El tren de Schengen no llega a Croacia
El pa¨ªs se concentra en mostrar que controla sus fronteras, en plena ruta migratoria de los Balcanes, para ingresar en el debilitado espacio de libre movimiento
¡°Es poco decir que la polic¨ªa no estuviese preparada. Simplemente no pod¨ªa ni so?ar que tantas personas fuesen a entrar en una sola noche. No pudo hacer nada". Dubravko Blaskovic recuerda la famosa crisis de los refugiados de 2015 junto a dos de sus s¨ªmbolos: un cartel de Tovarnik ¡ªla peque?a localidad croata fronteriza con Serbia cuyo nombre muchos escucharon entonces por primera vez¡ª y las v¨ªas de ferrocarril que conectan Belgrado y Zagreb y que decenas de miles de personas recorrieron como si fuesen una br¨²jula hacia el coraz¨®n de la Uni¨®n Europea.
Blaskovic presid¨ªa entonces, y ahora, el Consejo de la Regi¨®n de Vukovar, a la que pertenece Tovarnik. Lo mismo Yasmin Budinsky como vicealcalde de la localidad. Sus declaraciones desesperadas hace cuatro a?os, cuando m¨¢s de un mill¨®n de personas?entr¨® en Europa, mostraban el reto, de una envergadura hasta entonces desconocida, al que se enfrentaban los pa¨ªses comunitarios. "En un d¨ªa y medio llegaron a Tovarnik unos 5.000 refugiados", recuerda ahora Budinsky, en el marco de un viaje financiado por el Parlamento Europeo.
El odont¨®logo sirio Nizar Shoukry recal¨® en Croacia por estudios en 1984, fruto de las relaciones que hab¨ªa entre la entonces Yugoslavia socialista y el r¨¦gimen baazista de Hafez el Asad. Cuando estall¨® la crisis, ¨¦l y su esposa croata fueron reclutados de urgencia para ejercer de traductores con los refugiados ¨¢rabes, exhaustos por la larga huida de la violencia y en ocasiones sin saber siquiera el nombre del pa¨ªs al que acababan de cruzar.? "Lo que vimos pasar a esta gente no se puede describir con palabras",?rememora en su cl¨ªnica de Tovarnik, entre paciente y paciente. "Trat¨¢bamos de calmarles, pero hab¨ªa momentos de mucha tensi¨®n. En esos primeros d¨ªas del invierno intent¨¢bamos proteger a las mujeres y los ni?os, pero se pod¨ªa ver la desesperaci¨®n en esa gente que estaba en medio de un viaje de miles de kil¨®metros. Pon¨ªamos calma en ese caos". Shoukry y su esposa fueron condecorados por ello.?
Hoy, las palabras de estos protagonistas transmiten calma, la misma que reina en este pueblo de casas bajas y 1.300 habitantes en el que solo se escucha el paso de tractores (vive principalmente de la agricultura) y alg¨²n coche o bicicleta. "La situaci¨®n desde entonces es mucho m¨¢s tranquila. Lo que vemos son casos espor¨¢dicos de intentos por entrar en el pa¨ªs, pero la polic¨ªa tiene todo bajo control", se?ala Budinsky.
En 2015, Croacia llevaba apenas dos a?os en la UE, pero no pertenec¨ªa al espacio Schengen de libre movimiento, que integran 22 Estados miembros m¨¢s Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein. Tampoco hoy, con Schengen en horas bajas tras un lustro de controles fronterizos introducidos por varios pa¨ªses europeos, entre ellos Alemania y Francia ("Schengen ya no funciona", dijo el pasado jueves su presidente, Emmanuel Macron). Una medida extraordinaria a ra¨ªz de la crisis migratoria convertida en regla. "Es una paradoja. Schengen fue inventado para tener fronteras exteriores fuertes y al mismo tiempo proteger la libertad de movimiento dentro. Con la crisis migratoria, hubo una frontera exterior fluida y los pa¨ªses de la UE cerr¨¢ndose en peque?os cascarones nacionales", se?ala la experta en geopol¨ªtica Marta Zorko, en su despacho de la Universidad de Zagreb.
