Macri intenta reconciliar a los argentinos con la polic¨ªa
El Gobierno crea una oficina para defender los derechos humanos de las fuerzas de seguridad que sean v¨ªctimas
Con el pa¨ªs?sumido en una profunda crisis econ¨®mica y a menos de siete meses de las elecciones generales, el Gobierno argentino, comandado por Mauricio Macri, busca colocar la pol¨ªtica de seguridad en el centro de la agenda. Parte de esta estrategia incluye dar batalla a la corrupci¨®n interna mientras eleva la moral de las fuerzas con mensajes claros de apoyo. Su objetivo final: recomponer el v¨ªnculo entre los uniformados y la poblaci¨®n, una relaci¨®n siempre conflictiva en el pa¨ªs sudamericano.
Argentina pelea por limpiar la herencia negra que la polic¨ªa carga desde la dictadura. Desde 1983, distintos gobiernos emprendieron purgas de todo tipo y reformas m¨¢s o menos profundas, sin demasiado ¨¦xito. Ahora, el Ejecutivo se apresura a distinguir a los polic¨ªas involucrados en actividades delictivas del comportamiento del resto, mientras lanza mensajes de reconciliaci¨®n. Macri lo dej¨® claro en su discurso de apertura del a?o legislativo, el 1 de marzo. "Las mujeres y los hombres de nuestras fuerzas de seguridad se juegan la vida por nosotros y merecen todo nuestro respeto y admiraci¨®n. Como ustedes saben, hace muchos a?os yo sufr¨ª en carne propia a la mala polic¨ªa. Por eso, cr¨¦anme que entiendo a quienes pasan por algo as¨ª", dijo ante los legisladores. En 1991, una banda integrada por polic¨ªas secuestr¨® a Macri y lo liber¨® 12 d¨ªas despu¨¦s tras el cobro de un rescate.
Creamos la Unidad de Garant¨ªas de Derechos Humanos para las 4 fuerzas federales de seguridad.
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) April 1, 2019
Los ddhh son para todos, y hasta hoy las fuerzas estaban excluidas. Adem¨¢s de ser garantes de los ddhh de la ciudadan¨ªa, hoy tendr¨¢n este derecho inherente a la condici¨®n humana. pic.twitter.com/aDRkkh4Kj8
La tarea no es sencilla, porque exige al Gobierno un delicado equilibrio. As¨ª, mientras intenta limpiar la corrupci¨®n en las fuerzas de seguridad, paga al resto con nuevas atribuciones. Tras la aprobaci¨®n de un protocolo que autoriza a los uniformados a disparar sin agresi¨®n previa ni dar la voz de alto, el Ejecutivo de Macri anunci¨® el lunes la creaci¨®n de una unidad que proteger¨¢ los derechos humanos de polic¨ªas v¨ªctimas de agresi¨®n. Un d¨ªa antes hab¨ªa felicitado a los oficiales de la Federal ¡ªun cuerpo que depende del Gobierno de la Naci¨®n¡ª que mataron, en un enfrentamiento, a un comisario de la polic¨ªa local de Buenos Aires supuestamente involucrado en una trama de sobornos vinculados al narcotr¨¢fico.
"Los derechos humanos son para todos y hasta hoy las fuerzas de seguridad estaban excluidas", dijo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al anunciar la creaci¨®n de la Unidad de Garant¨ªas de los Derechos Humanos. Desde el departamento que lidera Bullrich ponen como ejemplo la agresi¨®n sufrida por un agente en el interior de un autob¨²s o los escraches contra familiares de quienes participaron del operativo de represi¨®n contra una comunidad mapuche en el que hace dos a?os muri¨® ahogado el activista Santiago Maldonado.
En un ambiente de tensi¨®n entre el Gobierno y las organizaciones de derechos humanos argentinas a lo largo de todo el mandato,?las palabras de la titular de Seguridad generaron un nuevo encontronazo. "?Qu¨¦ quiere inventar esta muchacha Bullrich ahora? Est¨¢n completamente locos", dijo en declaraciones radiales la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. "Que dejen que la polic¨ªa cree un gremio y que el Gobierno sanee de corrupci¨®n de las Fuerzas, as¨ª se defiende los derechos humanos", agreg¨® De Carlotto.
Paula Litvachky, directora del ?rea de Justicia y Seguridad del Centro de Estudios Sociales y Legales (CELS), cree que el objetivo de las autoridades argentinas "es buscar la confrontaci¨®n" con los organismos de derechos humanos y sumarse al juego. Aun as¨ª, cree que para avanzar en esa direcci¨®n es necesario resolver problemas estructurales de las fuerzas de seguridad, como la precarizaci¨®n laboral "que redunda en la violaci¨®n de derechos", la violencia de g¨¦nero dentro de la polic¨ªa y "la persecuci¨®n que sufren polic¨ªas mujeres y varones que deciden denunciar irregularidades", entre otros.
"Eran cuatro delincuentes de la Bonaerense", defini¨® Bullrich a los cuatro polic¨ªas que cayeron el viernes en el operativo de la Polic¨ªa Federal Argentina (PFA) en una estaci¨®n de servicio de Sarand¨ª, a las afueras de Buenos Aires. "Eran delincuentes vestidos de polic¨ªas", coincidi¨® el jefe de la PFA, N¨¦stor Roncaglia, tras visitar en el hospital a los dos miembros de su fuerza que resultaron heridos durante el tiroteo.
Vestidos de paisano, 12 agentes de la PFA esperaron a integrantes de la polic¨ªa bonaerense que hab¨ªan citado en la gasolinera a una mujer dominicana para cobrarle 170.000 pesos (casi 4.000 d¨®lares) a cambio de no iniciar una causa por narcotr¨¢fico contra su pareja. Tres de los polic¨ªas bonaerenses fueron detenidos in fraganti, pero el comisario Hern¨¢n Mart¨ªn, jefe antidrogas de Avellaneda, intent¨® escapar y abri¨® fuego. Muri¨® de cuatro disparos, pero hiri¨® antes a dos polic¨ªas de la PFA.?
Mart¨ªn hab¨ªa sido ascendido a comisario hac¨ªa solo dos meses y no ten¨ªa ninguna denuncia en su contra, lo que pone de relieve la dif¨ªcil batalla para erradicar la corrupci¨®n del seno policial. Desde diciembre de 2015, cuando asumi¨® la Presidencia, hasta finales de febrero, se han abierto 30.798 sumarios contra miembros de la polic¨ªa bonaerense. 12.350 han sido apartados de la fuerza y 840 est¨¢n detenidos, seg¨²n datos de la cartera de seguridad provincial.
La corrupci¨®n enquistada hace mella en la imagen de esa fuerza policial. Dos de cada tres habitantes de la provincia de Buenos Aires, la m¨¢s grande y poblada de Argentina, desconf¨ªa de la polic¨ªa bonaerense, de acuerdo a la ¨²ltima Encuesta nacional de victimizaci¨®n. En cambio, s¨®lo un tercio tiene la misma impresi¨®n de Gendarmer¨ªa, la polic¨ªa militar argentina.
A pesar del desprestigio de la polic¨ªa, la demanda de mayor seguridad es una vieja reivindicaci¨®n de la sociedad argentina. Pero los problemas econ¨®micos que atraviesa hoy gran parte de la poblaci¨®n lo han dejado por el momento en un segundo plano. Macri intenta devolver el tema al primer lugar de la agenda.
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