El vertedero petrolero t¨®xico de la Patagonia argentina
Greenpeace exige el cierre del desag¨¹e de residuos de hidrocarburos en Vaca Muerta que ya ha sido denunciado ante la Justicia
Inmensas llamaradas iluminan la noche del desierto de Neuqu¨¦n. Es el gas sobrante de los pozos que perforan las entra?as de Vaca Muerta, la gigantesca formaci¨®n de hidrocarburos no convencionales de Argentina. Otros residuos, los generados para extraer el gas y el petr¨®leo, deben ser tratados primero por las compa?¨ªas productoras y descartados despu¨¦s en lugares a prueba de fugas y contaminaci¨®n, pero faltan controles para hacer cumplir la ley.
En la madrugada del pasado 26 de febrero, una treintena de activistas de Greenpeace equipados con m¨¢scaras antigas, cascos y linternas se adentraron en el vertedero de Treater, situado a cinco kil¨®metros de A?elo (la capital de Vaca Muerta, centro-oeste del pa¨ªs sudamericano). El viento hac¨ªa llegar, por r¨¢fagas, un olor qu¨ªmico y nauseabundo. Proced¨ªa de las piletas de residuos t¨®xicos, que se extienden por una superficie de 13,6 hect¨¢reas, el equivalente a 15 campos de f¨²tbol. Al llegar a ellas, bloquearon la rampa de descarga de camiones con un cord¨®n humano y tiendas de campa?a. Una quincena de activistas m¨¢s, junto a vecinos e integrantes de comunidades ind¨ªgenas, repitieron la operaci¨®n en la entrada principal. Detuvieron la actividad durante 30 horas.
"Estamos ac¨¢ para denunciar y exponer la negligencia y el nulo control con el que opera la industria petrolera", dice Leonel Mingo, miembro del programa de Clima y Energ¨ªa de Greenpeace. "Con este doble bloqueo impedimos tanto el ingreso de camiones con material t¨®xico como su disposici¨®n en el vertedero. Esperamos que las empresas petroleras dejen de contaminar el ecosistema de la Patagonia con sus residuos t¨®xicos y se cierre este basurero que viola leyes provinciales y nacionales".
El vertedero, en manos de la compa?¨ªa argentina Treater, y las empresas petroleras que figuran entre sus clientes, como YPF, Shell y Total, fue denunciado hace cinco meses ante los tribunales. La querella acusa a Treater de no respetar la distancia m¨ªnima de un n¨²cleo urbano, que es de ocho kil¨®metros, y de tener piletas de disposici¨®n de residuos sin canales de drenaje adecuados ni mallas protectoras que eviten la contaminaci¨®n de suelos y napas de agua, tal como exige la legislaci¨®n nacional. Treater, en cambio, argumenta que su planta "cumple con todas las normas ambientales".
"En diciembre se solicit¨® un allanamiento y fuimos a constatar cu¨¢l era la situaci¨®n", cuenta el jefe de la fiscal¨ªa de delitos ambientales de Neuqu¨¦n, Maximiliano Breide Obeid, a cargo de la investigaci¨®n. En la inspecci¨®n detectaron que "las piletas est¨¢n desbordadas" y los residuos depositados no cuentan con el tratamiento previo exigido por la ley.
El gas y el petr¨®leo de Vaca Muerta est¨¢n atrapados en microporos a 3.000 metros de profundidad. Para extraerlos hay que destrozar la roca con agua, arena y qu¨ªmicos, un proceso conocido como fracking. "Los residuos del fracking son m¨¢s l¨ªquidos que los de la actividad petrolera convencional y necesitan un tipo de tratamiento diferente para retirar el t¨®xico. Deber¨ªan llegar (al vertedero) en un porcentaje de 70% s¨®lido y 30% l¨ªquido y llegan al rev¨¦s", denuncia Obeid.