Croacia es, con Bulgaria, Ruman¨ªa y Chipre, uno de los pa¨ªses de la UE que aspira a formar parte del ¨¢rea de libre movimiento. La decisi¨®n tiene una parte t¨¦cnica ¡ªen la que Zagreb se encuentra inmersa¡ª y otra pol¨ªtica, que requiere la unanimidad de los Estados miembros.
En la pr¨¢ctica, el avance del expediente depende mucho de la voluntad pol¨ªtica comunitaria. Y, en una UE preocupada de sus propias costuras ¡ªentre el culebr¨®n del Brexit, el avance de los partidos ultranacionalistas y la creciente atenci¨®n a la migraci¨®n y el terrorismo¡ª, asuntos como la ampliaci¨®n del club o del ¨¢rea Schengen no encabezan la lista de prioridades. Adem¨¢s, Eslovenia, el otro pa¨ªs de la extinta Yugoslavia que est¨¢ en la UE, ha amenazado abiertamente con vetar la candidatura de Croacia por un conflicto territorial que mantienen.
Dubravka Suica, eurodiputada croata del Grupo del Partido Popular Europeo y exalcaldesa de Dubrovnik, distingue entre el caso de su pa¨ªs y el del resto pendiente de entrar en el ¨¢rea de libre movimiento. "Bulgaria, Ruman¨ªa y Chipre llevan intent¨¢ndolo al menos desde 2011 y no lo han conseguido pese a cumplir todos los criterios t¨¦cnicos. El motivo es el bloqueo de algunos Estados miembro, principalmente Alemania, Holanda y Francia, que tienen reservas, generalmente por incumplimiento de algunos criterios pol¨ªticos, como deficiencias en los ¨¢mbitos del imperio de la ley o la lucha contra la corrupci¨®n. El ingreso de Croacia en Schengen no ha sido posible hasta ahora por nuestra muy compleja situaci¨®n, con una larga y diversa frontera, y por criterios t¨¦cnicos, pero hemos recibido mucho apoyo pol¨ªtico para el ingreso", se?ala por correo electr¨®nico.
En Zagreb, a casi 300 kil¨®metros de la fronteriza Tovarnik y a unos mil de las instituciones comunitarias, el Gobierno insiste en que Croacia est¨¢ preparada y apunta al segundo semestre de 2020. El c¨¢lculo de entrada en Schengen lleva a?os desplaz¨¢ndose. "No solo depende de lo que Croacia est¨¢ haciendo, sino tambi¨¦n de los procedimientos internos de la Comisi¨®n Europea, que a veces no son tan r¨¢pidos como desear¨ªamos. Esa discusi¨®n no est¨¢ en nuestras manos, no podemos imponerla", asegura en una entrevista en su despacho Terezija Gras, secretaria de Estado en el Ministerio de Interior. "Ciertamente, la crisis migratoria y los ataques terroristas han cambiado la atm¨®sfera en la UE, pero Croacia est¨¢ acostumbrada a unirse a asociaciones en momentos, por as¨ª decirlo, problem¨¢ticos", agrega en alusi¨®n al ingreso en la UE en 2013 ¡ªla ¨²ltima ampliaci¨®n¡ª y en la OTAN, en 2009.
Los expertos coinciden en que, en el caso croata, el elemento clave es el control fronterizo, al compartir m¨¢s de 1.300 kil¨®metros con pa¨ªses extracomunitarios. Zagreb insiste en que ha hecho los deberes: "Hemos demostrado muy claramente que estamos a la altura de la tarea. Tenemos una de las polic¨ªas de frontera m¨¢s potentes de Europa. Somos capaces de proteger la que no es solo la frontera exterior de Croacia, sino tambi¨¦n de la UE. Hemos hecho mucho desde la crisis de 2015", resume Gras.
