad, Gazni (en el este del pa¨ªs), y estuvo desempleado durante medio a?o. Hasta que un conocido le ofreci¨® entrar de cocinero en el complejo de una de las organizaciones internacionales que trabajan en la reconstrucci¨®n de un Afganist¨¢n devastado por cuatro d¨¦cadas de guerras y conflictos.
Cuando llevaba tres meses en su nuevo empleo, varios barbudos a los que no conoc¨ªa ¡ªno sabe si a sueldo de los talib¨¢n, el ISIS o Al Qaeda¡ª se presentaron en su hogar y le ofrecieron 5.000 d¨®lares (unos 4.400 euros) por dejar abierta la puerta del complejo en el que trabajaba. ¡°Les dije que lo sent¨ªa, pero que no pod¨ªa hacerlo", asegura. "Si no lo haces, te mataremos a ti y a toda tu familia¡±, afirma que le replicaron.
¡°Despu¨¦s de lo que ocurri¨® esa noche, fui a la polic¨ªa y les di el tel¨¦fono del que me hab¨ªa amenazado. Pero los polic¨ªas rompieron en pedazos el papel y me dijeron que me fuera: 'No eres el hijo del presidente ni de un ministro [para que te amenacen]¡±. Sin embargo, a los d¨ªas, cuando Nur Ahmed hab¨ªa llevado a su nieto al hospital, le telefone¨® un vecino: ¡°Hay un tiroteo en tu casa¡±. Cuando regres¨®, vio tres cad¨¢veres en el suelo. ¡°Mi hijo, mi nuera, mi esposa, estaban muertos. Ca¨ª inconsciente, no s¨¦ cu¨¢nto tiempo. Cuando recuper¨¦ el conocimiento, los vecinos hab¨ªan enterrado los cad¨¢veres. Entonces decid¨ª que ten¨ªamos que irnos de Afganist¨¢n¡±.
Ahora est¨¢ detenido en Fylakio. Un campamento con capacidad para 240 personas ¡ªaunque en ocasiones alberga a m¨¢s¡ª dividido en peque?os bloques compuestos por una decena de casetas prefabricadas, cerrado por vallas, y del que no pueden salir. Aqu¨ª son tra¨ªdos aquellos que penetran en territorio griego de manera irregular. ¡°A quienes tienen perfil de refugiado ¡ªsirios, iraqu¨ªes, turcos, grupos vulnerables¡ª se les deja libres con un documento que los identifica como solicitantes de asilo. Pero a los que no se les considera con ese perfil, normalmente los paquistan¨ªes y afganos, especialmente si son hombres solos, son reenviados al centro de deportaci¨®n, para su posterior expulsi¨®n o para que su petici¨®n de asilo sea examinada¡±, explica Margaritis Petritzikis, representante de Acnur en Fylakio.
El proceso puede significar, por tanto, muchos meses de detenci¨®n, lo que implica que Nur Ahmed no podr¨¢ avanzar en su ruta hacia Suecia, donde reside su hija, ni trabajar para devolver la deuda que contrajo con su yerno para pagar a los traficantes que le trajeron hasta Europa. Y, entretanto, vivir con el temor de que le fuercen a regresar al Afganist¨¢n del que huy¨®.
Desde 2015, m¨¢s de 265.000 afganos han llegado a la UE, de acuerdo con las cifras de Acnur. Entre sus demandas de asilo y las de quienes llegaron antes, suman cerca de 450.000, lo que convierte a los ciudadanos afganos en el segundo mayor grupo de refugiados en territorio comunitario, solo despu¨¦s de los sirios. Sin embargo, mientras la gran mayor¨ªa de peticiones de asilo de ciudadanos sirios se concede, en el caso de los afganos el n¨²mero de rechazos est¨¢ en torno a la mitad, seg¨²n Eurostat.
As¨ª, durante 2017, unas 538.000 personas lograron protecci¨®n en la Uni¨®n Europea, siendo los sirios (175.800) el grupo m¨¢s numeroso, seguido de los afganos (100.700); y si en el caso de los primeros las solicitudes positivas en primera instancia tramitadas ese a?o (un total de 970.000) alcanzaron un 94%, en el caso de los ciudadanos de Afganist¨¢n lo fueron en un 46% de los casos, por detr¨¢s de los reconocimientos del estatus de asilo a eritreos, somal¨ªes, sudaneses, iraqu¨ªes y ap¨¢tridas. En 2016, el porcentaje de peticiones afganas aceptadas se situ¨® en el 56,7%, seg¨²n la estad¨ªstica de Eurostat.
El argumento de las supuestas zonas seguras en Afganist¨¢n pesa. De hecho, ante la apelaci¨®n de un afgano cuya petici¨®n de asilo fue rechazada, el Tribunal Supremo de Holanda sentenci¨® el pasado a?o que, pese a que la situaci¨®n del pa¨ªs ha empeorado, Afganist¨¢n es seguro para aquellos que no tienen lazos con ninguna de las facciones en liza. Diversas organizaciones, desde Amnist¨ªa Internacional a Pro Asyl, han denunciado esta consideraci¨®n de ¡°pa¨ªs seguro¡± impl¨ªcita en el incremento de denegaciones de asilo a los afganos.
¡°Cada solicitud de asilo se examina individualmente, no se clasifican autom¨¢ticamente por pa¨ªs de procedencia. Por el momento, no hay una lista europea que considere a pa¨ªses de origen seguros, aunque s¨ª hay Estados miembros que tienen ese tipo de listas¡±, explica Anis Cassar, portavoz de la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO), que trata de matizar la situaci¨®n: ¡°Hay que tener en cuenta que Afganist¨¢n es un pa¨ªs muy diverso, y que la situaci¨®n de una regi¨®n concreta puede diferir de la de otra. Siria es diferente, dado que la vasta mayor¨ªa de solicitantes tienen razones leg¨ªtimas para el asilo¡±.
La realidad es que el Gobierno afgano solo controla de manera efectiva un tercio del territorio. Y la violencia no cesa: seg¨²n la misi¨®n de Naciones Unidas en ese pa¨ªs, 2018 volvi¨® a romper el r¨¦cord de los ¨²ltimos a?os con 3.804 muertos y 7.189 heridos en el conflicto interno.
En 2016, la UE firm¨® con el Gobierno afgano un acuerdo por el que, a cambio de incrementar las donaciones europeas para la reconstrucci¨®n del pa¨ªs centroasi¨¢tico, Kabul se compromet¨ªa a recibir a todos sus ciudadanos deportados, aunque su regreso no fuese voluntario. Pero la violencia que azota Afganist¨¢n ha dificultado estas deportaciones, ya que los afganos deben ser recibidos, a su llegada, por personal de la embajada del pa¨ªs que los env¨ªa, a fin de completar los tr¨¢mites burocr¨¢ticos. Entre 2014 y 2017, 12.000 afganos fueron enviados de vuelta a su pa¨ªs, un n¨²mero muy inferior al de quienes tienen orden de deportaci¨®n pendiente.
Varios Estados federales alemanes decidieron suspender estos vuelos tras un atentado en Kabul cerca de la Embajada de Alemania en 2017, y Suecia paus¨® las deportaciones despu¨¦s de otro grave atentado el a?o pasado que impidi¨® a su personal acceder al aeropuerto de la capital afgana. De este modo, miles de refugiados afganos en Europa han quedado en un limbo: sin asilo ni protecci¨®n legal, sin acceso a ayudas y sin poder trabajar m¨¢s que de manera ilegal.
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