El siguiente paso de la investigaci¨®n, previsto para las pr¨®ximas semanas, ser¨¢ la toma de muestras de tierra bajo las piletas de disposici¨®n y en los alrededores para determinar si existe contaminaci¨®n. En caso afirmativo, "la ley dice que son responsables tanto las petroleras como el que trata los residuos", subraya el fiscal jefe.
Pese a su presunta responsabilidad, desde YPF declinaron hacer comentarios. Shell contest¨® por escrito que "como contratista de tratamiento y eliminaci¨®n de residuos en la provincia de Neuqu¨¦n, Treater est¨¢ certificada por las autoridades pertinentes, quienes son responsables de verificar sus instalaciones".
Jorge Nahuel, werken de la Confederaci¨®n Mapuche de Neuqu¨¦n, duda que la denuncia prospere. A su juicio, la connivencia entre las petroleras y las autoridades gubernamentales y judiciales propicia todo todo tipo de irregularidades. El pasado enero, se registr¨® un incendio en el basural a cielo abierto que funciona en el mismo predio de Treater, a poca distancia de las piletas con residuos t¨®xicos. La Justicia mantuvo abierto el lugar.
"Estamos enfrentando a un monstruo muy impune y poderoso. La Justicia est¨¢ totalmente subordinada a la industria, porque sino esto estar¨ªa clausurado hace rato. Ocurre igual con el Gobierno", comenta Nahuel en la puerta de entrada de Treater.
El constante tr¨¢nsito de camiones y camionetas sobre la carretera sin asfaltar levanta un polvo blanco que lo ti?e todo y se mete en los pulmones. Los residuos de la industria del fracking viajan en contenedores descubiertos. Cuando los primeros camiones ven que Treater est¨¢ bloqueada preguntan y contin¨²an su marcha. A 300 metros de all¨ª hay otro vertedero, gestionado por Indarsa. Un tercero funciona a pocos kil¨®metros.
"Si hici¨¦ramos clausurar hoy Treater, el resto colapsar¨ªa en cuesti¨®n de d¨ªas", responde Obeid ante la posibilidad de una clausura preventiva hasta que se tomen las muestras y se conozcan los resultados. "Hay que exigir a las petroleras un tratamiento en el lugar de extracci¨®n", agrega.
Indarsa protagoniz¨® en 2014 un incidente grave. En su planta de tratamiento en el parque industrial de Neuqu¨¦n, a menos de un kil¨®metro de ¨¢reas habitadas, ten¨ªa una pileta clandestina con residuos de hidrocarburos. Una madrugada, los diques colapsaron y un r¨ªo negro, espeso y maloliente inund¨® la zona. La empresa fue multada, pero dos a?os despu¨¦s abri¨® el vertedero de A?elo.
La subsecretar¨ªa de Ambiente neuquina no atendi¨® las llamadas de este diario, pero periodistas locales y trabajadores del sector admiten que el tratamiento de residuos est¨¢ al l¨ªmite y se ha convertido en un cuello de botella para esta industria en r¨¢pida expansi¨®n. Vaca Muerta ha acumulado inversiones por 27.000 millones de a?os en los ¨²ltimos siete a?os y ha llegado a los mil pozos en producci¨®n.
A?elo es una isla pr¨®spera en medio de la crisis econ¨®mica que atraviesa Argentina. Hasta 2012, este pueblo patag¨®nico ten¨ªa 2.000 habitantes, pero hoy son ya 8.000 y sigue creciendo. Hay casas en construcci¨®n en todas las direcciones, los hoteles est¨¢n ampliando su capacidad, han abierto tiendas enormes de electrodom¨¦sticos y un casino. Sin embargo, ha crecido tambi¨¦n la desigualdad. Algunos barrios no tienen cloacas, agua potable ni red de gas natural y los vecinos m¨¢s desfavorecidos critican la falta de inversi¨®n en infraestructura pese a las ganancias millonarias.
"El fracking es un hecho consumado, pero a este ritmo de explotaci¨®n vamos a desaparecer. Lo que nos queda es ver c¨®mo lo controlamos y lo regulamos", se?ala Nahuel.
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