La cruz de la moneda son las acusaciones de violencia policial en el l¨ªmite con Bosnia, el nuevo punto caliente de la ruta migratoria de los Balcanes. All¨ª, miles de personas (paquistan¨ªes, iraqu¨ªes, iran¨ªes, magreb¨ªes) esperan para entrar en Croacia, cruzar desde all¨ª a Eslovenia (ya parte de Schengen) y proseguir hacia los destinos favoritos: Alemania e Italia. Diversas ONG han denunciado agresiones gratuitas y humillaciones de los agentes croatas. La ¨²ltima, Amnist¨ªa Internacional. El mes pasado public¨® un informe en el que acusa a la UE de "complicidad" con la actitud policial. El ministro del Interior, Davor Bozinovic, reaccion¨® a la defensiva: "Si alguno de los pa¨ªses europeos quiere migrantes ilegales, podemos abrir un corredor y dejarles pasar, como hicimos en 2015". "El mensaje comunitario deber¨ªa ser claro: que Schengen es importante, pero no una carta blanca", lamenta en conversaci¨®n telef¨®nica Massimo Moratti, vicedirector de la oficina europea de Amnist¨ªa Internacional.
"Croacia est¨¢ jugando a ser el guardi¨¢n de las fronteras de Schengen, b¨¢sicamente para mostrar a la UE que estamos preparados para entrar, porque se han destinado muchos medios econ¨®micos y porque estamos bajo estricta vigilancia. Croacia es un pe¨®n en este sistema. Y, en ocasiones, uno bastante brutal¡±, afirma el soci¨®logo especializado en asilo y migraci¨®n Drago Zuparic Iljic, en su despacho de la Universidad de Zagreb. La secretaria de Estado responde: "Hemos sido muy claros y firmes en que la polic¨ªa croata tiene la obligaci¨®n de proteger las fronteras y en que no est¨¢ actuando con violencia contra los migrantes. Las acusaciones est¨¢n siendo investigadas caso por caso y, de momento, no podemos establecer que la polic¨ªa haya vulnerado derechos humanos. Tenemos que ser conscientes de que hay una enorme presi¨®n en nuestra frontera".
El otro asunto espinoso es un conflicto territorial con Eslovenia en la Bah¨ªa de Piran. Un tema a¨²n candente (origin¨® un rifirrafe diplom¨¢tico este mismo mes) que ya fren¨® en 2009 el primer intento de Croacia de entrar en la UE. Ambos pa¨ªses aceptaron ese a?o someter el diferendo a arbitraje internacional. En 2015, Zagreb se retir¨® del proceso despu¨¦s de que un peri¨®dico croata publicase la grabaci¨®n de aparentes irregularidades por parte de Eslovenia. El tribunal no lo consider¨® suficientemente relevante para detener su trabajo y dos a?os m¨¢s tarde dio la raz¨®n a Liubliana, que ya aplica la decisi¨®n y exige a Croacia que la acate. "Tenemos problemas fronterizos con todos nuestros vecinos, pero el de Eslovenia es el m¨¢s ruidoso en los medios de comunicaci¨®n. Est¨¢ sobrepolitizado. Cometimos el error de no alcanzar un acuerdo bilateral y cada declaraci¨®n, de uno u otro lado, lo ha hecho desde entonces m¨¢s dif¨ªcil", opina Zorko.
A las 16 horas, hablaremos en nuestra secci¨®n de Europa Ciudadana sobre Croacia. El pa¨ªs balc¨¢nico es, con Bulgaria, Ruman¨ªa y Chipre, uno de los pa¨ªses de la UE que aspira a formar parte del ¨¢rea de libre movimiento Schengen. #yosoyEuropa
Gepostet von El Pa¨ªs Internacional am Donnerstag, 23. Mai 2019