Erdogan hace de las elecciones locales un plebiscito de s¨ª mismo
Los islamistas del Gobierno turco podr¨ªan perder este domingo las alcald¨ªas de Ankara y Estambul
Este domingo, los turcos acuden a las urnas para elegir cerca de 1.400 alcaldes, m¨¢s de 20.000 concejales y 1.250 consejeros provinciales. Pero no son, o no son s¨®lo, unos comicios locales. De igual manera que las ¨²ltimas citas electorales que ha vivido Turqu¨ªa desde 2013, en un ambiente cada vez m¨¢s polarizado, se plantean como un refer¨¦ndum sobre el presidente, Recep Tayyip Erdogan, y su personalista forma de gobernar.¡°El 31 de marzo ser¨¢ un hito en nuestra lucha por la existencia. Y esa lucha la ganaremos nosotros¡±, dijo Erdogan el pasado d¨ªa 17 en la ciudad de Esmirna.
En las ¨²ltimas semanas, el presidente turco no ha dejado de dar m¨ªtines a lo largo y ancho del pa¨ªs ¡ªrigurosamente retransmitidos en directo¡ª pese a no presentarse a los comicios. Ha sido ¨¦l quien ha elegido la estrategia de plantear las elecciones en clave binaria, pues sabe manejarse mejor en el ambiente maniqueo de un refer¨¦ndum que en el plural de unas municipales. Y el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) teme que la situaci¨®n de crisis econ¨®mica le pueda pasar factura como ya ocurri¨® en las elecciones locales de 2009.
El sistema electoral local de Turqu¨ªa favorece, en parte, esta t¨¢ctica, ya que se lleva la alcald¨ªa el candidato con m¨¢s votos, sin importar la diferencia frente al segundo (la asamblea municipal es elegida en papeleta aparte, pero sus competencias son bastante limitadas). Hecho que se ha visto reforzado por la alianza que han conformado el AKP y su socio ultraderechista, el Partido de Acci¨®n Nacionalista (MHP). La oposici¨®n laica ha hecho otro tanto, y el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdem¨®crata) ha pactado sus candidatos con el Partido Bueno (IYI), derecha nacionalista escindida del MHP.
Entre estos dos grandes bloques ¡ªa los que hay que a?adir un tercero, el nacionalismo kurdo, en las provincias orientales¡ª se disputar¨¢n las alcald¨ªas. ¡°Hoy, en Turqu¨ªa se enfrentan dos alianzas [¡]. Nuestro objetivo es servir al pueblo. [El de la otra es] llevar a los terroristas a las asambleas municipales y a la Administraci¨®n¡±, tuite¨® Erdogan. Su aliado ultraderechista, el anciano Devlet Bah?eli, no le ha andado a la zaga: ¡°Las del 31 de marzo ser¨¢n unas elecciones cruciales, hay que elegir entre quienes aman a Turqu¨ªa y quienes aman a los terroristas. Es la ¨²ltima oportunidad de escapar del abismo¡±.
Con las tintas tan cargadas, no extra?a que la campa?a haya sido dur¨ªsima, con constantes acusaciones de traici¨®n, de venderse al terrorismo, demandas, aperturas de juicios y la mayor¨ªa de los medios escorados hacia el oficialismo. En la campa?a no se ha hablado apenas de gesti¨®n municipal. Ni de que los Ayuntamientos m¨¢s endeudados del pa¨ªs son los del gobernante AKP, o de que los diez municipios con mayor ¨ªndice de desarrollo humano, seg¨²n la clasificaci¨®n de la fundaci¨®n INGEV utilizando datos de la ONU, est¨¢n todos ellos dirigidos por el partido opositor CHP (si bien es cierto que est¨¢n entre aquellos con la renta m¨¢s alta del pa¨ªs).
Y s¨ª se ha hablado, en cambio, del reconocimiento de Donald Trump a la anexi¨®n israel¨ª de los Altos del Gol¨¢n sirios o del atentado de Nueva Zelanda. Erdogan no se ha privado de mostrar durante los m¨ªtines y en pantallas gigantes el v¨ªdeo grabado por el autor de la masacre de Christchurch, seguido siempre de im¨¢genes del l¨ªder del CHP, Kemal Kili?daroglu. ¡°El Gobierno ha utilizado el tema del terrorismo y la llamada cuesti¨®n de supervivencia de Turqu¨ªa para evitar que el debate fuese sobre la situaci¨®n econ¨®mica. Ha conseguido as¨ª que dejen de ser unas elecciones municipales¡±, explica a EL PA?S el periodista Akif Beki, antiguo asesor de Erdogan. Y a?ade: ¡°En mis treinta a?os de carrera, jam¨¢s hab¨ªa visto una campa?a con un lenguaje tan duro. Me temo que, adem¨¢s, no se quedar¨¢ en la campa?a, sino que continuar¨¢¡±.
De hecho, este discurso que equipara a opositores con traidores y terroristas ha calado en parte de la sociedad turca. El siguiente es un di¨¢logo escuchado por este periodista entre varios hombres de unos 50 a?os a la vuelta de un acto electoral de Erdogan celebrado el pasado domingo en Estambul:
-?Qu¨¦ te ha parecido el mitin?
-Bien, muy bien. Y, si Dios quiere, las elecciones tambi¨¦n ir¨¢n bien.
-Si Dios quiere, s¨ª. Pero en este pa¨ªs hay muchos traidores a la patria.
Con todo, plantear los comicios como una ¡°cuesti¨®n existencial¡± no es puro capricho de Erdogan. Las encuestas muestran que el AKP podr¨ªa perder el Ayuntamiento de la capital, Ankara, y en Estambul, la mayor ciudad del pa¨ªs, se prev¨¦ un recuento re?ido. Ciudades, estas dos, que los islamistas han controlado durante los ¨²ltimos 25 a?os. Tambi¨¦n podr¨ªa haber cambios en otras grandes ciudades del pa¨ªs como Bursa, Antalya, Adana o Mersin.
Los Ayuntamientos han sido la base del poder islamista desde mediados de los noventa. La treintena de alcald¨ªas metropolitanas de Turqu¨ªa (aquellas de ciudades con una poblaci¨®n superior a los 750.000 habitantes) vieron su t¨¦rmino municipal ampliado en 2013 hasta alcanzar el espacio de toda la provincia, por lo que manejan inmensos presupuestos. Y mediante las adjudicaciones y concursos p¨²blicos municipales, el AKP ha logrado crear una ¨¦lite empresarial amiga y agradecida. A¨²n m¨¢s importante es que mediante los Ayuntamientos, en colaboraci¨®n con las extendidas c¨¦lulas de barrio del AKP, se articulan los programas asistenciales que han atra¨ªdo hacia el partido a millones de simpatizantes y han convertido el erdoganismo en un verdadero movimiento de masas.
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