Reino Unido arde a lo bonzo en el Brexit; Europa espera a sus Prometeos
El fuego brit¨¢nico muestra las consecuencias de la ret¨®rica incendiaria; el continente vislumbra intentos de propagar de la c¨²pula pol¨ªtica a la ciudadan¨ªa un debate realmente paneuropeo
La historia dir¨¢ si el Brexit fue un suicidio pol¨ªtico o solo una autoinmolaci¨®n de consecuencias graves pero no letales. De momento, consta en actas que Reino Unido lleva tres a?os ¡ªdesde el refer¨¦ndum de 2016¡ª sumido en una par¨¢lisis absoluta, incapaz de hacer otra cosa que atender el gran incendio que devasta sus islas. Es probable que siga carcomido por esta situaci¨®n durante mucho m¨¢s tiempo, incluso si se aprobara el pacto de salida. El fuego eurohostil lo expandieron de forma luciferina, durante lustros, varios medios informativos y corrientes pol¨ªticas. Como m¨ªnimo se les fue de las manos; puede que no tuviesen ni idea de lo que hac¨ªan.
La autoinmolaci¨®n brit¨¢nica a lo bonzo (cada uno decidir¨¢ cu¨¢n justificada era la causa) provoca serios problemas al continente. Pero, tambi¨¦n, importantes activos. Entre otras que las dimensiones de esa cat¨¢strofe han rociado cordura y sobriedad en el ¨¢gora continental: no conviene jugar con fuego. ?Alguien ha o¨ªdo recientemente alguna otra propuesta de salir de la UE? ?O simplemente de la Zona Euro (concepto secundario con el que hace no mucho todav¨ªa algunos populistas euroesc¨¦pticos coqueteaban)?
La cuesti¨®n no es menor porque se acercan a la vez elecciones europeas y una ralentizaci¨®n econ¨®mica, un territorio potencialmente inflamable. A Europa obviamente no le conviene un pulso radical, en cambio s¨ª necesita un debate vivo, vibrante, que active la conexi¨®n de la ciudadan¨ªa con el proyecto. La tasa de participaci¨®n ha ca¨ªdo de forma inexorable a cada convocatoria de elecciones europeas, desde el 62% de 1979 hasta el 42% de 2014. La UE necesita Prometeos que cojan la llama en el Olimpo-Bruselas y la difundan entre los ciudadanos en el continente de forma apasionada pero responsable. En el horizonte se detectan algunos s¨ªntomas esperanzadores.
PARTICIPACI?N EN LAS ELECCIONES EUROPEAS
Porcentaje de votantes al Parlamento Europeo sobre el total del censo
Este peri¨®dico, junto a otros 27 de la Uni¨®n, public¨® a principios de mes una carta del presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, titulada Por un renacimiento europeo y dirigida a los ¡°Ciudadanos de Europa¡±. Su contenido puede gustar m¨¢s o menos ¡ªy desde luego marca un claro retroceso con respecto a anteriores alocuciones en clave europea mucho m¨¢s ambiciosas del mandatario galo¡ª pero es de entrada notable el concepto de dirigirse a un demos com¨²n.
Lo interesante es que en cuesti¨®n de d¨ªas hubo dos respuestas de calado paneuropeo. Annegret Kramp-Karrenbauer, sucesora de Angela Merkel al mando de la CDU, ha publicado en el dominical alem¨¢n Welt am Sonntag una respuesta contundente ¡ªAcertar en la construcci¨®n de Europa¡ª en la que rechaza gran parte de las propuestas del franc¨¦s y plantea otras que agradan poco en Par¨ªs. De forma significativa, el texto ha sido traducido a varios de los principales idiomas de la UE.
Desde otro lado del espectro pol¨ªtico contest¨® el l¨ªder izquierdista franc¨¦s Jean-Luc M¨¦lenchon con un texto titulado ?Salid de los tratados, est¨²pidos! y tambi¨¦n publicado por este diario. Es sin duda vitri¨®lico, m¨¢s radical, propone un cambio de tratados un pel¨ªn poco realista ¡ªsiendo comedidos¡ª pero se enmarca en una visi¨®n de destrucci¨®n creativa y mantiene la virtud de dirigirse a un demos europeo.
Queda por ver si se trata de un embri¨®n de debate genuinamente paneuropeo, pero cuando menos es una llamarada interesante. El momento es propicio. Por un lado, el Brexit funciona como lecci¨®n moderadora ante tentaciones de aventurismo rompedor; por el otro, hay otras fuerzas centr¨ªpetas que favorecen ahora que la Uni¨®n se mantenga compacta y estable, que piense en c¨®mo reforzarse. La Administraci¨®n Trump es una invitaci¨®n cotidiana a pensar en c¨®mo apa?arse solos; la compleja relaci¨®n con Rusia tambi¨¦n deber¨ªa invitar a la cohesi¨®n.
La Britannia que gobernaba las olas decidi¨® de repente empotrarse de frente contra la m¨¢s grande de este tiempo: la corriente de las interconexiones, de la convergencia, de las sinergias, las econom¨ªas de escala, de la creciente inutilidad de las barreras, de la fusi¨®n y mezcla. Salir de la UE es perfectamente leg¨ªtimo pero parece ir contra la corriente del tiempo. Ciertas olas conviene cabalgarlas m¨¢s que encararlas.
Ahora, mientras Reino Unido descubre que salir de la UE no es ni cortar un cord¨®n umbilical, ni amputarse una extremidad, sino intentar separar c¨¦lulas en cada ¨®rgano y tejido, la UE necesita con urgencia un debate sobre c¨®mo proseguir el surf, sobre c¨®mo preparase para las pr¨®ximas tempestades. Es necesario involucrar a los ciudadanos. Conviene que sea a escala continental, superando las parroquias nacionales de siempre. Se buscan Prometeos europeos, que tomen el fuego en el Olimpo y lo vayan repartiendo. Bonzos abst¨¦nganse, por favor.
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